La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a más de 530 millones de personas adultas en el mundo, según la Federación Internacional de Diabetes, y su impacto va mucho más allá de los niveles de glucosa. Una de las áreas menos conversadas —pero más frecuentes— es la sexualidad. Tanto hombres como mujeres pueden experimentar cambios físicos y emocionales que influyen en su deseo, funcionamiento sexual y calidad de las relaciones, aunque muchas veces estos temas no se mencionan en las consultas médicas ni se abordan en la vida cotidiana.
Los estudios muestran que hasta el 75% de los hombres con diabetes tipo 2 puede presentar algún grado de disfunción eréctil, mientras que en las mujeres es común la disminución de la lubricación, el dolor durante las relaciones sexuales y la baja del deseo debido a los cambios hormonales y vasculares. Además, la diabetes mal controlada afecta la circulación, la sensibilidad, la energía y el bienestar emocional, factores clave para una vida sexual plena y satisfactoria. Esto genera un círculo difícil: la preocupación por el rendimiento incrementa la ansiedad y, a su vez, la ansiedad empeora los síntomas.
La buena noticia es que una vida sexual saludable sí es posible aun con un diagnóstico de diabetes. La evidencia científica muestra que mejorar el control glucémico, hacer actividad física regular, manejar el estrés, trabajar la comunicación en pareja y, sobre todo, hablar sin tabúes de lo que ocurre, puede transformar por completo la experiencia sexual. Con la información adecuada, apoyo profesional y hábitos cotidianos que favorezcan la salud integral, es posible superar dificultades, recuperar el disfrute y fortalecer la intimidad.
Sexualidad y diabetes: claves para enfrentar dificultades y disfrutar
Es muy frecuente que, en la consulta con su endocrinólogo, la persona diabética converse con el especialista acerca de su nutrición, su peso, su hipertensión, sus infecciones urinarias y otras manifestaciones que pueda tener la enfermedad. En cambio, rara vez se anima a plantear su débil erección, la dificultad para llegar al clímax, los esfuerzos que tiene que hacer para lograr la excitación, la falta de deseo y el dolor en la penetración, entre otros problemas que aparecen tanto en pacientes mujeres como en varones.
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Diabetes: la función sexual es uno de los síntomas
La función sexual tiene un rol importante en la vida de las personas, en la contribución a la integridad de su sistema inmunológico, en la constitución de la autoestima y como factor importante de bienestar físico, mental y espiritual. Por ese motivo, tratar de recuperar y mantener una vida sexual armoniosa no es un tema menor para la persona diabética.
Como en el caso de otras patologías, intentar “despegarse” del rótulo de diabético y construir una vida con elementos que remitan a la salud, mejora enormemente la evolución de la enfermedad, eleva la calidad de vida y contribuye a un estado de ánimo más feliz.
Como sucede con cualquier enfermedad crónica, los pacientes diabéticos que incluyen en su vida cotidiana el ejercicio, actividades recreativas para controlar el estrés, disfrutan una vida social y familiar satisfactoria y ejercitan su sexualidad activamente, experimentan un estado de ánimo más alegre y positivo, que les permite sobrellevar mucho mejor el hecho de tener que apegarse a su régimen de comidas, a los medicamentos diarios, al control de la glucemia y a la disciplina diaria que el tratamiento de la diabetes requiere. De hecho, incorporando esas actividades se sienten “como las demás personas”.
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Despegarse del rótulo de diabético y construir una vida con elementos que remitan a la salud mejora la evolución de la enfermedad y eleva la calidad de vida
Muchas veces consultar sobre las dudas o trastornos de la vida sexual resulta incómodo y da vergüenza. También es cierto que no todos los profesionales de la salud tienen la posibilidad y el tiempo de mostrarse receptivos y contener profesional y humanamente al paciente que plantea una preocupación de orden sexual, la cual seguramente también involucra a la pareja del/la paciente.
Muchas veces consultar sobre las dudas o trastornos de la vida sexual resulta incómodo y da vergüenza, pero debes tomar la iniciativa para tratar el problema
He aquí algunas reflexiones que pueden servirle de sugerencias o ideas a los pacientes con diabetes que están sufriendo alguna alteración en su sexualidad o tienen dudas y no se animan a plantearlas en una consulta médica:
- Tu médico de cabecera espera que vos le consultes por tu sexualidad; él/ella no quieren poner a los pacientes en una situación incómoda, así que "tome la iniciativa y pregunte a su médicos todas sus dudas".
- Pedile a tu endocrinólogo/a que te derive a un/a médico/a sexólogo/a, que es el especialista en temas de Sexología Clínica, muchas veces podrá trabajar en equipo con tu médico, o podés buscar por tu cuenta un especialista.
- La mayoría de los tratamientos médicos sexológicos son muy breves, los problemas se tratan en pocas consultas individuales y, si corresponde, también participa la pareja aunque algunas veces no es indispensable.
- Los tratamientos médicos sexológicos también apuntan a mejorar la relación de la pareja, que puede estar desgastada o lesionada por la rutina o por problemas puntuales, no siempre estrictamente sexuales. Se busca una solución que incluya ambas situaciones.
- Uno de los recursos más interesantes de la medicina sexual moderna es que le brindará estrategias y técnicas sexuales novedosas, sin importar tus actuales dificultades, a la vez que recibirás entrenamiento en métodos eficaces de comunicación.
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El objetivo de lograr una vida sexual plena y divertida lo puede lograr cualquier persona
Hoy en día también existe la posibilidad de realizar consultas y tratamientos online, desde la propia casa, a través del celular o de una computadora, al mismo costo y con igual duración que los tratamientos presenciales.
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