Marco Springmann, investigador de la Universidad de Oxford, llevó adelante un estudio en el que ahonda sobre los beneficios de no comer carne. El mismo sostiene que las dietas basadas en el consumo único de vegetales evitaría de 5 a 8 millones de muertes al año hasta 2050, lo que supondría la reducción del 6% al 10% de la mortalidad mundial.
En cuanto al impacto medioambiental, el profesor Springman considera que con este cambio de alimentación global la emisión de gases de efecto invernadero se reducirían en un 70%. Además, considera que el ahorro económico sería tan grande que podría traducirse hasta en 30 billones de dólares, lo que supone casi un 13% del PIB mundial.
El ahorro de unos 800 a 1.000 millones de dólares a nivel mundial procedería, según este estudio, de los costos de asistencia sanitaria y pérdida de días de trabajo entre otros.
De todos modos, pese a que según la investigación del profesor Springman el medio ambiente vería reducidas las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70%, el supuesto caso de una población mundial alimentada únicamente por productos vegetales podrían tener consecuencias no tan beneficiosas.
El aumento en el consumo de productos de origen vegetal obligaría a ampliar las explotaciones agrícolas de manera desorbitada, por lo que tendría que darse lugar a la deforestación de muchas zonas de bosque salvaje, que podría provocar la extinción de algunas especies animales que habitan en estos lugares, y por tanto se podría desarrollar un desequilibrio ecológico.
De un modo u otro queda claro que aumentar el consumo de vegetales beneficia a nuestro organismo y al entorno que nos rodea.
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