“¿Puedo alquilar una bicicleta? ¿Puedo llevar a mi perro a Waterford Greenway? ¡La respuesta a ambos es sí!”. Casi todo se puede en la nueva ciclovía, la más grande de Irlanda, inaugurada sobre las antiguas vías del tren que unían a Waterford y Dungarvan.
Han pasado casi 140 años desde que el negocio floreció en el pub de O'Mahony en Durrow, Waterford. Durante la construcción de la línea de ferrocarril de Waterford a Mallow, el pub que abrió en 1868 tuvo su apogeo cuando abasteció a los trabajadores ferroviarios sedientos.
“Ahora las cosas han llegado a un círculo completo”, dice la propietaria Helen O'Mahony. En estos días, ella y su esposo Tom se mantienen ocupados sirviendo bebidas y helados a las personas que llegan nuevamente a la zona para recorrer la Waterford Greenway, un sendero para caminar y andar en bicicleta de 46 km construido a lo largo de la línea de ferrocarril y que se inauguró oficialmente el sábado 25 de marzo de 2017, 50 años después de que el último tren de pasajeros viajara por la ruta.
Los 46 kilómetros incluyen once puentes, tres viaductos y un túnel de 400 metros, que sumado al paisaje natural crear un lugar ideal para visitar y relajarse.
La idea se remonta a 2004, cuando un grupo de vecinos de una de las localidades decidió darle impulso a una idea que venía cobrando forma en sus mentes: la de generar un espacio de actividad física y que a su vez revitalizara económicamente la región.
Recién en 2013 y tras innumerables esfuerzos consiguieron comenzar las obras y a mediados de 2014 tenían un primer tramo ya en funcionamiento. Hoy, tres años después, la gran Ciclovía Verde de Irlanda, la Waterford Greenway, está habilitada en su totalidad.
"La gente vino de inmediato, y ha estado concurrido desde entonces. Hemos tenido gente de España, Inglaterra, Gales y toda Irlanda. Hay una historia y un paisaje muy ricos en esta área, y es maravilloso poder compartirlo con el resto del mundo " comenta un lugareño.
