Mandalas: la terapia "a mano" para aliviar el estrés y activar la concentración

La palabra Mandala es un término sánscrito que significa "círculo". Una Mandala representa la totalidad, un diagrama cósmico que nos recuerda nuestra relación con el infinito, extendiéndose más allá y dentro de nuestros cuerpos y mentes.

Qué son las mandalas

Los Mandalas son diseños circulares que simbolizan la noción que la vida nunca termina. Muchos tienen significado espiritual para un individuo o grupo de individuos. Los hindúes fueron unos de los primeros en usar un mandala como herramienta espiritual, pero los mandalas con los que la mayoría de las personas están familiarizadas, son los hechos por budistas.

El mandala aparece en todos los aspectos de la vida, la Tierra, el Sol, la Luna y los círculos sociales que abarcan a amigos, familia y comunidades

Un mandala se puede definir de dos maneras: externamente como una representación visual esquemática del universo e internamente como una guía para varias prácticas psicofísicas que tienen lugar en muchas tradiciones asiáticas, incluida la meditación.

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Los mandalas pueden ser creadas por individuos para simbolizar sus viajes a través de la vida y también pueden contar una historia de dónde ha estado un individuo. En algunos casos revelarán el camino del individuo en la vida.

Cómo usar un mandala

El arte de colorear mandalas es un proceso notable. Es sencillo, divertido y transformacional. Ya a principios del siglo XX, Carl Jung, el más importante psiquiatra transpersonal recomendaba a sus pacientes que pintaran mandalas para combatir el estrés, la ansiedad y la depresión.

Hay muchos usos para un mandala

El diseño se supone que es visualmente atractivo para absorber la mente de tal manera que los pensamientos molestos y disonantes son incapaces de pasar y una esencia espiritual rodea a quien lo contempla, lo que a su vez permite al individuo alcanzar una conciencia superior, casi como si estuviera hipnotizado.

Esto permite que la mente ocupada tome un descanso mientras que la mente creativa puede correr libremente.

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El mandala se utiliza principalmente como una forma de meditación para obtener el conocimiento personal desde dentro pero también para conseguir armonizar el entorno y generar las vibraciones que estamos necesitando.

Los mandalas son útiles para la concentración, activación de la energía positiva, energetización de lugares, meditación profunda para elevar el nivel de conciencia, expandir la capacidad de la mente y la memoria

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Cómo pintar mandalas: paso a paso

El primer paso es seleccionar un mandala que te atraiga. Es necesario saber el significado del mandala que se ha elegido o sino establecer un significado propio antes de usarlo para la meditación. Un mandala es un universo simbólico pleno de información trascendente para la persona.

Una vez que la intención se ha establecido, uno puede comenzar a centrarse en el mandala, permitiéndose vagar entre diseños y colores. Si tu mente comienza a pensar en las cosas usuales mundanas, simplemente hay que volver al foco y poner la atención de nuevo en la belleza del mandala.

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Dejemos que el mandala absorba toda nuestra atención, cayendo en él y mirando los colores, nadando en sus patrones. Al comenzar a caer en el mandala, experimentaremos una sensación de ligereza y una serie de pensamientos intuitivos pueden surgir. Relajémonos y dejemos que los pensamientos y sentimientos vengan.

Pintar un mandala puede ser un buen ejercicio para relajarnos, para descansar la mente y los sentidos mediante sus imaginativas formas y figuras

Todo el mundo experimenta diferentes sentimientos. Pero si tenemos un comportamiento relajado mientras nos centramos en el mandala, obviamente hemos logrado lo que se pretendía.

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Significado de los colores al pintar un mandala

Rojo. Representa al primer chakra y nos trasmite la fuerza y el valor del amor y la pasión. También del orgullo.
Naranja. Es el segundo chakra. Es el color de la ambición y también del optimismo, de la fuerza existente en uno mismo para conseguir propósitos y objetivos.
Amarillo. Tercer chakra. El color amarillo nos habla de la inteligencia, del buen hacer y también de la liberación personal. Para pensar, razonar alguna cosa o entender y afirmar mejor la propia identidad, utilizar el amarillo.
Verde. Cuarto chakra. Desprende los valores de la esperanza y de la curación. También nos ofrece un equilibrio entre el amor y la razón. Es ideal para sanarse física y emocionalmente. También para mejorar los vínculos con el entorno.
Azul. Es el quinto chakra. El color azul es el reflejo de la calma y la paz, también de la tolerancia. Si se necesita mayor tranquilidad y relajación, pero sosteniendo la atención en el entorno, hay que pintar mandalas en gamas de azules. Proporciona un estado mental y emocional armonioso.
Indigo. Es el sexto chakra. Nos ayuda a comunicarnos con el yo interno para que los problemas puedan solucionarse con equilibrio y buen hacer. Ayuda a comunicarse con el ser interno, abriendo la intuición.
Violeta. Es el séptimo chakra. Un color mágico. Trasmite imaginación y espiritualidad. Ayuda a no ser extremista o absolutista, con el fin de expanderse explorando las dimensiones de la imaginación y el conocimiento
Rosa. Octavo chakra. Un agradable color que nos envuelve de amor y de amistad, también de encanto. Equilibra las emociones, ayuda a liberar los resentimientos, el enojo, la culpa, los celos.