La sabiduría popular ha hecho suya la máxima que dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Sin dudas, cometer errores es una parte normal de la vida, pero ¿por qué la mayoría de nosotros siguen repitiendo los mismos errores una y otra vez, a pesar de que se nos ha enseñado desde una edad temprana que debemos usar los errores como una manera de aprender y conseguir superarnos?
En un mundo perfecto, donde las equivocaciones sirvieran como una manera de crecer y mejorar, podríamos superar esta instancia del “eterno retorno al error” Pero como todos sabemos por experiencia directa, esto no ocurre en el mundo real.
Imaginémonos que deseamos ahorrar algo de dinero para una compra grande, como un auto o una casa, pero luego cada noche por ejemplo, vamos a comprar comida a la rotisería y gastamos mucho más dinero que el planeado para alimentarnos.
Sabemos debemos poner ese dinero en el lugar donde van los ahorros, y hacer nuestra propia cena en casa, y como acabamos de hacer lo contarario, gastándolo en comida para llevar, empezamos a sentirnos culpables.
Aunque estos errores diarios son usualmente sólo meras molestias, repetidos errores a veces tienen un peso considerable. De acuerdo con la autora Olga Khazan, la repetición de errores médicos constituyen la tercera causa de muerte en los EE.UU., y los repetidos errores pequeños son la principal razón por la que los abogados son demandados por negligencia, especialmente por olvidar el vencimiento de los plazos previstos.
Por lo tanto, si sabemos que estos son errores, ¿por qué no hacemos nada para cambiarlos?
En resumen, la ciencia demuestra que en realidad no aprendemos de nuestros errores como deberíamos. En vez de eso, el hecho de observar nuestros errores simplemente nos hace sentir muy disgustados y en realidad puede dar lugar a más errores similares (o exactamente el mismo) en el futuro.
Cuando nos enfrentamos con nuestros errores, nuestros cerebros comienza un proceso que lo hace ir un poco más lento tratando de averiguar por qué metimos la pata, algo que nos lleva a vivir en el error en lugar de estar enfocados o “viviendo” la solución.
Aquí el cerebro aprende un comportamiento. Cuando cometemos un error, nuestros pensamietos se quedan dando vueltas alrededor de él. Esto codifica entonces el “comportamiento del error” en nuestra psique. Si en cambio sólo dejáramos que esos errores pasen y nos centráramos en la corrección de los mismos, no nos meteríamos en este lío mental confuso que nos mantiene en ese mismo camino propenso a errores.
En otras palabras, tenemos que pensar más en cómo hacer nuestra propia comida, en lugar de quedarnos compungidos preguntándonos porqué compramos tantas veces comida para llevar para llevar el mes pasado.
Debemos pensar en "Voy a preparar la cena cada noche y para eso ahora voy a hacer una lista de las comidas que me gustan y otra lista con los productos que debo comprar para poder preparalas" en lugar de "¿Cómo fue que gasté tanta plata yendo a comprar comida hecha?"
Todos nuestros sistemas cognitivos pueden trabajar en contra de nosotros, incluso si tenemos las mejores intenciones. Debemos utilizarlo para cortar ese comportamiento del cerebro y dejar no cometer el mismo error dos veces. Nuestro futuro yo nos lo agradecerá.
