Cambiar de hábitos no es nada fácil, pero, cuando la salud está en riesgo, es necesario contar con muchos recursos para poder encarar un tratamiento. En el caso de la obesidad y el sobrepeso, es necesario contar con una red de contención tanto de médicos, familiares, y la decisión del paciente de encarar un cambio de vida.
Cuando se inicia una consulta por problemas nutricionales que llevaron al paciente al sobrepeso y obesidad, es fundamental que haya una buena relación médico-paciente en la consulta y que se mantenga en todo el proceso.
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Sobrepeso y obesidad
Las personas con sobrepeso y obesidad generalmente vienen padeciendo esta enfermedad hace tiempo, por eso es importante que el abordaje que hagan los médicos y especialistas sea desde la comprensión del porqué de su problema de peso.
Es menester no perder de vista los factores asociados como socio ambiental, laboral y entorno familiar para poder de a poco cambiar esos malos hábitos de alimentación que seguramente están arraigados desde hace mucho tiempo.
Además es preciso para evitar la frustración, establecer objetivos sencillos y claros, así como posibles de realizar y de forma paulatina. Como todo proceso donde implica cambiar rutinas, malos hábitos y costumbres viejas, es necesario ir por etapas, de esta forma evitamos rechazos y logramos mayor efectividad.
La motivación es clave en el tratamiento
Para que el tratamiento sea un éxito deben combinarse las primeras 3 cosas:
- Que haya empatía en la relación médico-paciente.
- Que el plan alimentario sea cómodo para el paciente y posible de sostener.
- Y el más importante es la motivación y estimulación que experimente el paciente de parte de sus médicos y especialistas tratantes.
Estas tres primeras cosas pueden garantizar un buen desarrollo en el proceso de cambio de hábitos para lograr transitar de la mejor manera posible el camino hacia el descenso de peso del paciente.
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Planificación del tratamiento
En las primeras consultas el médico deberá evaluar el nivel de motivación que trae el paciente. Con un breve cuestionario tiene un panorama para planificar los pasos a seguir. Las preguntas frecuentes son:
- ¿Está decidido a comenzar el tratamiento?.
- ¿Se siente con fuerza para hacerlo?.
- ¿Por qué desea bajar de peso?.
- ¿Qué hábitos está dispuesto a modificar con más facilidad y cuáles con más resistencia?
En cuánto a la planificación médica es importante tener en cuenta ciertos detalles que harán sentir más cómodo al paciente que en general es pudoroso de su condición. Estos ítems son:
- Evaluar el estado general de salud e informar al paciente con las palabras justas y adecuadas.
- Comprobar si el paciente comprendió lo explicado.
- Es ideal que el consultorio sea un lugar agradable que le brinde al paciente una sensación de bienestar.
- El tratamiento debe considerar, además, de los cambios de hábitos alimentarios, la conducta alimentaria social, el grado de ansiedad al comer.
- Aunque los planes deben ser personalizados, siempre se deben acompañar por actividad física.
- A veces también es necesario prescribir alguna medicación que disminuya la ansiedad.
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Objetivo del tratamiento
Conjuntamente con el paciente, se deberán establecer y pactar objetivos claros y realizables. Los 3 más importante son:
- Cambio de hábitos para pérdida de peso.
- Mantenimiento del peso perdido.
- No recuperar los kilos perdidos.
Las personas que padecen sobrepeso y obesidad suelen tener sentimientos de angustia, perciben discriminación social, lo que provoca una baja en la autoestima y en la calidad de vida. Esto genera un círculo vicioso donde la persona encuentra placer en la comida y al terminar de comer se arrepiente y se vuelve a angustiar. Este es el sistema de recompensa.
En estos casos se producen muchos altos y bajos en el descenso. Es clave que los especialistas no reten al paciente, lo comprendan y lo estimulen y motiven para volver a empezar. Si el paciente vuelve a la consulta es porque necesita ayuda.
Es un buen recurso indagar sobre los motivos que llevaron a esa conducta de romper la dieta saludable. De esta manera, el paciente podrá identificar y diferenciar las conductas reales y las que son impulsivas. El paciente siempre optará y decidirá cuál opción escoger. Si decide seguir el tratamiento es imperioso recibirlo y abordar nuevamente el plan.
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El proceso de cambio de hábitos posee varias etapas a las que debe ajustarse el tratamiento nutricional para evitar rechazos y falta de efectividad. Las mismas son:
- Precontemplación: En esta etapa, si el paciente todavía no considera que su conducta sea motivo de preocupación, el médico debe darle la información clara sobre los perjuicios de ese estado, por ejemplo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes o ACV.
- Contemplación: El paciente ya reconoce su problema y avalúa la opción de encarar un tratamiento. El nutricionista deberá ayudarlo a desarrollar habilidades para modificar conductas, brindar apoyo y proporcionar material de literatura de soporte, como por ejemplo llevar un registro diario de comidas.
- Acción: En esta fase es importante incrementar los métodos de motivación y estimulación, y ofrecer el apoyo necesario para prepararse ante posibles problemas.
- Mantenimiento: Cuando aparecen las ganas de consumir determinados alimentos hipercalóricos o dulces y abandonar la rutina del ejercicio físico, es necesario preparar al paciente ante la posibilidad de una recaída.
- Recaída: Es muy importante que este suceso no se vea como un fracaso, sino como algo normal en el proceso e incluso necesario en un contexto de aprendizaje.
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* Asesoró Dra. Rosa Labanca (M.N. 44520), Médica Nutricionista Universitaria, Directora de Centro de Asistencia-Docencia-Investigacion de SAOTA y Representante por Argentina ante la Sociedad Mundial de Obesidad (IASO).
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