Es normal escuchar que pasamos 8, 10 o 12 horas en el trabajo o la oficina sentados frente a una computadora, pero, ¿alguna vez nos preguntamos cuánto puede afectar esa rutina a nuestra salud? Está comprobado que pasar una larga jornada laboral es altamente perjudicial para nuestro cuerpo. Además afectar la capacidad de atención y concentración.
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También hay que tener en cuenta que cuando pasamos horas sentados o de pie, después de un tiempo, nos empiezan a doler las piernas y el cuello. Estas sensaciones pueden deberse a varios motivos:
- Permanecemos mucho tiempo en una misma posición.
- Adoptamos malas posturas cuando estamos sentados.
- Pasamos horas frente a una computadora o a la televisión.
- Situaciones de estrés.
Pausa activa: parte de la solución
La pausa activa consiste en un conjunto de ejercicios físicos de corta duración (5-10 minutos) realizados en el puesto de trabajo que, desempeñados de forma preventiva y terapéutica, no producen desgaste físico. Sirven para ejercitar el cuerpo, estirar los músculos y aliviar las tensiones causadas por el estrés, entre otros numerosos beneficios:
- Disminuye el estrés.
- Favorece el cambio de posturas.
- Libera estrés articular y muscular.
- Estimula y favorece la circulación.
- Favorece la autoestima y la capacidad de concentración.
Su práctica en el puesto de trabajo permite mejorar el rendimiento y la eficiencia laboral, enriquecer las relaciones interpersonales, lo que mejora la concentración, disminuye el estrés físico y mental e incrementa la satisfacción en el trabajo.
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Cómo hacer la pausa
Las actividades pueden consistir en estiramientos, ya sea de pie o sentados, de fortalecimiento, o para disminuir la fatiga visual. Se realizan de manera suave, relajada y en ningún caso se debe exigir el cuerpo para no provocar lesiones.
La Fundación Cardiológica Argentina comparte algunos ejercicios que vale la pena practicar:
- Realizar movimientos circulares de cadera (para evitar hernias discales o dolores lumbares).
- Elevar hombros hasta los 90° y con el otro brazo ejercer leve presión en los codos, para estirar.
- Flexionar caderas y rodillas, luego extender la columna y rodillas.
- Girar la cabeza hacia los lados hasta que el mentón quede casi en la misma dirección que el hombro.
- Encoger los hombros hacia las orejas y sostenerlo por 10 segundos.
- Realizar movimientos lineales y circulares de tobillo hacia ambos lados con cada pie.
- Estirar los brazos hacia al frente, juntar las palmas de las manos y realizar movimientos hacia abajo y arriba.
- Inclinar la cabeza hacia el hombro derecho, encoger los hombros hacia las orejas y moverlos hacia atrás en círculos y estirar el brazo derecho hacia el frente de manera que la palma de la mano quede hacia arriba. Por último, para relajar, inhalar y exhalar contrayendo el abdomen, relajando cada parte del cuerpo.
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Por la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) con el asesoramiento del Dr. Gonzalo Díaz Babio, médico cardiólogo (MN 129.388), y la Dra. Alejandra Angrisani, médica cardióloga (MN 136.393), miembros de la FCA.
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