La celulitis afecta prácticamente al 90 por ciento de las mujeres. Es un problema que trasciende la estética y preocupa a gran parte del género femenino.
Por mucho tiempo se creyó que la causa principal de este fenómeno era la acumulación de grasa, los nutricionistas sostienen que no es así. Si bien se trata de un factor importante, no es necesariamente el protagónico. De acuerdo a los últimos estudios, la mayor aliada de la celulitis es la retención de líquidos.
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Sin embargo, el mayor interrogante entre las mujeres no es por qué se genera la piel de naranja sino, cómo eliminarla y para eso primero tenemos que evitar la retención líquida.
Cómo evitar la retención de líquidos
La retención de líquido empeora el aspecto de la celulitis por lo que si queremos disminuirla, primero, tenemos que desinflarnos. Te damos algunos consejos para combatir la acumulación de agua.
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- Té: si queremos evitar la retención de líquidos podemos aprovechar los distintos tés que combaten la hinchazón. Además, son buenos para mejorar el aspecto de la piel y ayudan a eliminar el peso rápidamente.
- Adiós gaseosas: si queremos evitar este fenómeno es fundamental cortar el consumo de gaseosas, incluso aquellas que no tienen azúcar. Además deberíamos evitar los dulces y disminuir el consumo de carbohidratos sencillos como la harina, el arroz, o el pan.
- Ni sal ni salsa de soja: estos productos tienen un alto contenido de sodio. El sodio provoca retención de líquidos por lo que si los evitamos conseguiremos despedir la celulitis.
- Mucho ejercicio: no es lo que querías escuchar pero es la verdad. Hacer ejercicio ayuda a eliminar el excedente líquido y mejora la circulación. Ambas cosas ayudan a desinflarse. Los más efectivos son los ejercicios aeróbicos.
Si bien el exceso de grasa no es el principal factor, perder peso sigue siendo una medida eficaz para eliminar la celulitis.
¿Qué es la retención de líquidos?
La retención hídrica es la consecuencia de la acumulación de agua en los tejidos de nuestro cuerpo. Se trata de una alteración que afecta mayormente a las mujeres y puede ser causada por distintos factores. Entre ellos se encuentran los cambios hormonales, el consumo excesivo de sodio y una mala alimentación. Esta patología suele suele ser confundida con exceso de grasa.
