
En un mundo donde pasamos gran parte del día sentados—en la oficina, el auto o el sofá—un truco simple y eficaz está ganando atención: los “snacks de ejercicio”. ¿Qué son? Pequeños momentos de actividad física repartidos durante el día que no reemplazan tu rutina regular, pero sí refuerzan sus beneficios y contrarrestan los efectos del sedentarismo.

La importancia de mover el cuerpo (aunque sea un poco)
La actividad física regular es muy beneficiosa para la salud física y mental. En el adulto, ayuda a prevenir y controlar enfermedades no transmisibles como las cardiovasculopatías, el cáncer y la diabetes; reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad; y favorece la salud cerebral y el bienestar general.
En los niños y adolescentes, promueve la salud de los huesos, estimula el crecimiento y el desarrollo saludables de los músculos y mejora el desarrollo motor y cognitivo. El 31% de los adultos y el 80% de los adolescentes no cumplen con los niveles recomendados de actividad física.
Pero, si no puedes entrenar tanto como quisieras, puedes empezar por pequeñas pausas activas. Es lo que llamamos "snacks de ejercicios". Veamos.
¿Por qué solo 10 minutos marcan la diferencia?
Aunque cumplas con tu entrenamiento diario, estar sentado por muchas horas puede afectar tu salud: mayor riesgo cardiovascular, resistencia metabólica, entre otros. Por eso, dividir pequeñas porciones de movimiento frecuente puede ser más efectivo que hacer una sola sesión larga.
Un estudio reciente comparó varias formas de actividad: caminatas continuas de 30 minutos frente a pausas activas —como 3 minutos de estiramientos o 10 sentadillas cada 45 minutos—, y los resultados fueron claros: las pausas breves, especialmente las sentadillas, ofrecieron mejores beneficios para el metabolismo de la glucosa y salud cardiometabólica.
Entonces, en casa, en la oficina o al ir y volver del trabajo, puedes incorporar breves "snacks de ejercicio" o descansos activos que cuidan tu bienestar con apenas dos o tres minutos por hora.
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¿Cómo integrar estos mini-snacks sin complicarte?
Aquí tienes un ejemplo de tarde con “snacks” incluidos:
- Al levantarte: saltos suaves o elevaciones de rodillas. Duración: 2–3 minutos.
- Antes del baño: 10 sentadillas en serie rápida, por 1–2 minutos.
- Cada 45–60 minutos, estiramientos o 10 sentadillas 3–4 minutos.
- Al volver del trabajo: caminar despacio o trotar en casa 3–5 minutos.
- Durante anuncios TV: saltos de tijera o subir escaleras 2–3 minutos.
En total, esto suma entre 10 y 15 minutos de movimiento a lo largo del día: suficiente para estimular tu circulación, romper largos periodos de inactividad y mejorar el control de azúcar en sangre.

¿Por qué esta estrategia funciona?
Es crucial adoptar hábitos de vida más activos para mitigar los riesgos del sedentarismo. Aunque la Organización Mundial de la Salud recomienda dedicar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, también es importante incorporar ejercicio y algo de trabajo de fuerza.
Moverte todos los días mantiene tu cuerpo activo, y es un gran antídoto frente a periodos prolongados de sedentarismo. Además, con pequeños esfuerzos, pones el metabolismo y corazón en acción: con solo unos minutos de movimiento, tu ritmo cardiaco se eleva, tu sangre circula mejor y el metabolismo responde con más eficacia.
Solo necesitas constancia: estas mini pausas son fáciles de incluir sin alterar tu rutina: sin gimnasio, sin excusas.
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Tu plan en 3 pasos
- Identifica los bloques de inmovilidad: cada 45–60 minutos sentado, levántate.
- Elige tu snack preferido: sentadillas, estiramientos, subir escaleras o saltos.
- Ponte reminder: usa una alarma en el celular o app para no olvidarte.
¿Qué ejercicio es el mejor según la ciencia?
Hasta hace poco no se sabía qué tipo de ejercicio era el más eficaz cuando tienes poco tiempo para entrenar o moverte. Para arrojar luz en el asunto, una investigación publicada recientemente en la revista Medicine & Science in Sports comparó la eficacia de varias actividades para el control de la glucosa en hombres jóvenes con sobrepeso. Los resultados fueron contundentes.
Los expertos dividieron a los voluntarios en cuatro grupos: uno permaneció sentado 8 horas o más al día; otro realizó una interrupción para caminar durante 30 minutos; el tercero salió a andar 3 minutos cada 45 minutos; y el cuarto realizó 10 sentadillas cada 45 minutos.

Según los resultados del estudio, realizar 10 sentadillas o caminar durante 3 minutos cada 45 minutos es más eficaz que andar media hora seguida para mejorar el control glucémico.
Incorpora estos micro-momentos hoy mismo y observa cómo tu cuerpo y mente responden desde el primer día. La clave está en la constancia, la frecuencia y el movimiento —aunque sea breve.
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