"Lo que no nos mata, nos hace más fuertes". Esta frase de Nietzsche, que Viktor Frankl popularizó en sus obras sobre la logoterapia, guarda relación con el concepto al cual dedicamos este artículo. Ante una dificultad que, aparentemente, nos supera, hay dos caminos: rendirnos o desarrollar capacidades que no creíamos tener. Conozcamos qué significa sisu.
El sisu es una filosofía finlandesa que se usa para definir la capacidad de afrontar grandes desafíos sin perder el ánimo ni la capacidad de disfrutar, algo que podemos aplicar a nuestra vida.
Qué significa sisu
El término "sisu" es de origen finlandés y se utiliza para describir un concepto cultural y mentalidad que es común en Finlandia y en otros países nórdicos. No tiene una traducción exacta en español, pero se podría definir como una combinación de determinación, perseverancia, valentía y fuerza de voluntad en situaciones difíciles. Se refiere a la capacidad de enfrentar y superar desafíos con coraje y tenacidad, incluso en condiciones adversas.
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El sisu es visto como una cualidad admirable y deseable en la cultura finlandesa. Se considera que las personas que poseen sisu son capaces de superar obstáculos y mantenerse firmes ante la adversidad, sin importar cuán difíciles sean las circunstancias. Esta mentalidad ha sido parte importante de la historia de Finlandia y su lucha por la independencia, así como en la vida cotidiana de las personas.
Por lo tanto, se lo ve como un concepto que destaca la fortaleza mental y la resiliencia en situaciones desafiantes, y es un elemento importante de la cultura finlandesa. Es una mentalidad de acción que nos impulsa en situaciones extraordinarias.
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Esto se puede aplicar en situaciones donde una persona no se deja abatir por un diagnóstico médico funesto, y que sigue adelante con sus planes e incluso con la esperanza de sanar. También en las luchas desiguales o cuando alguien se propone lograr un objetivo teóricamente imposible de cumplirse.
Donde la perseverancia acaba
Una de las mayores especialistas en el concepto del Sisu es la investigadora finlandesa Emilia Lahti, que asegura que “el Sisu comienza donde la perseverancia acaba”. Autora del libro Gentle Power y creadora del llamado Sisu Lab, relaciona esta fuente de motivación con un propósito poderoso que permite sacar fuerzas de flaqueza.
Lahti establece una diferenciación entre la resiliencia y el Sisu. Mientras que la primera es nuestra capacidad de recuperarnos, el concepto finlandés empieza cuando una persona siente que ha llegado al fin de sus capacidades físicas o mentales.
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Otra autora, Katja Pantzar, nos da su propia definición en SISU: El secreto finlandés para un estilo de vida feliz: “Es un planteamiento vital que nos impulsa a probar cosas y experiencias nuevas y a superar nuestros límites, sean físicos, mentales o emocionales; también tiene que ver con buscar soluciones prácticas y maneras de avanzar para desarrollar fortaleza y resiliencia. Al margen de dónde vivamos y de lo que hagamos, en la vida cotidiana todos nos enfrentamos a problemas parecidos.”
Los finlandeses entrenan este músculo motivacional en su vida cotidiana nadando en aguas heladas, usando la bicicleta —también en invierno— para ir al trabajo, o soportando con paciencia la oscuridad permanente del invierno, sabiendo que una brillante luz les espera al otro lado del túnel.
Combatir la parte X
En una de sus frases de juventud, Woody Allen decía que “la única manera de ser feliz es que te guste sufrir”, en referencia al caudal de problemas al que estamos siempre expuestos.
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De hecho, una fuente segura de sufrimiento mental es temer las dificultades. Todos conocemos a personas que viven siempre angustiadas ante lo que podría suceder. Anticipan sin cesar escenarios catastrofistas y eso les hace padecer ansiedad antes de que haya ocurrido nada. Podemos hablar en estos casos de sufrimiento anticipatorio. Y así como el miedo a tener miedo se convierte en fobia paralizante, el temor a sufrir puede convertirse en la peor clase de sufrimiento.
La salida de ese laberinto es contemplar la vida como una sucesión de problemas que debemos afrontar y resolver, creciendo y aprendiendo de cada obstáculo. Cuando termina una dificultad empieza otra distinta; es una ilusión aspirar a la calma.
Así lo explica el psiquiatra estadounidense Phil Stutz, que denomina “Parte X” a esa faceta de la realidad, en la que hay tres aspectos de los que no podemos escapar: dolor, incertidumbre y trabajo constante para superar los retos que nos pone la vida.
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La Parte X es el “villano” de la película de tu vida, apunta el actor y director Jonah Hill en su brillante documental Stutz, un oponente que siempre nos pone a prueba. Y en palabras del psiquiatra nacido en Nueva York: “La Parte X te ataca haciéndote sentir abrumado y haciéndote creer que no tienes suficiente energía. Y una vez sientes que no tienes suficiente energía, se convierte en una excusa para no hacer casi nada, desde aceptar un nuevo trabajo, socializar o confrontar la gente. Cuando me formé como psicoterapeuta, nunca escuché a nadie mencionar esa energía. Se suponía que tu energía era la que era y que no podías cambiarla.”
El Sisu es justamente una forma de cambiar esa energía, ya que se trata de una actitud mental de campeones ante la dificultad.
Sisu y estoicismo
Pese a sus duras condiciones climatológicas y a su difícil ubicación geográfica, que otorga a la nación una parte X ineludible, Finlandia aparece a menudo en la lista de países más felices del mundo.
Un factor determinante puede ser el célebre sistema educativo finlandés, pero otro factor clave, según el filósofo Frank Martela, es la sobriedad de su visión de la felicidad, que no excluye los contratiempos.
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En sus propias palabras:
“El Sisu, como actitud de compromiso y de renuncia, puede ayudarnos en estas situaciones. En lugar de tomar los desafíos como fracasos o como evidencia de que uno no es feliz, casi los recibe como una oportunidad para mostrar de qué está hecho. Por lo tanto, cuanto mejor se está frente a las adversidades, con una actitud de aceptación y valentía, más fácil es experimentar el bienestar y la felicidad, incluso cuando la vida no te lo pone fácil”.
Esta visión nos remite a la vieja filosofía del estoicismo, que sostiene que nada es bueno ni malo en sí mismo, pues todo depende de la interpretación que damos a lo que nos sucede. Como diría la logoterapia dos milenios más tarde, nuestra libertad reside en nuestra manera de reaccionar. Por lo tanto, todo es cuestión de perspectiva. Otra clave del estoicismo es distinguir qué está en nuestro poder y qué queda fuera de nuestro control, para poner nuestra energía en lo primero, sin malgastar energías en lo segundo.
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El filósofo Epicteto, que fue largo tiempo esclavo en la Antigua Roma, lo definía así: “Sobre las cosas que existen en el mundo, unas dependen de nosotros, otras no dependen de nosotros. De nosotros dependen: nuestras opiniones, nuestros movimientos, nuestros deseos, nuestras inclinaciones, nuestras aversiones; en pocas palabras, todas nuestras acciones (…) Las cosas que dependen de nosotros son por naturaleza libres, nada puede detenerlas, ni obstaculizarlas; las que no dependen de nosotros son débiles, esclavas, dependientes, sujetas a mil obstáculos y a mil inconvenientes, y enteramente ajenas.”
El Sisu nos invita a ocuparnos de aquello que depende de nosotros, lo que podemos hacer aquí y ahora para salvar los obstáculos presentes y, con ello, mejorar nuestra vida y la de los demás.
Empezar por la aceptación
C. G. Jung advertía que lo que niegas te somete y lo que aceptas te transforma. El primer paso para aplicar el Sisu es aceptar que la dificultad existe, tomando parte activa en su solución.
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Algunas situaciones se pueden sobrellevar teniendo en cuenta los siguientes conceptos:
- A menos batallas, más victorias: Todos hemos oído alguna vez lo de “elige tus batallas”. No es un tópico: atender demasiados frentes agota nuestra energía y nos hace perder foco respecto a lo verdaderamente importante.
- ¿Eres parte del problema?: “A veces la forma más sencilla de resolver un problema es dejar de ser parte de él” es una frase atribuida Einstein. Nos invita a dilucidar nuestra responsabilidad en lo que está pasando.
- Necesitamos dificultades: El ingeniero japonés Taiichi Ohno, responsable del sistema de producción de Toyota, afirmaba que “no hay mayor problema que no tener problemas”, ya que no podríamos desarrollar nuestro potencial.
- Las soluciones instantáneas no casan con el Sisu, basado en el esfuerzo constante para acabar derribando muros que parecían imposibles. La mentalidad a largo plazo es un ingrediente clave de esta filosofía.
- La perseverancia es clave. Ante un súbito problema de salud, el cantautor ya nonagenario declaró a su público: “En mi situación, solo puedes hacer dos cosas: cancelar el concierto o morir en el escenario, y yo he decidido morir en el escenario.” Tras una ovación ensordecedora, Aznavour estuvo dos horas cantando.
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