Fika: el secreto sueco para ser más eficientes y más felices en el trabajo

Los datos de los informes que elaboran organismos e instituciones internacionales, sin ir más lejos la propia ONU, indican que los países nórdicos siempre están a la cabeza de la lista de los lugares donde la gente vive más feliz. Dinamarca, Suecia, Finlandia y Noruega se reparten los puestos de privilegios en esos rankings de bienestar.

Particularmente Suecia es un país que no deja de convocar nuestra atención. Por ejemplo, es uno de los diez países más competitivos del mundo según el Foro Económico Mundial y sin embargo ya han comenzado sin embargo a reducir su jornada laboral a 6 horas, a contramarcha de lo que muchos otros hacen, que es subirla cada vez más (y obteniendo peores resultados).

Hace poco se hizo mundialmente conocido el Lagom, un término exclusivamente sueco que no tiene un equivalente en otros idiomas y que según los expertos podría ser la clave para alcanzar la felicidad.

No sólo no puede traducirse perfectamente sino que además es un manera muy sueca de entender la vida. La tradición popular dice que esta palabra se remonta a los tiempos vikingos. Lagom es “lo suficiente”, “ni demasiado ni muy poco”, “así está bien”, “con esto basta”, “la medida justa”.

Este “suficiente” tiene más que ver con “una felicidad humilde y sencilla”, y es el principio fundamental de este estilo de vida que trascendió las fronteras y tiene cada vez más adeptos.

En esa línea, aprovechando los momentos con tranquilidad, un ritmo sosegado y en la justa medida, también se encuentra el Fika (o la Fika, dependiendo de quien lo traduce), es una buena vieja palabra sueca que básicamente significa "reunirse, tomar un café y conversar".

Esto se puede hacer en cualquier momento - y un Fika puede tomar desde 10 minutos a varias horas, dependiendo de lo interesante que esté.

Pero no es solo tomar café y conversar, sino que a esa pausa se le agregan unas deliciosas masas o bollos dulces, con la especial condición de que no sean  industrializados, sino elaborados de modo artesanal para resaltar el sabor y reforzar el buen momento.

Esta reunión no ocurre solo entre amigos, sino que especialmente es muy habitual en el ámbito laboral. En algunas empresas los postres que acompañan el café los traen los empleados, que se van turnando de forma aleatoria, en otras son las propias empresas las que sirven bocadillos calientes.

Los empresarios son los principales beneficiados con las fika ya que aseguran que las mejores ideas y decisiones se toman en esta pausa.

De este modo, el momento del café en la oficina se revela como uno de los factores que explica la alta productividad de sus trabajadores, según estudios de la Universidad de Linköping, y sus reducidos niveles de estrés, los más bajos del mundo según International Business Report.

Sumando más datos, la EFSA (el panel de expertos europeos en salud alimentaria) ha reconocido que a partir de 75 miligramos, la cafeína aumenta la atención, la memoria y la capacidad de aprendizaje. Y los defensores del fika matizan: no es lo mismo tomarlo en un vaso de plástico, aescondida de los jees y sintindo que estamos robándole el tiempo a nuestros empleadores, que en una taza personal, en un espacio diáfano con sofás y bandejas de pastas caseras y disfrutando de una conversación de la que generalmente salen, inclusive, grandes ideas.

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