
Por los beneficios para la salud y su sabor agradable, la miel fue utilizada desde tiempos remotos por el ser humano. Sin dudas, se trata del endulzante más antiguo y una fuente de energía rápidamente disponible por su composición de azúcares.
Los expertos aconsejan para comenzar a incorporar la miel todos los días encontrar en primer lugar el tipo de miel que más nos guste, que se convierta en un alimento y no solo un medicamento. Un primer paso puede ser consumirla en el desayuno con una tostada o bien como endulzante (aprovechando que funciona como un excelente energizante) o como complementos en comidas saladas y dulces.
Ante la oferta bastante disímil que encontramos en las góndolas de los supermercados o en los negocios del barrio el especialista Mauricio Rabinovich, coordinador del Programa Nacional de Sanidad Apícola del Senasa, nos da unos consejos para ayudarnos a elegir correctamente el producto en la góndola y cómo consumirlo de la mejor manera.
Aromas, colores y sabores: dependen de las flores que visitaron las abejas. #SemanaDeLaMiel #Sumalemielatuvida pic.twitter.com/Tjp9MBaWG1
— INTA EEA Sáenz Peña (@INTASaenz) 18 de mayo de 2017
1 En la góndola
Las mieles suelen compartir la góndola con productos a base de miel y productos parecidos a la vista, pero que no provienen de las abejas y se basan en jarabes, colorantes y saborizantes. Por lo que, entonces, lo primero que debemos hacer es distinguir al producto y diferenciarlo de aquellos que aparentan ser mieles pero no tienen sus potentes cualidades.
Además de leer las etiquetas, la diferencia suele estar en el precio. “Es notoria la diferencia de precios de los frascos que tienen miel y de los que están elaborados a base de miel o enriquecidos”, comentó Rabinovich.
Para distinguir la miel de algo a base de miel el color no es determinante: depende de las flores que visitaron las abejas.
Más de 20.000 apicultores del país producen una de las mejores mieles del mundo, la miel argentina #SemanaDeLaMiel 🐝https://t.co/PcDzm4RwUo pic.twitter.com/nbH4a2P5dl
— Min Agroindustria (@AgroindustriaAR) 17 de mayo de 2017
2 Textura
Dentro de la gama de productos hay mieles sólidas, líquidas y cremosas. En el proceso natural, el producto se hace opaco y se endurece.
“La realidad es que el proceso de solidificación es un proceso natural. Hay mieles muy particulares que se extraen en estado líquido y se conservan así durante mucho tiempo, pero la gran mayoría en poco tiempo van a tender a solidificarse”, explicó el especialista.
Sin embargo, el proceso de fraccionado puede involucrar acciones que lleven a que la miel esté líquida durante varios meses, sin alterar la calidad del producto.
3 Cómo volver a hacerla líquida
Si el producto se solidificó hay opciones de acción: una de ellas es rasparla con un tenedor. También se la puede licuar nuevamente con un procesador de alimentos y hacerla así más cremosa.
Por último, el calor: si la miel está en un frasco de vidrio se puede quitar la tapa y ponerla en el microondas a baja potencia unos pocos segundos, cuando empezará a ablandarse.
Lo que hay que evitar es someterla a fuentes de calor más importantes. “Hay un folclore popular que dice que para volverlas líquidas hay que ponerlas adentro de la olla con agua caliente hirviendo. Lo que estamos haciendo es alterar las propiedades naturales de la miel”, advirtió Rabinovich.
4 Conservación
La miel no tiene aditivos, es un producto que se conserva naturalmente por su baja concentración de agua. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la luz solar, el calor y el paso del tiempo afectan sus propiedades biológicas.