Joker promete convertirse en la película para adultos más taquillera de la historia y no es para menos. Joaquín Phoenix construyó un fabuloso personaje digno de un Oscar y que merece la pena destinar unos minutos a analizar.
Su fantástica interpretación del payaso de Ciudad Gótica, Arthur Fleck, nos lleva a descubrir cómo las relaciones abusivas y la violencia son activadores de eventos traumatizantes que rebotan uno tras otro dejando una estela de dolor que aunque esté contenida no desaparece.
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Trauma tras trauma, impacto tras impacto, conforma lo que en Descodificación Biológica denominamos Trastornos del Comportamiento, la medicina alopática lo denomina trastorno mental.
Agresión: Abusos y maltratos
La espiral de violencia, dolor y soledad a la que está sometido desde que es un niño, o mejor dicho desde que fue concebido, permite comprender por qué es tan difícil encontrar una salida al trauma sin el apoyo y la ayuda psicológica y terapéutica necesaria.
En cada fotograma y en la expresión del protagonista descubrimos su historia y, con ella, sus traumas más profundos. La película tira del hilo de la programación de un síntoma mostrando conflictos desencadenantes, programadores de conductas y estructurantes.
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Huir del trauma
La amnesia traumática es un mecanismo de supervivencia del ser humano que nos permite huir del trauma y del dolor para poder “adaptarnos” y continuar con la rutina. Esta adaptación queda lejos de ser sanadora, porque lo que realmente produce es el efecto contrario, escondiendo y camuflando el trauma a través de síntomas y comportamientos alterados.
Inadaptación social
El trastorno de la risa incontrolada, también denominado Síndrome del payaso triste, funciona como una vía de escape para las personas con trastorno depresivo para esconder sus tristezas profundas. La risa incontrolada forma parte de la contradicción a la que ha estado sometido durante su vida.
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Estamos ante un trastorno que se desarrolla como consecuencia de la inadaptación social y que busca desesperadamente conectar con el otro a través de lo único que sabe hacer, reír. El efecto es totalmente el contrario, provocando en él un dolor exasperante que le lleva a crear una realidad paralela repleta de escenarios inexistentes y a convivir con las alucinaciones.
La represión emocional
El sueño de vivir una realidad diferente se pone de manifiesto a través del baile y del movimiento corporal. El movimiento corporal le permite a Arthur conectar con su imaginario y construir un escenario alternativo que lo disocia por unos segundos de su historia de estar atrapado (atado a un radiador).
Durante años ha vivido en un letargo emocional en el que anteponía las necesidades de los otros a las suyas. Fruto de la violencia verbal y física a la que se fue sometido durante décadas ha aprendido a sobrellevar la angustia y el dolor desconectándose de la realidad: disociándose. Se llega a este estado cuando se viven conflictos de agresión o ataque a la integridad.
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La catarsis: la revolución de los inadaptados
La explosión emocional como consecuencia del rechazo social (violencia verbal, falta de reconocimiento paterno y el aislamiento físico y emocional) conduce a Arthur a asumir una nueva personalidad: el Joker.
El Joker es un individuo que rehúye de lo convencional al asumir que no puede luchar ni cambiar su realidad, por lo que deja de tener sentido ser uno más del clan y pasa a ser lo que su esencia necesita en cada momento.
Y vos… ¿cómo estás?
Empatizar con el dolor del Joker parece casi necesario, porque en muchas escenas su dolor habla más del nuestro que del suyo propio:
- ¿Te consideraste aislado/a o abandonado/a?
- ¿Sentiste que no formabas parte del clan?
- ¿Conviviste con un trauma profundo?
- ¿Evitaste escuchar a tus emociones y sensaciones corporales?
- ¿Sentiste la necesidad de vivir una realidad distinta?
A pesar de que el trauma de Arthur sucumbe en una vorágine de violencia y destrucción, esta película nos transmite enseñanzas importantes y nos lleva a pensar que un cambio de actitud respecto de las enfermedades mentales es necesario en toda la sociedad.
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No a la estigmatización
La estigmatización de los trastornos mentales es un problema global y la lucha para erradicarlo tiene que ser una prioridad para cualquier sociedad libre.
Quienes sufren trastornos mentales no son agresivos.
El trastorno mental no implica un comportamiento agresivo o violento. La agonía, la desprotección y el sufrimiento traumático deliberado conlleva en ocasiones reacciones y respuestas inesperadas, que pueden ser de carácter violento.
Resignificar el dolor
Los recuerdos traumáticos no desaparecen por dejar de tenerlos presentes. El trauma se puede llegar a convertir en compañero de viaje que nos recuerda diariamente que no hemos superado el dolor.
La repetición traumática
Las repeticiones de conflictos traumáticos en el presente nos hablan de lo que no hemos sanado anteriormente.
El viaje a través de los ojos de Arthur es transformador para el espectador. Phoenix ha logrado conmovernos y conectarnos con la esencia del trauma: la búsqueda de la curación.
- Por Aranzazu, miembro del Instituto Angeles Wolder. Seguí reflexionando sobre la película en la videoconferencia gratuita con Alicia Soltero el 20 de noviembre a las 17 horas de Argentina.
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