Cada vez son más los perjudicados por el ritmo vertiginoso en que vivimos. Con las exigencias y presiones en aumento y la crisis que atraviesa el país una y otra vez, nos encontramos todo el tiempo con cuadros agudos de estrés laboral: cómo combatirlo, que es el Síndrome de Burnout y cuáles son los síntomas de que estamos en problemas y debemos actuar para prevenir sus consecuencias.
Qué es el estrés laboral
Según la Organización Mundial de la Salud, el término estrés hace referencia al “conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción”. Es decir que el estrés funciona como una alarma ante un cambio, aunque siempre dependerá del organismo de cada ser humano.
Si nos centramos específicamente en el estrés laboral, nos referimos a la reacción de nuestro cuerpo y nuestra mente ante la exigencia y presión en el ámbito laboral.
Cuando no podemos adaptarnos a una situación de estrés sostenida en el tiempo, aparecen emociones que afectan el bienestar y la salud: frustración, ansiedad, angustia, nerviosismo y hasta depresión. La sobrecarga emocional negativa es tóxica y deteriora el ánimo.
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Síntomas del estrés laboral
Cada persona puede verse afectada de distintos modos ante una situación de estrés laboral. Los síntomas más habituales son: sentirse excesivamente cansado, con falta de energía, dolores de cabeza o estómago, etc. Pero también pueden darse otras señales que es bueno registrar.
Estos son sólo algunos de los síntomas que debés atender:
- Ansiedad excesiva como respuesta a las exigencias. El signo más evidente son los excesos que pueden darse en la alimentación o, incluso, en hábitos nada saludables como el fumar o beber de más. Para otras personas, en cambio, se declara a través de la falta de apetito, produciéndole un gran descenso de peso, falta de energía y hasta anemia.
- Falta de concentración y dificultad para tomar decisiones, lo cual trae también errores u olvidos.
- Irritabilidad. El carácter se vuelve más áspero, con reacciones desmedidas o cuadros de ira. Podemos responder a los demás de una manera descortés, explotando contínuamente. Es decir, se ven afectados nuestros vínculos y relaciones interpersonales.
- Insomnio o dificultad para conciliar el sueño, sin poder alcanzar el descanso necesario para una buena y saludable jornada. La falta de reparación deteriora el ánimo y baja nuestras defensas.
- Alteraciones emocionales que pueden manifestarse en forma de ira, vergüenza, apatía y baja autoestima.
- Insatisfacción en el desempeño laboral. Si se hace cada vez más frecuente puede derivar en errores, falta de productividad y baja calidad en su trabajo final.
- Constantes cambios de trabajo. Si bien puede parecer la solución final al tormento de un trabajador en esta situación, es incorrecto. Podrá sentirse a gusto y contento en un primer momento, pero al no haber atacado de raíz el verdadero problema, volverá a sentirse estresado en poco tiempo.
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Causas del estrés laboral
- Demasiadas horas de trabajo. Pueden atraer agotamiento y una caída en la productividad del empleado.
- Inestabilidad laboral. El miedo a perder el trabajo, sea por rendimiento propio o recorte generalizado, atrae una situación de estrés permanente.
- Salario insuficiente. No lograr estar al día con los gastos genera estrés y angustia.
- Exceso de exigencias. Sobrecargarse de responsabilidades genera una sensación de frustración. Para evitarlo, es importante ganar control y sentir que las presiones impuestas no superan sus capacidades y conocimientos.
- Mal ambiente laboral. No sólo refiere a la falta de apoyo por parte de nuestros supervisores o directivos, sino también al moobing. Esto último alude al acoso en el ámbito de trabajo, produciendo miedo y desánimo en el empleado afectado.
- Tareas monótonas. La falta de variedad se puede volver una carga insoportable.
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Consecuencias del estrés laboral
Debemos tener en cuenta que sufrir estrés debido a nuestro trabajo trae consecuencias de distinto tipo.
Cognitivamente, una persona estresada suele tener problemas de memoria, traducidos como momentos de olvido o lagunas mentales. También pueden sufrir falta de concentración y atención.
A nivel emocional, podemos sentirnos agotados, desanimados y hasta irritables. Pueden vivirse ataques de pánico, episodios de ansiedad y problemas de baja autoestima.
En muchos casos, las preocupaciones por exceso o falta de trabajo acarrean trastornos del sueño y hasta insomnio, así como dolores de cabeza o estómago. En ocasiones, también pueden agravarse los síntomas llegando a padecer enfermedades dermatológicas, y hasta hipertensión, bajo o sobrepeso, entre otros.
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Qué es el Síndrome Burnout
Cuando el estrés se acumula puede generar un cuadro más severo, llamado Síndrome Burnout o Síndrome del quemado. Es una situación de estrés crónico que, si bien tiene origen en un contexto laboral, afecta notablemente la vida personal e individual.
Se trata de un trastorno emocional con síntomas bastante marcados: más que sentirnos ansiosos, tener emociones con más intensidad e implicarnos por demás en cuestiones laborales, como sucede con el estrés, sucede totalmente lo contrario. Nos desapegamos por completo de nuestra labor, sintiendo abandono, desinterés, falta de motivación y esperanza. Puede llegar a gatillar un cuadro de depresión.
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Cómo combatir el estrés
Lo principal es poder identificar qué está causándonos esta situación de estrés. Reconocer ante qué eventos nos sentimos de este modo es el primer paso. Lo recomendable es tener en cuenta qué pensamos y sentimos cuando sucede, evaluar si nos volvemos más vulnerables, irritables o desanimados y tomar cartas en el asunto.
Una vez que logramos definir la causa principal, podemos tener en cuenta distintas alternativas:
- Realizar ejercicio. Cada vez que lo hacemos, nuestro organismo libera endorfinas, una sustancia que produce sensación de bienestar y felicidad. Lo recomendado es, por lo menos, hacer actividad física moderada entre 30 y 60 minutos por día, entre 3 y 5 veces por semana. Los frecuentemente elegidos son el running, yoga, baile, box, entre otros.
- Descansar adecuadamente. Especialistas recomiendan dormir entre 6 y 8 horas cada noche para recargar energías. Además es importante generar un ritual para que nuestro cuerpo se acostumbre: lavarse los dientes, tomar un té, leer un libro, apagar nuestros celulares, acostarse a la misma hora todos los días pueden ser algunas ideas.
- Crear tus propios límites. Hoy en día es muy difícil cortar con nuestro mundo laboral ya que estamos conectados las 24 horas del día a una computadora, tablet o celular. Pero separar nuestra vida privada del trabajo es primordial para evitar el estrés crónico.
- Date tiempo para hacer lo que te gusta. Desde leer un libro o tocar un instrumento, hasta pintar, escribir y ver una serie o una película, todas las opciones son igual de válidas. Sólo debes descubrir qué te gusta y disfrutarlo.
- Mantenete abierto a la comunicación. Ante cualquier situación de malestar propia del trabajo o del ambiente en él, lo mejor es hablar con quien corresponde. Puede ser un superior, compañero, jefe o departamento de Recursos Humanos, siempre hay alguien que puede escucharte, aconsejarte y tomar cartas en el asunto. También es importante que puedas desahogarte por fuera del ámbito laboral: encontrar apoyo en familia, pareja y amigos puede ayudarte a manejar mejor la situación de estrés.
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¿Qué pasa con los empleadores?
Un punto muy importante es que este tipo de situaciones y trastornos se puedan combatir desde el núcleo del problema. Es que el estrés laboral no sólo produce efectos negativos para los trabajadores, sino también para la empresa en cuestión: un empleado saturado puede poner en peligro su salud y la de sus compañeros, así como la de la entidad para la que trabaja.
Lo ideal es que, desde las empresas, los líderes y directivos se aseguren de que haya una fluída comunicación hacia los empleados: conocer sus ambiciones, problemas y preocupaciones resulta positivo para la entidad, pero también para el trabajador que se siente escuchado y comprendido.
Muchas empresas también optan por la opción de brindarle a sus empleados beneficios extras (algo que cada vez es más requerido por un postulante a la hora de ingresar a una organización). Los más comunes hoy en día son la posibilidad de tener home office, clases de yoga, gimnasio, viernes flex, etc.
Otra cuestión no menos importante es la de brindar capacitaciones para no caer en la monotonía y el desgaste natural de alguien que realiza una misma tarea a lo largo del tiempo. Pueden estar relacionadas directamente con su posición o no tanto, por ejemplo, muchas empresas brindan clases de idiomas como inglés o portugués.
Por lo tanto, es sumamente importante estar atentos a nuestros síntomas: nuestro cuerpo y mente pueden alertarnos a tiempo y evitar, así, sufrir de estrés laboral. Es importante para uno buscar salidas viables ante estas situaciones para enfrentarlas de la mejor manera posible. La comunicación, el descanso y los límites son, entonces, claves para mantener una buena calidad de vida.
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