Brian Northrup, un joven aficionado a la actividad física, quiso probar si era posible mantenerse en forma sin una dieta estricta y decidió ir en contra de las recomendaciones de los médicos y expertos fitness.
Para eso emprendió un largo experimento: comió una pizza entera todos los días durante un año. Y fue documentando el progreso en las redes sociales
La historia suena parecida a la del cineasta independiente de Morgan Spurlock, que documentó cómo le afectó en su salud y estilo de vida comer durante 30 días consecutivos únicamente productos preparados en McDonald´s.
Pero a pesar de conocer los riesgos y de ponerse una meta mucho más ambiciosa y peligrosa (un año contra un mes) Northrup llegó al fin de su “prueba”.
Durante 367 días, este ávido fan de la pizza por más de 20 años, como el mismo se describe, decidió demostrar a su manera que cuando se trata de estar en forma lo más importante no es realizar una alimentación estricta, por lo que diariamente se dedicó a consumir una pizza entera.
El desafío, que él apodó "PIZZAPOCALYPSE," probó ser exitoso, ya que logró realmente perder peso y mantener su tono muscular.
Lo cierto es que Northrup incluso perdió peso, comenzó el reto con 75.8 kilos y lo concluyó con un peso de 73 kg. Además, el propio Northrup ha asegurado que aumentó su fuerza, velocidad y resistencia cardiovascular.
Declarado como amante de la pizza, contó que la verdadera ambición no tuvo que ver con el placer de degustar su comida favorita, sino con compartir el modo que empleó para alcanzar el nivel de aptitud.
En una entrevista, Northrup explicó que quería probar que la dieta no es todo cuando se trata de mantenerse en forma. "Con demasiada frecuencia escuché a los entrenadores, gurúes fitness e incluso los médicos decirle a la gente que no se puede trabajar con una dieta mala. Creo que todas esas personas subestiman enormemente lo que es posible a través del trabajo duro", aseveró.
"Solo mira a Michael Phelps; El hombre se convirtió en el mayor deportista del mundo con una dieta que afirmaba que consistía en pizza, así como una gran cantidad de otros alimentos comúnmente denominados "malos" en una base diaria ", dijo Northrup.
Durante el transcurso del año que comió pizza, el joven realizó chequeos regulares para medir el nivel de colesterol, la ingesta de sodio y otros marcadores, que se ubicaron dentro de un rango saludable. Al concluir la prueba, mostró su físico con esta imagen: