Rébecca Shankland, responsable del título Psicología Positiva en la Universidad de Grenoble investigo los efectos de la psicología positiva en el laboratorio interuniversitario. En una entrevista realizada por el medio español La Vanguardia, esta especialista que da clases en la Universidad de Grenoble Alpes da una serie de respuestas que ponen de manifiesto el poder de la gratitud.
En ese reportaje, Shankland cuenta que en el año 2003 Emmons y McCullough hicieron una investigación en la que le pidieron a un grupo de estudiantes con alto nivel de estrés que escribieran un diario, unos debían escribir cada noche los eventos negativos del día, otros su diario sin pautas y el tercer grupo lo que les había despertado un sentimiento de gratitud.
“Resultó que la ansiedad, el estrés y los síntomas depresivos se habían reducido en los que siguieron el diario de gratitud. A partir de ahí puse en marcha mis propias investigaciones” explica ella.
Ella notó que los maestros suelen lamentarse de que lo dan todo y nadie los valora. Por eso, propuso en varias escuelas que los estudiantes de preescolar hicieran el diario de gratitud y resultó que más de la mitad de los niños agradecían cosas a sus maestros en las que estos no habían ni pensado.
“Algunos hasta lloraron. Su motivación se renovó. Y entre los niños el “estoy agradecido de que Alan me haya prestado sus lápices” tenía efecto multiplicador. El que los había prestado se sentía de maravilla y estaba dispuesto a repetir la acción, y el que lo había agradecido se sorprendía del valor de su gesto de gratitud. El ambiente cambió, se respiraba seguridad y bienestar y se reflejó en las notas” cuenta esta profesora.
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¿Por qué somos ingratos?
“A causa del fenómeno de habituación ya no percibimos las intenciones benévolas que hay detrás de los actos, pasamos por alto el sentimiento de gratitud y generamos una sensación de falta de reconocimiento en el otro. Esta sensación puede generar frustración y, con el tiempo, sufrimiento” comenta Shankland.
Criticar es una estrategia de adaptación y defensa para no ser engañado, pero es tan poco útil como la autocrítica que no nos ayuda a mejorar aunque creamos lo contrario
Según ella, la humildad es la cuna de la gratitud. Ser capaz de percibir y agradecer los pequeños gestos, salir del autocentramiento, genera bienestar. “André Comte-Sponville decía que la gratitud es un segundo placer que prolonga el primero; como un eco alegre de la alegría experimentada, como una felicidad más para más felicidad” agrega.
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¿Por qué es tan difícil ser agradecido?
“El cerebro percibe en primer lugar las amenazas, al final del día recordamos lo que ha salido mal, las críticas, los que han sido desagradables, y eso genera insatisfacción ante la vida y las relaciones. Y cada vez que tenemos emociones negativas aumenta el sesgo negativo” explica Shankland.
No se trata de autoconvencerse de que todo irá bien para que todo vaya bien, sino de poner los medios necesarios, de conectar con tus recursos y con acontecimientos que te generaron resultados positivos
A continuación dice que la gratitud es una emoción muy intensa que nos permite recordar lo positivo. “Semanas después de realizar el diario de gratitud, cuando le pedimos a las personas que escriban diez recuerdos, escriben más recuerdos positivos que los que no hicieron el diario. El diario de gratitud hace que los buenos recuerdos estén más accesibles y nos da una sensación de satisfacción con la vida” agrega.
Consultada sobre como mejorar nuestras relaciones familiares explica que "Estamos demasiado atentos a lo que no funciona, a lo que no hacen bien nuestros hijos o nuestra pareja. Hay que abrir espacios para reconocer y agradecer, porque el hecho de mostrar lo que funciona bien genera más comportamientos de ese tipo".