Alerta: termos tóxicos y riesgosos para la salud

Cada vez se venden más termos que se promocionan como "de acero" pero pueden tener tóxicos riesgosos para la salud, al contaminar el contenido. Y lo mismo puede pasar con ciertas pavas.

mate

Mate y termo. Son un clásico de Argentina y Uruguay. Forman parte de la vida cotidiana de la mayoría de las familias. Compañeros en los hogares, en los trabajos, en las vacaciones. Vamos con ellos para todos lados. Por eso, precisamente, es fundamental tomar algunos recaudos: cada vez se venden más termos que se promocionan como "de acero" pero pueden tener tóxicos riesgosos para la salud, al contaminar el contenido. Y lo mismo puede pasar con ciertas pavas.

El problema es que, en los últimos años, han llegado desde China y otros lugares termos que pueden resultar tóxicos y generar problemas para la salud a largo plazo. Tiene que ver con los materiales que se usan en su fabricación.

Alerta: termos tóxicos y riesgosos para la salud

Si bien los termos de vidrio siguen siendo los más utilizados en Argentina, los de acero inoxidable se pusieron de moda de la mano de lindas decoraciones exteriores e incrementaron sus ventas, alcanzando alrededor del 35%, con más de tres millones de productos distribuidos. Sin embargo, el problema es que todavía hay un gran desconocimiento sobre los termos de acero fabricados con materia prima prohibida por legislaciones nacionales e internacionales, provenientes en su mayoría desde China.

El material con el que están fabricados es poco resistente a la corrosión que produce el agua caliente, y con el tiempo  algunas sustancias e impurezas del metal pasan al agua

De hecho, hace unos años, un cargamento de 20 mil termos procedentes de China, fabricados con material tóxico que puede provocar cáncer, fue decomisado por personal de la Aduana en el puerto de Buenos Aires tras comprobar que estaban fabricados con un tipo de acero que posee altos niveles de cobre, manganeso, cromo y níquel.

Las normativas del Mercosur y del Código Alimentario Argentino determinan que el acero apto para la fabricación de termos que manipulan líquidos y alimentos no debe contener más del 1% de impurezas como plomo, arsénico, mercurio, cadmio y cobre. En los termos ilegales, los metales tóxicos superan el límite establecido hasta representar el 3% de la composición total.

Como el acero tiene porosidad, las partículas contaminantes migran al contenido del termo ocasionando efectos nocivos en la salud de las personas

Como el acero presenta porosidad, las partículas contaminantes migran al contenido del termo, ocasionando efectos nocivos en la salud de las personas. El acero permitido según las normativas vigentes es el denominado austenítico, de tipo 304, que contiene níquel y cromo en un porcentaje determinado para protegerlo frente a la corrosión y al óxido.

Este tipo de recipientes suelen costar cuatro veces más que los termos importados porque la materia prima es quince veces más cara. Por eso, para abaratar los costos de producción, los termos baratos se fabrican con elementos que infringen esta composición de materiales, eliminando así su capacidad de protección.

Muchas veces, en los termos más económicos del mercado el acero que se utiliza es chatarra, inclasificable, que transmite sus impurezas al líquido. El vidrio es el mejor elemento para mantener la temperatura, incluso por cuestiones de higiene: no es poroso ni altera su contenido.

termos

Si los termos se usan para líquidos que toman los niños, el riesgo es mayor. Las sustancias tóxicas que se vierten en el líquido de los termos "truchos" pueden originar trastornos que pasan desapercibidos al principio pero que luego se manifiestan en la etapa de la escolaridad.

Toxinas como el plomo, el arsénico y el mercurio pueden ser muy perjudiciales para su salud. Lo mismo ocurre con las embarazadas: forman parte de la población de alta vulnerabilidad, ya que el plomo atraviesa rápidamente la placenta y la exposición fetal es acumulativa hasta el nacimiento.

Para identificar un termo que no genere riesgos, es importante evaluar que las paredes internas sean tan lisas como las exteriores, exento de costuras. Su contenido tampoco debería emanar olores fuertes ni alterar el sabor. También, si al acercar un imán, se pega: el acero de buena calidad no es magnético, aunque incluso esta prueba puede no ser certera, dado que algunos aceros de gran calidad pueden tener cierto contenido de otros metales que los magnetizan.

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