El Bikram Yoga se expande en el mundo para desafiar a aquellos que consideran que el yoga es sinónimo de sentarse al eco de un sonido agradable que llaman mantra. Difícilmente haya algo más opuesto: Bikram Yoga es la variante ideal para aquellos que valoran los beneficios integrales de esta práctica milenaria pero necesitan intensidad y esfuerzo para mantenerse entretenido, desafiado, motivado.
Tres claves definen al Bikram Yoga: 26 posturas o asanas, a las que se suman dos ejercicios de respiración al principio y al final, que se repiten dos veces cada una, durante 90 minutos, en un salón climatizado a 42° de temperatura. Exigente, muy exigente. Pero genera un bienestar tan inmediato que para muchos de sus practicantes rápidamente se convierte en un estilo de vida, una saludable "adicción".
Cada postura trabaja, estira, elonga y específicamente fortalece músculos, ligamentos y articulaciones
La técnica, acuñada en la India por Bikram Choudhury, llegó a la Argentina hace menos de una década, pero se practica en Estados Unidos desde hace 40 años. Celebridades y atletas, como Madonna y Lady Gaga, han confesado su fascinación con la práctica.
En su aplicación moderna, el Bikram Yoga a menudo es confundido con el Hot Yoga,porque ambas implican hacer posturas de yoga en una habitación climatizada. Sin embargo el Hot Yoga no es más que Hatha o Vinyasa Flow Yoga hecho en un cuarto caliente. La principal diferencia entre ambas es que el Bikram sigue una secuencia de posturas específica, mientras que el Hot Yoga es más “variable” en cuanto a las asanas que se practican.
El método Bikram estimula órganos, glándulas y nervios, distribuyendo el torrente sanguíneo ya oxigenado a todo el cuerpo, restaurando todos los sistemas.
Como bien advierten los instructores, el desafío de la primera clase es quedarse adentro del estudio. Soportar el calor. Hay que concurrir bien hidratado y con poca ropa, una toalla y una botella de agua. El calor, según los expertos, permite un mejor rendimiento del sistema osteo-artículo-muscular y previene lesiones. En pocas clases, el aumento de la capacidad de elongación es notable, vitalizador. Todo el tiempo, cada día, es la voluntad de superación lo que marca la pauta y nos convence de volver a ir.
Hacer yoga con un calor tan sofocante es sin duda una demostración de destreza mental
En una clase de Bikram se queman entre 500 y 1200 calorías. Depende del metabolismo de cada persona, la exigencia y la intensidad con que se realice cada clase. Es que durante los 90 minutos no sólo sudás a chorros sino que el esfuerzo físico es de lo más intenso: es una excelente actividad para fortalecer, desintoxicar tu cuerpo y aumentar la resistencia y la flexibilidad.
La habitación muy caliente, junto con la respiración profunda y firme promovida por todos los tipos de yoga, calienta el cuerpo a una temperatura impresionante. Esto permite realizar estiramientos más profundos, facilitando el mayor acceso a determinadas posturas que no podrías ser capaz de lograr de otra manera.
Algunas personas describen al Bikram como "el infierno mientras lo haces y el cielo cuando has terminado, en parte debido a la liberación de endorfinas, pero también porque, como en los mejores entrenamientos, las recompensas son directamente proporcionales a la cantidad de esfuerzo que te suponen. De hecho, una clase de Bikram realizada al máximo equivale al esfuerzo requerido para correr 10 km.
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