Por sus múltiples propiedades y su sabor agradable, la miel fue utilizada desde tiempos remotos por el ser humano. De hecho, es el endulzante más antiguo y fue una fuente de energía que disfrutaron pueblos de lo más diversos. Como alimento o como ingrediente de productos cosméticos y farmacéuticos, es un regalo de la naturaleza que podemos disfrutar todos los días. Aquí, los beneficios de la miel de abeja que deberías conocer para sumarla a tu plan de nutrición saludable.
La miel es un líquido dulce que fabrican las abejas usando el néctar de las plantas con flores. Hay muchos tipos y varían en color, aroma y sabor.
Antes que nada, es importante que vamos a hablar de los beneficios de la miel natural y orgánica. Es decir, sin ningún tipo de añadido. El foco de esta nota está en ese oro líquido elaborado por las abejas a partir del néctar que recolectan en las flores.
Beneficios de la miel de abeja
Si bien hablaremos de los beneficios de la miel de abeja en general, debemos saber que una de las principales virtudes de la miel es su diversidad. Y no nos referimos a las marcas, sino a los diferentes tipos de miel que existen. Son muchas y cada una tiene su identidad, su sabor. Es clave conocer este dato porque lo ideal es que encuentres la ideal para ti. La que más te guste.
¿Por qué? Porque es un alimento que mereces disfrutar. Aunque son muchas las propiedades de la miel para la salud, no es un medicamento. Puede ser tu mejor aliado en tus ganas de comer rico y sano, aprovechando lo mejor de la gastronomía saludable.
- La miel es energía natural: tiene un alto contenido en azúcares (80%), sobre todo fructosa, glucosa, sacarosa y maltosa. Es mucho más sano endulzar con miel que con azúcar de mesa común, porque el óleo que nos regala la abeja aporta otros nutrientes, como vitaminas, minerales y aminoácidos.
- Es excelente para aliviar la tos: actúa como inhibidor de la tos en personas con infecciones de las vías respiratorias superiores y con tos nocturna aguda.
- Según la Clínica Mayo de Estados Unidos, la miel se usa como antiinflamatorio, antioxidante y agente antibiótico. Las personas suelen usar la miel por vía oral para tratar la tos y, en forma tópica, para tratar quemaduras y favorecer la curación de las heridas.
- Beneficios de la miel para el corazón: diversos estudios han demostrado que es buena para ayudar a mejorar la enfermedad cardiovascular. "Los antioxidantes de la miel podrían estar asociados con una reducción en el riesgo de enfermedad cardíaca", según detalla la Clínica Mayo.
- La miel es un excelente aliado en la prevención de enfermedades gastrointestinales. Se recomienda en casos de gastroenteritis y diarrea como parte de una terapia de rehidratación oral.
- Es un buen cicatrizante y tiene propiedades antibacterianas. Se ha demostrado que el uso tópico de la miel de tipo médico fomenta la curación de las heridas, sobre todo en el caso de las quemaduras.
- Mejora la calidad del sueño y ayuda a combatir el insomnio: mucha gente recomienda tomar o comer una cucharada de miel antes de ir a dormir con leche tibia. Es porque este azúcar natural produce una ligera secreción de insulina, que termina generando un efecto similar al de la melatonina, la hormona que ayuda a regular el sueño.
- Contiene antioxidantes naturales que benefician la piel, el cabello y la regeneración celular.
Por qué los bebés no deben consumir miel
Los médicos subrayan que debemos evitar darles miel, ni siquiera en pequeñísima cantidad, a bebés menores de 1 año.
Es porque la miel puede provocar una afección gastrointestinal poco frecuente, pero muy grave, llamada botulismo infantil. Es una patología causada por una exposición a las esporas de la bacteria Clostridium botulinum. A partir de las esporas, las bacterias pueden crecer y multiplicarse en el intestino del bebé y producir una toxina peligrosa.
Tipos de miel: cómo elegir
Ante la oferta bastante disímil que encontramos en las góndolas de los supermercados o en los negocios del barrio, el especialista Mauricio Rabinovich, coordinador del Programa Nacional de Sanidad Apícola del Senasa, comparte consejos para ayudarnos a elegir correctamente el producto en la góndola y cómo consumirlo de la mejor manera.
Las mieles suelen compartir la góndola con productos a base de miel y productos parecidos a la vista, pero que no provienen de las abejas y se basan en jarabes, colorantes y saborizantes. Por ello, lo primero que debemos hacer es distinguir al producto y diferenciarlo de aquellos que aparentan ser mieles, pero no tienen sus potentes cualidades.
Además de leer las etiquetas, la diferencia suele estar en el precio. “Es notoria la diferencia de precios de los frascos que tienen miel y de los que están elaborados a base de miel o enriquecidos”, comentó Rabinovich.
Recuerda que para distinguir la miel de algo a base de miel el color no es determinante: el tono depende de las flores que visitaron las abejas. Hay otros criterios que permiten identificar una buena miel, natural y saludable.
Textura de la miel
Dentro de la gama de productos hay mieles sólidas, líquidas y cremosas. En el proceso natural, el producto se hace opaco y se endurece. “La realidad es que el proceso de solidificación es un proceso natural. Hay mieles muy particulares que se extraen en estado líquido y se conservan así durante mucho tiempo, pero la gran mayoría en poco tiempo van a tender a solidificarse”, explicó el especialista.
Sin embargo, el proceso de fraccionado puede involucrar acciones que lleven a que la miel esté líquida durante varios meses, sin alterar la calidad del producto.
Cómo volver líquida la miel
Si el producto se solidificó hay opciones de acción: una de ellas es rasparla con un tenedor. También se la puede licuar nuevamente con un procesador de alimentos y hacerla así más cremosa.
Por último, el calor: si la miel está en un frasco de vidrio, se puede quitar la tapa y ponerla en el microondas a baja potencia unos pocos segundos, cuando empezará a ablandarse.
Lo que hay que evitar es someterla a fuentes de calor más importantes. “Hay un folclore popular que dice que para volverlas líquidas hay que ponerlas adentro de la olla con agua caliente hirviendo. Lo que estamos haciendo es alterar las propiedades naturales de la miel”, advirtió Rabinovich.
Cómo guardar la miel: consejos para su conservación
La miel no tiene aditivos y es un producto que se conserva naturalmente por su baja concentración de agua. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la luz solar, el calor y el paso del tiempo afectan sus propiedades biológicas. Lo ideal para su buena conservación es mantenerla en un lugar fresco y con sombra.
Con el tiempo puede ponerse dura, azucarada y sufrir cambios en su sabor. En algunos casos se puede consumir igualmente como endulzante o como complementos en comidas saladas y dulces, pero el criterio ya es personal.
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