La vida no está limitada al cuerpo o a un conjunto de síntomas físicos, sino que posee una comprensión mucho más amplia, esencialmente holística, que incluye todos los aspectos: mentales, corporales, energéticos y espirituales del ser humano.
En ese contexto, la bioenergética es una terapia que trabaja con la energía de nuestra biología, está basada en la medicina Ayurveda, y tiene como principal objetivo tratar no sólo los síntomas sino la raíz que provoca toda enfermedad, dolor y afección, ya sea física, emocional o mental, mediante el cuerpo.
El cuerpo y la mente están intrínsecamente relacionados. Algunos síntomas, como la tensión muscular, dolores de cabeza o fatiga constantes, indican a menudo lo que sucede en nuestra mente. Los músculos se contraen y se tensan como respuesta a diversas emociones y se aflojan cuando aceptamos lo que está sucediendo, dejando que la vida fluya sin tanta resistencia.
Es por eso que esta técnica resulta ser una de las mejores amigas de la medicina integral, ya que a través del cuerpo se pueden sanar conflictos de la mente y de la emociones.
Estas técnicas tienen como objetivo trabajar con los sistemas circulatorio, linfático y muscular, e integrar el cuerpo energético y emocional
Masaje bioenergético: qué técnicas se utilizan
Un masaje relajante y bioenergético, basado en la milenaria técnica Ayurveda de India, trabaja justamente en el cuerpo físico. Produciéndose un interjuego que constituye un excelente medio que nos permite ser más conscientes de lo que ocurre en nuestro interior.
En el masaje se utilizan diversas técnicas del masaje abhyanga, usada por el Ayurveda para recuperar la salud y conservarla. Son masajes especialmente diseñados, siguiendo una combinación de movimientos y la unión de aceites esenciales, hierbas y aceites base. Además, se combina también con técnicas del masaje tai.
Se utilizan maniobras para su aplicación de: golpeteo, amasamiento, presión y fricción. Todas estas técnicas tienen como objetivo trabajar con los sistemas circulatorio, linfático y muscular, así como el cuerpo energético y emocional.
Al tocar la piel, estamos trabajando sobre las terminales nerviosas, lo que produce una relajación importante, pero sobre todo se moviliza la farmacia interna que poseemos. El masaje aumenta la circulación para remover los desechos de los tejidos, al tiempo que mejora la nutrición de éstos. Dependiendo de cada persona se usa más una que otra técnica, haciendo hincapié en conseguir relajación física, emocional y mental.
Al tocar la piel, no sólo trabajamos las terminales nerviosas: sobre todo, se moviliza la farmacia interna que tenemos
Cómo influye en el organismo
La tensión y las toxinas acumuladas bloquean las funciones óptimas del cuerpo. Cuando hay energía estancada, éste se empieza a debilitar, bajan los anticuerpos y se provoca todo tipo de enfermedades y afecciones.
Desde pequeños guardamos emociones: enojos, reclamos, desilusiones, miedos, dudas, etc., que al no ser liberadas y entendidas, provocan una tensión que se va acumulando en distintas zonas del cuerpo. Conforme crecemos aprendemos a vivir con estas tensiones - que también se conocen como defensas- ya que es la forma en que tanto la mente como el cuerpo se adaptan. Por ejemplo, cuando no podemos expresar el enojo lo guardamos, lo que con el tiempo genera reclamos y protestas que parecen que se olvidan. Sin embargo, quedan en el cuerpo en forma de energía pesada y con los años pueden acarrear severas tensiones interiores y generar lo que se conoce como bloqueos.
Al recibir un masaje se manipula este bloqueo porque no sólo se estimulan músculos, tejidos, huesos, tendones, sistema circulatorio, sino que también se trabaja con las energías más sutiles del cuerpo, donde comienza toda enfermedad. Somos un cableado de energía, y cuando hay dolor o tensión es porque no fluye la energía ni la sangre, con la implicancia que eso acarrea: malestar físico, dolor, molestia.
Al restablecer la circulación sanguínea se beneficia a los órganos y a los sistemas, haciendo que fluyan nutrientes y oxígeno a todas las células y tejidos. Esto permite:
• Mejora la absorción de nutrientes y fortalece los componentes vitales del cuerpo.
• Ayuda a la sangre a retirar los desechos de combustión, toxinas y grasas nocivas acumuladas.
• Fortalece al sistema inmune y a crear más leucocitos (glóbulos blancos).
• Ayuda al cerebro y sistema nervioso a restablecer su funcionamiento saludable. Aumente la actividad y funcionamiento normal de órganos y sistemas.
• Restablece el equilibrio físico-mental-emocional en el individuo.
• Libera ansiedad, estrés y aumenta la autoestima
Entonces, en las sesiones de masajes se eliminan los bloqueos energéticos y el paciente experimenta cambios emocionales y, principalmente, mucho alivio.
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