Sedentarismo, obesidad, tabaquismo, hipertensión... Las consecuencias de los malos hábitos están a la vista, cuantificadas. Las estadísticas son alarmantes: los ataques cerebrovasculares, en las últimas décadas, tuvieron un avance desmedido. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 15 millones de personas sufren un ACV por año. De esos, más de 6 millones mueren, y el resto queda con una discapacidad permanente. En el mundo, es la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad.
La hipertensión es una de las grandes causas del ACV: el 70% de quienes tuvieron un ataque cerebral era hipertenso y no lo sabía.
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Existen dos tipos de ataques cerebro vasculares. Por un lado, el isquémico, que es el más frecuente -alrededor de un 80% en Argentina- se produce a partir del taponamiento de una arteria. Por otro, el hemorrágico que implica la ruptura de una arteria dentro del cerebro, que daña severamente el sector donde ocurre.
El médico neurocirujano Pedro Lylyk advierte sobre la seriedad del problema: "Se calcula que, aproximadamente, este año, en el mundo, va a haber 17 millones de ataques cerebrovasculares. Cada 6 segundos, en el mundo, va a morir una persona por ACV". ¿Qué podemos hacer? Sus consejos:
¿Cómo darse cuenta de que estás teniendo un ACV?
Hay una regla simple: la de las "5 C".
- Alguien tiene un dolor de cabeza que no tuvo antes. Se llama cefalea.
- Alguien pierde la visión de un ojo, tiene una ceguera.
- Alguien comete equivocaciones, tiene confusiones. El habla se dificulta.
- En el cuerpo, la mitad o siente diferente o pierde fuerza (mayormente, la mitad derecha del cuerpo), significa que mi cerebro izquierdo está funcionando mal.
- La última c es la de caída. Pierdo el equilibro y me caigo.
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¿Qué hacer ante los síntomas de ACV?
Lo principal es acostar a la persona y llamar rápido a una ambulancia para trasladarlo al centro de emergencias más cercano. Si está vomitando, ponerlo de costado para que no interfiera con las vías aéreas.
¿Se puede prevenir un ataque cerebrovascular?
Sí. A todas las personas les digo: dejen de fumar, controlen la obesidad, la presión arterial y la diabetes. La mala noticia es que el ACV existe. ¿La buena noticia? Podemos prevenirlo, tratarlo y, si ocurre, rápidamente tenemos que hacer la rehabilitación para tratar la discapacidad.
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La ventana terapéutica
"La clave para sobrevivir o evitar secuelas graves en un ACV radica en reducir el tiempo de diagnóstico del paciente para decidir el mejor curso de acción y consecuentemente, mejorar la tasa de sobrevida y las probabilidades de recuperación", explica el doctor Pedro Lylyk, presidente del SIMI y de la Asociación Argentina de Ataque Cerebral.
Se estipula que la ventana terapéutica, que permite reducir los daños cerebrales causados por el ataque es de 4 horas y media y se puede extender hasta 6 horas con una nueva tratamiento que se está implementando. Afuera de esa ventana, los riesgos de discapacidad aumentan en forma drástica. Sin embargo, según la encuesta SIFHON, 1 de cada 4 argentinos no considera a los síntomas como una urgencia, por lo que la búsqueda de atención médica tardía emerge como un hábito, además de peligroso, recurrente.
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El doctor Persi puntualizó: "Desde el momento en que se da el infarto mueren casi 2 millones de neuronas por minuto. Es por esto que el tiempo es tan importante para mitigar sus consecuencias. 15 minutos salvan mucho cerebro".
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