Son muy frecuentes: casi todos hemos sufrido alguna vez en la vida leuconiquia, esas manchas blancas que aparecen en las uñas y cuyo origen ha sido objeto de distintas leyendas urbanas. Por ejemplo, que aparecían por cada mentira que contábamos, o que se debían a la falta de calcio, o que implican anemia.
Los puntitos, rayitas o manchas blancas en las uñas de las manos o los pies están vinculados a los traumatismos y daños en las uñas, causados generalmente por golpes, químicos e incluso malas manicuras.
Las causas son los traumatismos y la presencia de hongos. En algunas oportunidades pueden aparecer como manifestación de enfermedades sistémicas
Aunque la mayoría de las personas suele atribuir las manchas o marcas blancas en las uñas a la deficiencia de vitaminas o minerales como el zinc o calcio, no existen pruebas científicas que lo avalen.
Las manchitas surgen como consecuencia de un proceso inflamatorio o por un golpe mínimo en la matriz. Pensemos que la uña crece un milímetro cada diez días, así que cuando vemos la mancha en mitad de la superficie significa que la lesión se produjo dos o tres meses atrás.
Las alteraciones y manchas persistentes en las uñas pueden ser un aviso de que hay algún tipo de enfermedad de la piel o del organismo
Suelen darse en forma de punto, línea o nube. Las lineales habitualmente son traumáticas o aparecen por intoxicaciones, por comidas, por medicamentos y hasta por estrés. Las que son en forma de nubecitas pueden surgir por la presencia de hongos o por enfermedades de la piel, como psoriasis, eczemas u otras. En este punto, asoman como síntoma de enfermedades cutáneas u orgánicas.
Los expertos recomiendan no usar quitaesmaltes que contengan acetona y tener mucho cuidado al hacerse la manicura.
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