Según el estudio “The impact of cigarettesmoking on the health of descendants”, publicado en ExpertReview of Obstetrics & Gynecology por los doctores de IVI Sergio Soares y José Bellver, fumar durante el embarazo ha sido asociado con la subfertilidad o la infertilidad en los descendientes. El tabaquismo materno, particularmente el tabaquismo moderado (más de 10 cigarros al día), se ha relacionado con un menor recuento y calidad de esperma en los hijos varones y una reserva comprometida de ovocitos y subfecundidad entre la descendencia femenina.
“Los componentes del cigarrillo, como la nicotina, disminuyen la capacidad para producir estrógeno (hormona producida principalmente en los ovarios, esencial para el desarrollo sexual femenino y el funcionamiento del sistema reproductor)”, explica el doctor Fernando Neuspiller, director de IVI Buenos Aires.
“Por eso, el tabaco produce diversas alteraciones en la mujer: en la fertilidad, ya que aumenta la probabilidad de infertilidad y el tiempo de concepción de un bebé; durante el embarazo, ya que su consumo está asociado con malformaciones en los descendientes, anormalidades neuro-conductuales, riesgo de obesidad infantil e, incluso, infertilidad; y, en la menopausia, adelantando su aparición por 2-3 años”, profundiza el doctor.
Según afirma la American Society for Reproductive Medicine (ASRM), fumar parece acelerar la pérdida de ovocitos y la función reproductiva e, incluso, puede acelerar el comienzo de la menopausia por varios años. Además, de acuerdo a la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos, implementada en Argentina durante el año 2012, más del 90% de los encuestados creen que respirar humo de tabaco ajeno causa enfermedades graves en lo no fumadores.
“Es bien sabido que las mujeres que fuman, además de tener un riesgo incrementado de subfertilidad, tienen también un mayor riesgo de pérdida de embarazo, parto pre-término y de dar a luz niños con bajo peso al nacer. Pero ellas no son las únicas afectadas por las consecuencias del cigarrillo, sino también aquellas que consideramos fumadoras pasivas padecen las consecuencias de manera indirecta, ya que la exposición intrauterina a químicos relacionados con el cigarrillo reduce la fertilidad femenina”, agrega Neuspiller.
El tabaco y fertilidad del varón
El tabaco también produce efectos nocivos en el ADN masculino. Fumar fragmenta el material genético de los espermatozoides causando infertilidad masculina. En un estudio realizado por especialistas de IVI sobre 100 varones infértiles sometidos a tratamientos de reproducción asistida ha permitido demostrar que aunque la producción de espermatozoides de un varón fumador sea normal, el aumento de la incidencia de fragmentación del ADN puede impedir que no se consiga el embarazo aun sometiéndose a tratamientos de reproducción asistida. El cigarrillo contiene cientos de compuestos, algunos de los cuales son sin duda los responsables del deterioro del ADN.
“El espermatozoide del ser humano aporta la mitad del material genético al futuro individuo y su calidad influye notoriamente en las posibilidades de conseguir un embarazo. Por este motivo, los varones que fuman ven cómo disminuye considerablemente su calidad espermática al producirse deterioro en su material genético o ADN”, finaliza Neuspiller.
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