Cuando los horarios se empiezan a complicar una de las primeras cosas que tachamos de la agenda es el ejercicio. Lo vemos como algo "prescindible" o que retomaremos "ni bien encontremos un hueco".
Considerar el ejercicio como algo secundario en nuestra rutina puede tener pésimas consecuencias para nuestra salud. Pasado un tiempo sin hacer ninguna actividad física nuestro cuerpo nos pedirá que lo hagamos a partir de ciertos síntomas. Te contamos cómo reconocerlos.
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Señales de que deberíamos hacer ejercicio
Según Brandon Mentore, experto en Acondicionamiento Físico, el cuerpo nos transmite que tenemos que hacer más ejercicio de la siguiente manera:
Sistema inmunológico débil
Si ves que te estás enfermando más de lo normal podrías necesitar más ejercicio. El deporte es un aliado clave en la salud ya que promueve la buena circulación, lo que permite que las células y las sustancias del sistema inmune se muevan a través del cuerpo libremente y hagan su trabajo de manera eficiente, según un estudio de la Universidad de Harvard.
Depresión o decaimiento
“El ejercicio aumenta la dopamina, las beta-endorfinas y el factor neurotrófico derivado del cerebro, mejorando su estado de ánimo, memoria y productividad”, explicó Brandon Mentore a la revista Business Insider.
Es por eso que cuando no hacemos ejercicio nos sentimos más caídos que si incluyéramos actividad física en nuestra rutina. De hecho, un estudio reveló que solo una hora de ejercicio semanal puede ayudar a prevenir la depresión en el futuro, independientemente de la intensidad.
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Respiración forzada
Se trata de una de las manifestaciones más claras del mal estado físico. Sufrir falta de aliento ante movimientos que antes no lo provocan o no demandaban mayor esfuerzo -como subir escaleras-, es una señal inequívoca de que debemos hacer más actividad física.
Insomnio
El insomnio puede ser consecuencia de la falta de actividad ya que no "agotamos" todas nuestras energías durante el día. El ejercicio ayuda a regular el ritmo circadiano, que a su vez sintoniza y controla los ciclos de sueño.
Sin embargo, lo mejor es hacerlo lejos de la hora de dormir para que el cortisol liberado por el ejercicio no dificulte la conciliación del sueño.
Estreñimiento
El ejercicio estimula el funcionamiento intestinal ya que cuanto más entrenamos, menos tiempo tarda la comida en atravesar los intestinos. Esto además resulta en una disminución de la cantidad de agua que el cuerpo absorbe de la materia fecal.