Cáncer y microondas: qué hay de cierto en este mito popular

microondas

Es un tema recurrente: mucho se ha hablado y escrito sobre cáncer y radiaciones. Llamamos radiación a la liberación de energía desde distintas fuentes. Cuando se asocia radiación y cáncer, suele relacionarse esta enfermedad con materiales radiactivos o los reactores nucleares. Sin embargo, existen distintos tipos de radiación y muchas de ellas no están relacionadas con el cáncer.

Las radiaciones tienen un amplio espectro llamado electromagnético, que va desde la radiación de muy alta energía, también llamada de alta frecuencia, a la radiación de muy baja energía, también llamada de baja frecuencia.

Desde las de más alta a las de más baja energía, las principales formas de radiación son:

* Rayos Gamma, Rayos X, Rayos ultravioleta (UV), Luz visible,

* Rayos infrarrojos, Microondas, Ondas de radiofrecuencia (radio),

* Radiación de frecuencia extremadamente baja (ELF, siglas en inglés).

El dato más importante a tener en cuenta, en relación a si afecta o no la salud, es establecer si la radiación es o no ionizante. La radiación ionizante es aquella que tiene energía suficiente para despojar los electrones de una molécula, transformándolas en inestables, con rápidos cambios químicos, dañando el ADN de las células, hecho que puede concluir en cáncer. Las variantes de radiación ionizante incluyen los rayos Gamma, los rayos X, algunos rayos UV de alta energía y algunas partículas subatómicas tales como las partículas alfa y los protones.

La radiación no-ionizante es aquella de baja frecuencia, que no tiene suficiente energía para causar daño directo al ADN por lo que no produce cáncer. Los tipos de radiación no-ionizante incluyen los rayos ultravioleta de baja energía, la luz visible, rayos infrarrojos y ondas radiales.

Se ha planteado la preocupación sobre una posible relación entre algunos tipos de radiación no-ionizante y el cáncer. No hay claridad sobre la forma en que esto podría ocurrir. La radiación no-ionizante no daña el ADN en forma directa, pero puede afectar a las células de otras formas. Mucho se habla sobre el tema de la posible relación entre algunos tipos de radiación no-ionizante y el cáncer. Pero hasta el momento no se ha establecido que la radiación no-ionizante pueda causar cáncer.

Respecto al microondas, la radiación emitida por estos hornos es no-ionizante, del mismo tipo que la emitida por los teléfonos celulares, con niveles de energía similares a los de las ondas radiales y a los de las ondas infrarrojas y, como las demás formas de radiación no-ionizante, no tienen suficiente energía para causar daño directo al ADN. Por lo tanto, no producen cáncer. La radiación de microondas se usa en hornos microondas y en equipos de radar. Los teléfonos celulares pueden asimismo usar ciertas microondas de baja energía.

Los hornos de microondas funcionan con niveles de microondas muy altos para calentar los alimentos. Las microondas se encuentran dentro del mismo horno. Cuando los hornos de microondas se usan de acuerdo con las instrucciones, no hay pruebas de que presenten un riesgo para la salud de las personas. La exposición a altos niveles de microondas puede tener efectos en la salud. Dicha exposición podría resultar en una dolorosa quemadura o en el desarrollo de cataratas en los ojos.

Estas lesiones son causadas únicamente por la exposición a grandes cantidades de radiación de microondas, que no son emitidas en condiciones habituales, por los aparatos de uso doméstico. Las pequeñas cantidades que pueden ser emanadas por un horno de microondas no causan estos problemas. En ningún momento se ha demostrado que la radiación del horno de microondas produzca o acelere algún tipo de cáncer.

Otro mito es que destruye los nutrientes de los alimentos. La realidad es que cualquier tipo de cocción puede llegar a hacerlo. Mientras no se cocine de más la comida, no hay problema. Tal vez el único detalle malo es que el microondas calienta los alimentos de manera muy desigual, así que hay que tener cuidado porque una parte puede parecer fría o tibia y más adentro puede estar tan caliente como para producir quemaduras. Así, los microondas no son seguros para la leche de los niños.

Fuente: Dr. Mario Bruno. Profesor Titular de la Cátedra de Oncología, Asociación Médica Argentina.

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