El cáncer de esófago es un tipo de cáncer que se origina en el esófago, el tubo muscular que conecta la garganta con el estómago. Es de baja incidencia, pero está creciendo en muchos países por los malos hábitos y el tipo de alimentación. Es una enfermedad que puede ser grave y potencialmente mortal si no se diagnostica y trata a tiempo. Veamos cuáles son las causas, los síntomas y signos de alerta para su detección temprana.
Es importante conocer algunos datos porque el cáncer de esófago se desarrolla silenciosamente, sin síntomas hasta que se encuentra muy avanzado. Eso complica el pronóstico de la enfermedad, por lo cual, como siempre resaltamos, estar atentos, cumplir con los controles y consultar, hace una gran diferencia. Salva vidas.
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¿Qué es el cáncer de esófago?
El doctor Rudolf Buxhoeveden, Vicedirector médico y Jefe de cirugía de esófago y estómago del Hospital Alemán, comparte con Movida Sana algunas precisiones. "El cáncer de esófago es una enfermedad en la que células malignas (cancerosas) se forman en el revestimiento interno (mucosa) del esófago, el tubo que lleva los alimentos y líquidos desde la faringe hasta el estómago. Es una enfermedad grave que puede afectar la capacidad de tragar y comer", explica.
Existen dos tipos principales de cáncer de esófago. El cáncer de células escamosas (también conocido como carcinoma de células escamosas), que comienza en las células escamosas (que son las células delgadas y planas que recubren el interior del esófago) y suele estar asociado con factores de riesgo como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
Y el otro tipo de cáncer de esófago es el cáncer de células glandulares (también conocido como adenocarcinoma). Comienza en las células glandulares que producen moco y líquidos en el revestimiento del esófago y es más común en la parte inferior del esófago. Se cree que está relacionado con la enfermedad por reflujo gastroesofágico crónico (ERGE) y la enfermedad de Barrett.
Causas del cáncer de esófago
Respecto a las causas del cáncer de esófago, los médicos explican que puede ser causado por una combinación de factores de riesgo genéticos, ambientales y de estilo de vida. El tabaquismo, por ejemplo, aumenta significativamente el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. Los productos químicos presentes en el tabaco pueden dañar el revestimiento del esófago con el tiempo, aumentando el riesgo de cáncer.
También el consumo excesivo y prolongado de alcohol, la obesidad, una mala alimentación y lo reflujo ácido crónico, en el que el ácido del estómago regresa al esófago con frecuencia. La irritación crónica puede aumentar el riesgo, especialmente en casos de enfermedad de Barrett.
Antes de avanzar, es clave aclarar que no todas las personas con reflujo desarrollarán esófago de Barrett, ni todas las personas con Barrett evolucionarán a cáncer de esófago. Son condiciones que aumentan el riesgo, pero no son determinantes.
Respecto a la edad y el sexo, el riesgo de cáncer de esófago aumenta con los años, y es más común en personas mayores de 55. Además, los hombres tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de esófago que las mujeres.
También es importante saber que tener antecedentes familiares de cáncer de esófago o de otros tipos de cáncer digestivos puede aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer de esófago?
"Los síntomas del cáncer de esófago pueden variar dependiendo del estadio de la enfermedad, pero comúnmente incluyen dificultad para tragar (disfagia), dolor o presión en el pecho, pérdida de peso inexplicable, tos persistente, regurgitación de alimentos, indigestión o acidez frecuente", precisa el doctor Buxhoeveden. "Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden ser causados por otras afecciones médicas, pero si persisten durante varias semanas o empeoran con el tiempo, es importante buscar atención médica".
Respecto a cuándo se debe consultar con el médico, el doctor recomienda "consultar a un especialista si experimentas alguno de los síntomas mencionados anteriormente de manera persistente. Especialmente si tienes factores de riesgo conocidos para el cáncer de esófago, como antecedentes familiares de la enfermedad, consumo regular de tabaco o alcohol, obesidad, enfermedad por reflujo gastroesofágico crónico.
Diagnóstico y tratamiento del cáncer de esófago
Respecto a cómo se diagnostica y trata el cáncer de esófago, el doctor Rudolf Buxhoeveden explica que "el diagnóstico del cáncer de esófago generalmente mediante una endoscopía digestiva alta (se introduce un tubo delgado con una cámara en el esófago para examinarlo) donde se realizan biopsias de la lesión. También se pueden realizar pruebas de imagen como radiografías y tomografías computarizadas para evaluar el tamaño y la extensión del tumor".
Sobre el tratamiento del cáncer de esófago, destaca que "es complejo y requiere un enfoque multidisciplinario. Un equipo de especialistas que incluye cirujanos oncólogos, oncólogos clínicos, radioterapeutas, nutricionistas y otros profesionales de la salud trabajarán juntos para diseñar el mejor plan de tratamiento para cada paciente".
Buxhoeveden subraya que "es crucial contar con la experiencia de un centro médico con experiencia en el tratamiento del cáncer de esófago y con un sólido soporte de terapia intensiva, especialmente para pacientes que necesitan cirugía, ya que la cirugía de esófago es una de las más complejas y requiere cuidados especializados".
Es importante destacar que el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado, dentro de un entorno médico especializado, pueden mejorar significativamente las posibilidades de supervivencia y calidad de vida de los pacientes con cáncer de esófago, subraya el especialista.
Cómo prevenir el cáncer de esófago
Prevenir completamente el cáncer de esófago puede ser difícil, ya que algunos factores de riesgo, como la predisposición genética, no pueden modificarse. Sin embargo, existen algunas medidas que pueden reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Aquí hay algunas formas de ayudar a prevenir el cáncer de esófago:
- Dejar de fumar: El tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo para el cáncer de esófago. Si fumas, buscar ayuda para dejar de fumar puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
- Limitar el consumo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol también aumenta el riesgo de cáncer de esófago. Limitar la cantidad de alcohol que consumes o abstenerse por completo puede ayudar a reducir el riesgo.
- Mantener un peso saludable: La obesidad y el sobrepeso están asociados con un mayor riesgo de cáncer de esófago, especialmente el tipo de adenocarcinoma. Mantener un peso saludable a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular puede ayudar a reducir el riesgo.
- Seguir una dieta saludable: Una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de esófago. Evita o limita los alimentos procesados, las carnes rojas y las grasas saturadas, ya que pueden aumentar el riesgo.
- Tratar el reflujo ácido: Si experimentas acidez estomacal o reflujo ácido con regularidad, busca tratamiento médico para controlar la afección y reducir el riesgo de complicaciones.
- Mantener una buena higiene bucal: La buena higiene bucal y dental puede ayudar a prevenir el cáncer de esófago asociado con el virus del papiloma humano (VPH). Cepíllate los dientes regularmente, usa hilo dental y visita a tu dentista con regularidad.
- Hacer exámenes médicos regulares: Someterse a exámenes médicos regulares puede ayudar a detectar cualquier problema de salud de manera temprana, incluido el cáncer de esófago. Habla con tu médico sobre las pruebas de detección recomendadas según tus factores de riesgo y antecedentes médicos.
- Evitar alimentos y bebidas muy calientes: El consumo de alimentos y bebidas muy calientes puede irritar el esófago y aumentar el riesgo de cáncer. Deja que los alimentos y las bebidas calientes se enfríen antes de consumirlos.
- Reducir la exposición a carcinógenos ocupacionales: Si trabajas en industrias con exposición a carcinógenos conocidos, como productos químicos industriales o humo de combustión, sigue las prácticas de seguridad recomendadas para minimizar la exposición.
Si tienes preocupaciones sobre el cáncer de esófago o estás en riesgo debido a factores genéticos o de estilo de vida, es importante hablar con un médico para obtener orientación y atención médica adecuada.
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