Anorexia sexual: deseo en baja, problema en auge

Qué es la anorexia sexual y por qué significa un problema a la hora de entablar relaciones sexuales en pareja.

Alrededor de 4 de cada 10 mujeres y 3 de cada 10 hombres sienten en algún momento aversión al sexo, un trastorno del deseo cada vez más frecuente en los consultorios y terapias de pareja. También conocida como anafrodisia o anorexia sexual, esta alteración genera mucho padecimiento psíquico y muchas veces se termina convirtieron en una fobia que afecta los vínculos amorosos.

"La anorexia sexual se produce cuando el ser humano rechaza el sexo sintiendo aversión a él, y evita cualquier tipo de contacto sexual, siendo el principal desencadenante el miedo", precisó el Dr. Patrick Carnes que con su libro Anorexia sexual: cómo vencer el odio a la propia sensualidad (1997, reeditado en 2001), se adentró en un mundo lleno de emociones y problemas sexuales, comparando el trastorno alimenticio con la práctica sexual.

Anorexia sexual: el deseo ¿ausente?

Existen variantes en los problemas del deseo sexual que van un poco más allá de las disfunciones clasificadas en los manuales específicos. En la consulta vemos con frecuencia cómo los pacientes refieren dificultades en el deseo, ya sea por falta o por exceso. La "anorexia sexual" podría considerarse como la falta de libido o "apetito sexual", acompañada de una preocupación excesiva para no tener sexo y alteraciones en la imagen corporal.

Te puede interesar: Problemas sexuales en la mujer: disfunciones más frecuentes

Es importante aclarar que dicho trastorno no está definido ni figura en las clasificaciones psiquiátricas ni sexológicas con el nombre de Anorexia Sexual, por lo tanto, la prevalencia informada corresponde en general a los Trastornos del Deseo, específicamente un subtipo, la Aversión al Sexo, que es un cuadro que padecen aproximadamente 4 de cada 10 mujeres y 3 de cada 10 hombres, según un informe de la Sociedad Médica Norteamericana.

Las personas que padecen este trastorno ven el sexo como un enemigo furtivo del que no quieren saber nada y al que rechazan en todo momento, y no como una experiencia satisfactoria y placentera

En la consulta observamos que existen pacientes que no tienen deseo ni fantasías, pero además muestran un fuerte rechazo al contacto sexual producto de un profundo temor. El miedo actúa como un inhibidor de la conducta, convirtiendo a la persona en un ser aprensivo, con sentimientos de inferioridad, torpeza corporal, sin recursos amatorios, con la "idea fija" de ser puestos en ridículo por cualquier partenaire sexual.

Leer más: Por qué mi pareja ya no me excita: qué hacer cuando el deseo se apaga

El miedo y la ansiedad son dos de los principales síntomas más presentes en las personas afectadas por este tipo de trastorno a la hora de realizar o pensar en cualquier práctica sexual. Los expertos encuentran situaciones de miedo a tener contacto con los demás, a desarrollar sentimientos y emociones intensas, a sentirse atraído por alguien, a la vulnerabilidad, e incluso a sentir su propia sexualidad.

Finalmente, el miedo se instala y paraliza, rechazando nuevos encuentros amorosos. En la Anorexia Sexual el componente que la distingue no es el miedo, sino la convicción (ideas, pensamientos) de que el sexo no es una experiencia placentera, por el contrario, es vivido como algo traumático y repulsivo.

El cuerpo pierde sensibilidad, rechazando todo estímulo erótico que pudiera perturbarlo. Las ideas o pensamientos se convierten en preocupaciones que ocupan la cabeza, impidiendo toda intromisión de fantasías o estímulos vigorizantes.

Puedes ver: Qué le pasa a tu cuerpo cuando dejas de tener sexo

El trastorno puede ser de toda la vida o adquirido: puede aparecer en el inicio de la actividad sexual o luego de un período de actividad sexual normal. Son frecuentes los casos en los conflictos interpersonales (ejemplo: insatisfacción matrimonial).

Los factores más comentados como causales del malestar son: vergüenza, culpa, vivir el sexo como algo pecaminoso, desconocimiento del propio cuerpo, conductas agresivas del compañero sexual, etc.

Las personas que padecen Anorexia Sexual suelen acostumbrarse a usar estrategias para evitar los encuentros, como acostarse más temprano, descuido del aspecto externo, volcarse en exceso a actividades familiares o a amistades, o al cuidado de hijos o nietos. En algunos casos se constata abuso de psicofármacos, alcohol u otras sustancias.

Ver más: Sexualidad y estrés: cómo despertar la libido cuando el deseo se va

A su vez, la anorexia sexual puede estar asociada a otras patologías: depresiones, hipotiroidismo, trastornos obsesivos, o trastorno por estrés postraumático, sobre todo como resultado de abuso o violación, cirugías mamarias o de otra región corporal, abuso de alcohol, etc.

Por lo general, las personas afectadas por Anorexia Sexual tienen rasgos de personalidad similares a la Anorexia Nerviosa (trastorno de la alimentación): pensamiento perseverante, preocupaciones obsesivas, rigidez en el comportamiento, pobreza en la expresión emocional, tendencia a la autoexigencia, cuerpo vedado a las experiencias placenteras, antecedentes de sobreprotección familiar, etc.

Tratamiento de la anorexia sexual

En caso de presenciar este tipo de situaciones en la pareja, siempre es bueno saber qué hacer para resolver los inconvenientes.

  1. Ante todo, es imprescindible un buen diagnóstico para descartar enfermedades asociadas (ejemplo: depresión, trastornos obsesivos, abuso de sustancias, etc.).
  2. Evitar los pensamientos intrusos que alejan las fantasías.
  3. Usar técnicas de relajación y respiración para controlar la ansiedad.
  4. Tomar contacto con el propio cuerpo: caricias, masajes, baños, etc., con la finalidad de recuperar las sensaciones placenteras.
  5. Comunicar lo que te sucede a tu pareja.
  6. En lugar de evitar el encuentro, afrontar la experiencia sexual, primero sin contacto genital, luego incluyéndolos.
  7. Aprender técnicas que ayuden a modificar la imagen corporal: yoga, bioenergética, counseling corporal, psicoterapias vivenciales, etc.
  • Fuente: Dr. Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.

Continuar leyendo:

magnifiermenu linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram