Darse permiso: disfrutar de la sexualidad después de los 50 años

Encontrarse de nuevo con personas que conocimos décadas atrás, es un mérito de las redes sociales, que permiten a hombres y mujeres retomar vínculos después de mucho tiempo y reiniciarlo en nuevas circunstancias.

No son pocas las personas, tanto hombres como mujeres que concurren al consultorio y comentan con satisfacción y a veces también con un poco de pudor, que encontraron un compañero o compañera de colegio o de la época universitaria, con quien habían tenido una simple amistad juvenil y que ahora, transcurridos años, hijos, divorcios o viudeces, se reencuentran y descubren con agrado, cuánto en común tienen y cuánta empatía y comprensión pueden desarrollar en la actualidad.

Oda a la sexualidad femenina

“La conocí en la secundaria, éramos amigos en el grupo y nunca imaginé volver a encontrarla ahora, con tanta historia a cuestas por ambos lados. Sin embargo, no sé, hay como un entendimiento, como si hubiéramos vivido las mismas experiencias, algo que no creí posible, y nos animamos a tener sexo”, dice un hombre de 60 años.

“Era compañero de la facultad, buen muchacho, pero nada más, después me casé e hice mi vida; él también se casó y se divorció. Hace unos meses nos volvimos a encontrar por facebook y decidimos tomar un café para recordar viejas épocas; no sé qué pasa pero ¡él me entiende tan bien!; decidimos ser amigos de nuevo y de a poco también decidimos permitirnos disfrutar de encuentros íntimos, ya que es buenísimo poder tener intimidad con alguien que te genera confianza”, relata una mujer de 53 años.

La generación de hombres y mujeres mayores de 50 años necesitan darse los tiempos necesarios para procesar la relación

¿Qué lleva a estas personas a permitirse tener intimidad con hombres ó mujeres que, según dicen, les generan principalmente confianza y empatía o sensación de entendimiento mutuo, más que química ó atracción física?

Las relaciones entre quienes buscan formar una pareja han cambiado mucho en los últimos años y también se ha generalizado tener encuentros sexuales entre personas que prácticamente no se conocen. La generación más joven, que está creciendo y se está formando con los modelos de la posmodernidad, encuentra ya natural esta manera de vincularse y trata de adaptarse a ella, con mayor ó menor éxito.

Sin embargo, la generación de hombres y mujeres mayores de 50 años, que se encuentran prácticamente transitando algo más de la mitad de su vida, han crecido con modelos y pautas sociales diferentes y en la actualidad buscan vínculos sobre bases como las de darse los tiempos necesarios para procesar la relación, sintonizar los gustos del otro buscando ser equitativos, tenerle paciencia a los hábitos ya inmodificables de cada uno, respetar los espacios familiares, sociales y laborales de uno y otro, así como tratar de no invadirse mutuamente el territorio, logrado con tanto esfuerzo y que, tanto hombres como mujeres valoran muchísimo.

pareja

En el ámbito de la sexualidad cada vez más, la gente entiende que esta función bio-psico-cultural y espiritual no es una respuesta invariable y garantizada de la naturaleza, sino una construcción individual que se asienta en muchos factores, como el estado de salud, la educación e información obtenidas, la personalidad individual, las experiencias pasadas y las expectativas más ó menos reales o fantaseadas que tenga cada uno.

A partir de los 50, se da lugar al deseo legítimo de un placer sabio y alegremente dinámico, en el cual se capitalizan las experiencias vividas

Por lo general la curiosidad y la pasión impulsiva, impetuosa y también egoísta de las primeras décadas de sexualidad activa, ha dado lugar, a partir de los 50, al deseo legítimo de un placer sabio y alegremente dinámico en el cual se capitalizan las experiencias vividas y donde, el deseo de conocer y entender al otro y especialmente a uno mismo, se considera una base importante para que la relación funcione.

Como comentó una pareja de pacientes que son amigos con privilegios “lo primero fue volver a conocernos después de tantos años y ver si sintonizábamos en carácter y en intereses, si nos inspirábamos confianza y seguridad como amigos; recién después, aunque no hubo mucha química al principio, nos animamos a tener intimidad y sorprendentemente, de a poco descubrimos un placer que no conocíamos, no solo erótico sino como seres humanos; nos sentimos valorados y cuidados entre nosotros y ni se nos ocurre pensar en tener sexo con otras personas”.

En la humana búsqueda de la felicidad y de la apreciación, la gente construye nuevos estilos de vínculo y busca recursos inéditos que les garantice que no serán lastimados u ofendidos.

Fuente: Dra. Beatriz Literat, MN° 50294. Médica sexóloga clínica.

Te puede interesar:

magnifiermenu linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram