En el mundo moderno la gente está cansada. Mientras que el estrés, la falta de ejercicio físico y la deuda de sueño ayudan, la mayoría no piensa en culpar a la sangre. Pero para millones de argentinos el cansancio es uno de una serie de síntomas de una enfermedad llamada anemia. Su nombre deriva de la palabra griega anaimía, que significa "falta de sangre".
Qué es la anemia
La anemia por deficiencia de hierro es una de las enfermedades más comunes, y en general, exceptuando casos muy particulares, es fácil de tratar. Se presenta cuando no hay suficiente hierro en el organismo.
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Las personas que padecen esta enfermedad tienen menor cantidad de glóbulos rojos de lo normal. Éstos son fundamentales para el correcto funcionamiento del cuerpo, ya que son los encargados de transportar el oxígeno y retirar el dióxido de carbono, que es un producto de desecho.
Aunque existen varios tipos de anemia, la generada por carencia de hierro es la más común, representa la mitad de todos los casos y es mucho más frecuente en las mujeres que en los hombres. Es una de las carencias nutricionales más frecuentes en el mundo: se calcula que un 25% de las personas la padecen.
Causas de la anemia
Las causas de la anemia pueden ser muchas y de lo más variadas. Te contamos cuáles son para que puedas prestarle atención:
- Pérdida de sangre. Ya sea simplemente durante el período menstrual o por enfermedades del tubo gastrointestinal. Ambas son las causas más comunes.
- Nutrición inadecuada. La cantidad de hierro que necesita una persona depende de su edad, sexo y nivel de actividad física. Los chicos necesitan una gran cantidad de hierro para sostener el crecimiento. Las adolescentes y las mujeres necesitan más hierro debido a que menstrúan. Las mujeres dietantes, los veganos o las personas que eliminan las fuentes de hierro poseen mayor prevalencia de la enfermedad.
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- No consumir carne. Los adultos mayores que por distintas razones no consumen carnes o los grupos socioeconómicos menos favorecidos que no pueden sustituyen la fuente de hierro. Ellos son los que se encuentran en mayor riesgo.
- Mayor volumen sanguíneo. Las embarazadas también son propensas a padecer la enfermedad por los altos requerimientos de este mineral que se encuentran aumentados para soportar el mayor volumen sanguíneo que implica la gestación.
- La anemia ferropénica puede ser causada por una incapacidad para absorber el hierro ya sea por cirugía bariátrica, por enfermedad intestinal como celíaquia o la enfermedad de Crohn. En estos casos no importa cuánta verduras de hoja verde, pescado u otros alimentos ricos en hierro es consumida, el organismo no es capaz de absorber suficiente hierro para producir glóbulos rojos sanos.
Síntomas de la anemia
En todos los casos la presencia de anemia afecta la respuesta inmune, la resistencia a las infecciones, el metabolismo del músculo, el desarrollo intelectual, la capacidad cognitiva y de trabajo.
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En casos leves o moderados la enfermedad no se detecta pues los síntomas pueden pasar realmente inadvertidos. De hecho, en el informe final de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud –ENNyS– 2008, se la denominó “la desnutrición oculta”.
En los demás casos, los síntomas más típicos suelen ser:
- Malhumor.
- Cansancio.
- Dolores de cabeza.
- Dificultad para concentrarse.
- Palidez, uñas quebradizas.
- Mareos o dificultad para respirar luego de realizar ejercicio físico e incluso también en reposo.
Cómo prevenir la anemia
La anemia es una enfermedad que puede prevenirse con una alimentación adecuada, completa y variada que incluya alimentos ricos en hierro entre los que se encuentran:
- Carnes.
- Hortalizas de hojas verde oscuro.
- Porotos.
- Lentejas.
- Huevos.
- Nueces.
- Semillas.
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También se puede mejorar la absorción del hierro cuando se lo ingiere con kiwi, frutilla, cítricos y tomates, por su alto contenido en vitamina C.
Cómo tratarla
El tratamiento se focaliza en los factores que la producen. Si se debe a pérdida de sangre, tratar la causa. Si es causada por una dieta inadecuada, implicará reponer hierro, ya sea con alimentos o suplementos.
La calidad de vida nunca debe ser sacrificada y en cuidado preventivo siempre vale la pena el esfuerzo. En casos como los de Ana, que se pueden prevenir y mejorar modificando la alimentación, lo importante es atacar la anemia a tiempo. Pequeños cambios pueden hacer la diferencia. ¡Escuchá a tu cuerpo y consultá al médico!
- Dra. Mónica Katz. Médica especialista en nutrición. Directora del Centro Dra. Katz, de la Carrera de Especialista en Obesidad y del Posgrado en Nutrición de la Universidad Favaloro.
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