Es un miedo que afecta a muchos nuevos conductores e incluso a los más experimentados. En algunos casos surge como un miedo espontáneo y no como una consecuencia a un accidente de auto o a una tragedia similar. Se trata de una fuerte fobia a conducir, esto es la amaxofobia. Un miedo que viven aproximadamente 1 de cada tres personas que conducen.
Un miedo que se presenta más en mujeres
Jaime González, director de terapias específicas de amaxofobia en la Fundación CEA, constata que esta fobia persiste mayoritariamente en mujeres. “Les digo de broma que por el prejuicio social de que el hombre es el valiente y a la mujer no le importa reconocer que tiene miedo. De 15 suele haber uno o dos hombres”, menciona.
De acuerdo con esto, las causas de la amaxofobia suelen ser:
- La inseguridad o ansiedad que suelen ser de personas que ya lo tienen incorporado en su personalidad.
- Otra causa es el haber sufrido algún accidente de auto en algún momento o tener un familiar o conocido que lo haya tenido y que eso haya marcado al conductor a nivel psicológico.
Para los médicos psiquiatras y psicólogos, la brecha de género que hay frente a este miedo puede tener que ver con que los trastornos de ansiedad y la inseguridad son más comunes en mujeres.
También es importante destacar que la amaxofobia se puede dar en distintos niveles. Hay personas que tienen fobia a sentarse a conducir y otras que pueden conducir sin problemas pero le tienen miedo a conducir bajo la lluvia o en tráfico. Para algunos, esto puede deberse a estar sin conducir por un tiempo prolongado, entonces esto hace que se pierda la costumbre y aumente el miedo.
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Amaxofobia: cómo hacer para combatirla
Como la mayoría de las fobias, esta puede tratarse. Aunque te aclaramos que esto no es algo sencillo sino que implica un proceso complejo de enfrentarse al miedo y tratarse incluso con especialistas.
El tratamiento que ha demostrado ser el más efectivo es el “cognitivo-conductual”. Este consiste en hacer que la persona tome conciencia del problema que se le presenta en su cotidianidad, luego es fundamental que entienda lo que le ocurre para que empiece a tener control sobre la situación. Pasado un tiempo de ser consciente de lo mencionado, con ayuda de un terapeuta se realizan técnicas de exposición en las que la persona de se va enfrentando de a poco a estas situaciones en el auto que le dan fobia.
Maneras de hacer la exposición al miedo
- Se pueden hacer ejercicios de visualizar, esto es imaginarse manejando y teniendo el control de la situación.
- Subirse al auto y manejar trayectos cortos y tranquilos.
- Hacer terapia de grupo para sentirse cómodo/a hablando de la fobia junto a otras personas que sufren lo mismo.
- Meditar y hacer mindfullnes, así calmás tu ansiedad y entendés que no debés precipitarte al futuro ni a momentos catastróficos imaginarios.
“Ese miedo que tenés al salir de la autopista, a manejar o simplemente ponerte en el lugar del conductor hay que machacarlo hasta ser consciente de que es un miedo psicológico y no algo real.”
No tiene incidencia en la amaxofobia el reprobar el exámen de manejo
Otra creencia errónea que suele haber es que quienes reprueban el examen práctico de conducir son los más propensos a desarrollar el miedo. Esto no es del todo cierto ni se han hecho estudios que lo demuestren.
Reprobar el examen puede tener que ver con que no se practicó lo suficiente para rendir la evaluación de manejo o incluso, puede estar relacionado (en el caso de las personas mayores) con que tienen leves problemas de memoria y se olvidan información esencial para el momento de manejar.
Pero, siempre está la probabilidad de que alguien que haya tomado clases de manejo o haya estado practicando y sufre alguna complicación o momento desagradable seguramente esté condicione a no querer subirse al coche nuevamente.
Por esto es importantísimo tener un profesor de autoescuela que esté preparado para ayudarte en esta situación o, siempre intentá que al practicar con el auto estés acompañado de algún amigo o familiar. De esa manera, te vas a sentir con más confianza en vos y más seguro.
Una vez superado el miedo, no dejes de manejar
Perder la costumbre de manejar si lo venías haciendo seguido o si sacaste la licencia de conducir es lo peor que podés hacer. Así fomentarás que el miedo vuelva por perder la costumbre de subirte al auto y manejar.
De hecho, si encima te animás a seguir empujando tus límites y manejar en situaciones en las que te sentís inseguro, más fortalecido vas a salir de esa situación. Porque una vez que se enfrenta el miedo, uno entiende que es algo psicológico y no real. Al combatirlo lográs derribarlo y que no vuelva a aparecer.
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