En general, la mayoría de la gente le tiene terror al cáncer y otras enfermedades con muy mala prensa. Pero, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardíacas son, por lejos, la primera causa de mortalidad en el mundo. Más de 8 millones de personas mueren cada año por patologías del corazón, disparadas muchas veces por la hipertensión arterial (HTA), una afección que dispara los riesgos de sufrir un ataque e insuficiencia cardíaca o un ACV, y que afecta seriamente diversos órganos de cuerpo.
Un flamante informe de la Fundación Española del Corazón, perteneciente a la Sociedad Española de Cardiología, que alertó que los decesos causados por esta enfermedad silenciosa se duplicaron en la última década. Uno de los grandes problemas de esta patología es que ataca de manera asintomática durante años, deteriorando fuertemente la salud arterial.
La hipertensión aumenta los riesgos de sufrir un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y también afecta a los riñones
En Argentina, de acuerdo a el Registro Nacional de Hipertensión Arterial, un tercio de la población adulta sufre hipertensión. Y lo peor que cerca del 40% lo desconoce: la mitad no se trata y, de los que reciben tratamiento, sólo uno de cada cuatro están controlados.
La prevalencia de HTA aumenta con la edad, llegando a cerca de 70% en los mayores de 65 años. Los chequeos médicos y el control de la enfermedad son el primer paso para no ser una víctima más de esta enfermedad.
Muchas personas desconocen que sufren hipertensión y solo empiezan un tratamiento tras sufrir un ataque al corazón o un accidente cardiovascular
Las causas
Diferentes factores influyen en el desarrollo de HTA. El más conocido es el consumo elevado de sodio, un componente de la sal muy empleado en las comidas. "Dado que muchos alimentos, en especial carnes y pescados, fueron conservados en sal, el ser humano se acostumbró a este sabor particular y lo utiliza como un condimento imprescindible, por lo menos para algunas personas, y como aditamento de las diferentes consumos elaboradas", señala Ricardo Rey, vicepresidente de la Fundación Cardiológica Argentina.
El consumo de cloruro de sodio debe ser menor a 5.5 gramos diarios, lo que equivale a 2.2 gramos. En consecuencia, es importante saber que 1 gramo de sal contiene 400 mg de sodio.
Limitar el consumo y leer las etiquetas son algunas de las diversas medidas sencillas de adoptar diariamente para controlar el consumo de sal, siempre acompañado de una dieta acorde.
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