Las necesidades nutricionales en las distantes edades cambian. Pero en todos los casos, los buenos hábitos alimentarios ayudan poder prevenir ciertas patologías a corto y largo plazo, entre las cuales podríamos encontrar desnutrición, diabetes, hipertensión, anemia, obesidad, entre muchas otras.
Pero aunque esto ya lo sabemos de memoria, las dietas de un número importante de personas parecen demostrar que cuidamos muy poco lo que comemos.
La encuesta realizada por el El I Estudio Lidl -«5 al día»- nos muestra algunos datos esclarecedores sobre cómo cambia la alimentación cuando una persona se hace mayor y qué diferencias hay entre ambos sexos en toda España.
Del estudio se desprende que la falta de hábitos alimentarios saludables afecta a todas las edades, pero esto es más preocupante entre los menores, ya que sus hábitos de consumo afectarán a su desarrollo futuro. De hecho, 3 de cada 10 niños y adolescentes comen verduras y hortalizas sólo una vez al día, y el 26% lo hace entre dos y cuatro veces a la semana. El dato más alarmante quizás sea que únicamente el 36% de los padres considera que sus hijos no comen estos alimentos en la cantidad adecuada.
De hecho, sólo el 11% de la población adulta afirma consumir las cinco raciones recomendadas por los expertos. A pesar de este dato, más del 50% de los encuestados afirma haber incrementado el consumo de fruta y verdura en los últimos 5 años. Especialmente esto ocurre entre las mujeres, quienes comen más fruta entre horas y tienen tendencia a consumirlas fuera del hogar, como en el trabajo o en la playa.
En general las mujeres tienen unos hábitos más saludables respecto a los hombres, Un 47% de las españolas toma fruta fresca varias veces al día, casi 10 puntos sobre el consumo de los hombres, que se sitúan en el 38%. En el caso del consumo de verduras y hortalizas frescas, las mujeres están nuevamente por encima de la media en consumo -29% lo hace varias veces al día-, 15 puntos por encima de los hombres.
Sin embargo, el estudio de Lidl aporta un dato significativo. El consumo de fruta fresca aumenta a partir de los 50 años, dato que podría relacionarse con la tendencia a aumentar el cuidado de la salud con la edad. En concreto, un 50% de los mayores de 50 años afirma tomar fruta fresca varias veces al día, por encima de la media (43%) y del consumo entre los 18 y 30 años (34%).