Los wearables son el futuro. Dispositivos que "se suben" al cuerpo de diferentes modos para monitorearnos, cuidarnos o entretenernos se multiplican y fueron la estrella indiscutida en los últimos eventos de tecnología mundiales.
Y el último grito de la moda "tech" es unir buen gusto, la salud, los accesorios y la tecnología. Es el caso, sobre todo, de los wearables para monitorear nuestros movimientos y medir la perf
ormance del entrenamiento físico.
La dispositivos y pulseras "cuantificadores", que miden cuánto caminamos, cuánto corremos, cuántos pisos subimos, si dormimos bien o mal y decenas de cosas más, comenzaron a despertar un fuerte interés en las marcas de moda, disparando un boom de productos "dos en uno": moda + tecnología es lo más trendy del momento.
Ya hay pulseras cuantificadoras que nos dan la hora y smartwatches que, entre otras muchas cosas, cuantifican, pero las primeras tienen un aspecto que está muy lejos del reloj clásico que siempre ha servido de complemento de moda.
Los segundos, en su mayoría, tienen todavía un aspecto demasiado tecnológico, que los aleja de quienes no son demasiado techies. Detrás de la gente que quiere todo en uno salió a la cancha Runtastic Moment.
Runtastic es una aplicación muy usada entre los que corren, la más descargada del mundo para running. La marca, que ya había lanzando algunos wearables, acaba de sacar a la venta Moment, un reloj en cuatro posibles variantes y con dos tamaños de caja disponibles. Todos son resistentes al polvo y se pueden sumergir hasta 100 metros. Y algo más: sus baterías duran seis meses, toda una novedad ya que los wearables tienen una autonomía mucho menor.
Fun y Basic son las dos versiones más deportivas del reloj, y vienen en una caja hecha en aluminio. Y Elite y Classic, la versiones más lujosas del reloj-wearable, que presumen de una caja en acero inoxidable y correas en tela y en piel.
Lo que hace diferente al Moment de otros relojes y pulseras es que integra sus sensores de cuantificación en un reloj convencional, de los analógicos de toda la vida, con sus agujas y poco más a la vista. Eso no le impide llevar la cuenta de los pasos que damos, las calorías que quemamos o nuestro ritmo al correr, como la mayoría de las pulseras deportivas.
Todo se controla y configura desde la correspondiente app que está disponible tanto para el iPhone como para los teléfonos Android y Windows. ¿El precio? Rondan los 300 dólares.