El estrés mental y la ira pueden tener implicaciones clínicas para los pacientes con insuficiencia cardíaca, según un nuevo informe publicado en la revista 'Journal of Cardiac Failure'.
La insuficiencia cardíaca es una enfermedad cardiovascular que pone en peligro la vida y en la que el corazón está dañado o debilitado. Esto puede llevar a una reducción de la fracción de eyección, en la que el músculo cardíaco bombea una cantidad de sangre menor que la típica con cada contracción.
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En este estudio de pacientes con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida, los autores, incluidos los investigadores de la Universidad de Yale, evaluaron los efectos del estrés y la ira en la función diastólica. La función diastólica describe la capacidad del corazón para relajarse y rellenarse entre las contracciones musculares, y predice el riesgo de mortalidad.
Durante una semana, los participantes completaron cuestionarios diarios sobre sus experiencias de estrés, ira y emociones negativas durante las 24 horas anteriores. A continuación, los participantes completaron un protocolo estandarizado de "estrés mental" en el que resolvieron problemas aritméticos difíciles y describieron una experiencia estresante reciente. Se realizaron ecocardiogramas para evaluar la función diastólica en reposo y durante la tarea de estrés.
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Los pacientes que informaron que habían experimentado ira en la semana anterior al protocolo de estrés mental del laboratorio, mostraron una peor presión diastólica en reposo, según los investigadores. Además, la mayoría de los pacientes mostraron cambios provocados por el estrés en la función diastólica, incluyendo la disminución de la relajación temprana y el aumento de la presión diastólica.
"El estrés mental es común en pacientes con insuficiencia cardíaca debido en parte a las complejidades del autocontrol de la enfermedad, el empeoramiento progresivo de las limitaciones funcionales y las frecuentes exacerbaciones de los síntomas y las hospitalizaciones", explica la autora principal del trabajo, Kristie Harris.
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"Tenemos pruebas de que los pacientes que experimentan niveles crónicamente elevados de estrés, experimentan un curso de la enfermedad más oneroso con una calidad de vida disminuida y un mayor riesgo de eventos adversos. Aclarar las vías conductuales y sociológicas relevantes es especialmente importante en la era de COVID-19, cuando los estresantes típicos de la insuficiencia cardíaca pueden verse agravados por los estresantes relacionados con la pandemia", añade la investigadora.
Si bien se ha demostrado que el manejo del estrés y las técnicas relacionadas reducen el riesgo de eventos adversos entre los pacientes con cardiopatía isquémica (estrechamiento de las arterias), los investigadores consideran necesario seguir trabajando para identificar los factores que aumentan la vulnerabilidad a los efectos del estrés en la insuficiencia cardíaca, y para determinar si el manejo del estrés puede mejorar los resultados para estos pacientes.
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