Tomar alcohol con el estómago vacío: ésto pasa cuando bebés cerveza, vodka o vino sin comer

Tener el estómago vacío facilita que el alcohol sea absorvido de una forma más rápida por el intestino, penetrando de esta forma en la sangre.

tomar alcohol con la panza vacía

Mucha gente ha sufrido las consecuencias de tomar alcohol con el estómago vacío. Es un camino directo a la intoxicación, porque es un error que se convierte en borrachera más rápido de lo que uno pudiera pensar y que está disparando los casos de casos graves que llegan incluso al coma alcohólico, poniendo en riesgo la vida.

Cuando se bebe alcohol, este se absorbe en el intestino delgado y penetra en la sangre. Si no hay comida en el estómago, el alcohol llega antes al intestino delgado, acelerando todo el proceso. "Alrededor del 80% de la absorción de esta sustancia se produce en el intestino delgado, de forma bastante rápida además", explican los médicos.

Los atracones de alcohol son, según los expertos de la Clínica Mayo, la principal causa de intoxicación etílica. Tomar grandes cantidades de esta sustancia en cortos espacios de tiempo puede afectar a la respiración, la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, además de provocar el reflejo de náuseas. Y, lo más preocupante, conlleva el riesgo de quedar en coma e incluso de perder la vida

Cuánto más vacío esté el estómago, más rápido es este proceso, produciéndose un pico elevado de concentración en sangre. Así lo demuestra una investigación llevada a cabo en Suecia, y publicada en el Journal of Forensic Sciences. En el estudio, diez hombres bebieron dosis moderadas de etanol, en una concentración de 0.80 g/kh en ayunas e inmediatamente después un desayuno que consistió en zumo de naranja, yogur de frutas, dos sándwiches de queso, un huevo cocido y una taza de café con leche y azúcar.

Todas las personas se sintieron menos intoxicados cuando ingirieron alcohol después del desayuno en comparación con beber con el estómago vacío. El tiempo requerido para metabolizar la dosis de etanol fue dos horas más corto después de que los participantes en el estudio desayunaran. Estos resultados sugieren que la comida en el estómago antes de beber no solo conduce a una disminución de la sensación de intoxicación, sino que además influye en el tiempo que tarda el cuerpo en metabolizar el etanol.

Si se bebe con el estómago lleno, el alcohol se absorbe lentamente porque el vaciado gástrico tarda más en producirse, por lo que el pico de concentración en sangre es más moderado, resultando menos tóxico para el organismo. La clave, por supuesto, reside en no beber o beber con moderación.

Entre 20 y 120 minutos después del consumo se alcanzan los niveles máximos de concentración del alcohol en sangre. Si la bebida se consume en ayunas, los niveles de alcohol en sangre serán más altos y se alcanzarán a mayor velocidad que con el estómago lleno.

Entre el 80 y el 95% de alcohol se metaboliza en el hígado, mientras que el resto se produce a través de los tejidos o es eliminado a través del pulmón y los riñones.

Bebidas destiladas e irritación

Además de haber comido o no antes de beber, también influye el tipo de bebida alcohólica. Las bebidas destiladas como la ginebra, el vodka o el ron producen un pico más agudo que las bebidas fermentadas como la cerveza o el vino, según revela una investigación.

Además de la intoxicación, que afecta directamente al cerebro, hay otro inconveniente más de beber alcohol con el estómago vacío, la irritación de la mucosa gástrica, vital para proteger las paredes del estómago de los propios jugos gástricos. De hecho, la gastritis o inflamación de las paredes del estómago es un problema derivado de beber alcohol en exceso, que provoca molestias, náuseas y vómitos.

En raras ocasiones, beber mucho alcohol en ayunas puede provocar cetoacidosis alcohólica, un problema grave por el que el metabolismo se altera y provoca náuseas, vómitos y un fuerte dolor abdominal. Este diagnóstico requiere hospitalización y puede llegar a ocasionar la muerte. Algunos de los síntomas que preceden a esta patología son: calor, desinhibición, alteración de los reflejos, mareo, habla rápida y distorsionada, además de descoordinación de movimientos.

Cuando consumes alcohol, tu mucosa gastrointestinal lo absorbe rápidamente: entre el 20% y el 30% del alcohol ingerido penetra a través de esta membrana, mientras que el resto se absorbe casi en su totalidad en el intestino delgado, pasando al torrente sanguíneo

La primera señal de alarma es sentir un calor desbordante, aunque no corresponda con el exterior, ya que el alcohol produce una vasodilatación periférica que lleva la sangre a las zonas más distales del cuerpo.

A la vez, en el organismo, disminuye el riego en los órganos internos, aumentando la sensación térmica cutánea. Lo paradójico es que aunque se sienta calor, lo que está ocurriendo al cuerpo es que ese se está perdiendo a causa de la vasodilatación, siendo más fácil entrar en hipotermia.

Cuando el alcohol llega al cerebro no es más benevolente: afecta a la corteza cerebral, una zona en la que se gestionan la memoria y los pensamientos, por eso comienza el proceso de desinhibición en la fase que se considera eufórica.

Si se sigue bebiendo, otras zonas del cerebro comenzarán a deprimirse, como el cerebelo límbico, provocando somnolencia, sopor y descoordinación motora. Así hasta que el alcohol comience a afectar a la zona que controla los órganos, apareciendo así el coma etílico.

No es lo mismo una copa después de cenar que tras 5 horas sin comer. Su estómago y su cerebro demandan grasas para seguir brindando

Al rescate del cerebro y las funciones cognitivas aparecerá el hígado, que con un ejército de enzimas, oxidará el alcohol para convertirlo en acetaldehído. Este seguirá descomponiéndose hasta transformarse en acetato, una sustancia no tóxica que se excreta a través de la orina.

Para acelerar todo este proceso y salir lo más indemne posible lo mejor es hidratarse mucho, ya que, al aumentar la dilución del alcohol, menos es su concentración en sangre. También comer antes de beber, retrasando así el momento en el que el alcohol pase al intestino delgado y a la vez aportando sustancias como la grasa, que ralentiza la digestión de las proteínas.

Los médicos de la Clínica Mayo subrayan que "es perfectamente posible consumir una dosis fatal antes de desmayarse porque, cuando esto pasa, el alcohol sigue liberándose desde el estómago y los intestinos hacia el torrente sanguíneo. Da igual, por tanto, que se pare de beber, dado que los niveles siguen elevándose aunque la persona esté inconsciente". Si el volumen ingerido anteriormente es mortal, la única solución es recibir ayuda sanitaria de inmediato.

Qué hacer cuando alguien está borracho: el riesgo del coma alchólico

Una persona con intoxicación alcohólica, alerta la Clínica Mayo, necesita atención médica inmediata. Entre los síntomas más típicos de casos extremos (cercanos al coma alcohólico) se incluyen la confusión, los vómitos, las convulsiones, la respiración lenta (menos de ocho por minuto) e irregular (intervalos superiores a 10 segundos en apnea), la piel azulada o pálida, la temperatura corporal baja y la pérdida del conocimiento.

Si la persona está inconsciente y no se puede despertar, se debe reaccionar con urgencia. No hay que tener miedo a solicitar asistencia médica. Ante la duda, es mejor equivocarse; lo básico es prevenir un posible caso grave

Si tenemos hijos adolescentes, deberíamos transmitirles seguridad para que den el paso ante un supuesto así. Esperemos que nunca se dé, claro está, pero es buena idea dejarles claro que, pese a las posibles consecuencias que pueda tener su comportamiento o el de sus amigos, nada es más importante que salvar una vida.

Cuando ellos o nosotros nos encontremos ante una situación de esta índole, resulta imprescindible reaccionar siguiendo los siguientes pasos:

  • Llamar al 107, al SAME, si las circunstancias lo permiten, acudir a un servicio de urgencias cercano inmediatamente.
  • Proporcionar la información que nos soliciten. Si lo conocemos, será de gran ayuda precisar la cantidad de alcohol ingerida, la variedad de la misma y el tiempo transcurrido desde entonces.
  • Intentar que la persona no se duerma.
  • No dejar solo al afectado si está inconsciente, puesto que puede vomitar, algo que en ningún caso debe forzarse, y ahogarse con su propia secreción gástrica.
  • En caso de que haya vómitos, es preferible mantener al intoxicado sentado. Si únicamente puede estar tumbado, deberemos asegurarnos de que permanezca con la cabeza girada hacia un lado.

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