Contaminación, smog, maquillajes, tabaco, estrés, exceso de alcohol, café y alimentos grasosos son algunos de los factores que poco a poco le van restando vitalidad, elasticidad y salud a nuestra piel. Pero nada de enloquecer porque hay una solución. Una limpieza de cutis profunda es el remedio perfecto para devolverle la frescura y mantener el rostro luminoso.
Limpieza de cutis profunda paso a paso
Darte cuenta cuándo es el momento de una limpieza facial profunda es fácil. Algunas señales que indican que tu piel necesita urgente que le prestes atención:
- Aparición de puntos negros o granitos.
- Piel con tono apagado y sin brillo.
- Piel porosa y áspera.
- Piel más grasa de lo normal.
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Si sentís tu cara con alguna de estas características, una buena higiene será la clave para eliminar toxinas, impurezas, reducir el acné y los puntos negros. Aquí, cómo hacer una limpieza de cutis profunda en casa.
Preparación: cuál es tu tipo de piel
Las pieles no son todas iguales: van cambiando según la edad, la alimentación, las hormonas o el momento particular que estemos pasando. Por esta razón, los tratamientos deben adecuarse a cada necesidad y usando productos cosméticos específicos para cada tipo de cutis.
La primera recomendación siempre es intentar que las cremas y tónicos que usemos sean hipoalergénicos y, en lo posible, que sean de calidad. No es bueno correr riesgos con la piel del rostro.
Lo segundo es tener claro tu tipo de piel (más adelante te contamos cuáles son) y contar con productos específicos. Si tenés piel seca, por ejemplo, no es recomendable usar cremas o lociones de limpieza para piel grasa.
Ahora sí, es hora de comenzar con el paso a paso:
1. Limpiar la piel
Al comenzar con tu limpieza de cutis casera, lo primero que tenés que hacer es limpiar los restos de maquillaje y la suciedad superficial del rostro. Para ello, podés usar jabón de cara específico para tu tipo de piel o una loción limpiadora. Lo ideal para desintoxicar a fondo la dermis es que elijas un producto que tenga aloe vera o té verde.
2. Abrir los poros
Para que los productos penetren correctamente, tenés que abrir los poros de tu rostro con vapor de agua. Es la mejor manera de simplificar la extracción de puntos negros e impurezas, haciendo que la piel se vuelva más suave y manipulable.
Primero, tenés que calentar agua en una olla mediana. Una vez que rompe hervor, apagá el fuego y llevá el recipiente a donde estés haciendo el tratamiento. Ponete una toalla en la cabeza, acercá tu rostro al agua (no tanto porque podés quemarte) y dejá que el vapor se sienta en tu cara. Mantené esa exposición por unos 5 a 7 minutos.
Si querés brindarle relajación a tu rostro, podés agregar en la olla unos aceites esenciales antes de que hierva y luego seguir el mismo procedimiento.
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3. Exfoliación
Con un suave masaje circular, sin ejercer mucha presión, aplicá un producto exfoliante en tu rostro. Podés emplear más fuerza en la zona de la frente, pera y nariz.
Las cremas para exfoliación contienen gránulos o microesferas que al frotarlas en la piel, remueven la capa más superficial y ayudan a extraer células muertas, granitos y puntos negros.
Para quitar el producto, lo mejor es usar una gasa limpia humedecida con agua. Si tenés granitos infectados o muy inflamados, lo mejor es que hagas la exfoliación con un producto más suave, específico para acné y así evitar cualquier tipo de lastimadura o irritación.
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4. Extraer puntos negros y granitos
Para este cuarto paso, hay que tener más cuidado. Al estar los poros abiertos,todo lo que uses tiene que estar bien higienizado para que no haya riesgo de infecciones. Los requisitos son: manos bien limpias y el uso de gasas o algodones impecables.
Sin lastimar, ejercé un poco de presión en las zonas con más impurezas. En los granitos puntuales, tratando de evitar las uñas apretá hasta extraerlos. Si ves que están muy duros o duele mucho, no insistas, no se trata de ver sangre ni de sufrir. Seguramente la limpieza ayudará que haga el proceso y se vaya más rápido.
Cuando termines, enjuagá tu rostro con agua templada.
5. Masajear y aplicar mascarilla calmante
Existen muchas mascarillas diferentes y cada una tiene función y propiedades particulares. Hay antiarrugas, para piel grasa, hidratantes, anti manchas o para pieles secas. Tu elección va a depender del tipo de piel y la necesidad del momento pero asegurate de comprar una con propiedades calmantes y bactericidas, que además ayude a desinflamar.
Colocá la mascarilla y esperá unos 10 minutos recostada o sentada intentando relajarte. Para retirarla, realizá movimientos circulares con una gasa limpia mojada en agua o en alguna infusión de manzanilla fría.
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6. Cerrar los poros
Cuando termines de lavarte bien la cara, hay que cerrar los poros con un tónico. Hay tónicos para piel seca y sensible, libres de alcohol y aceites, con ácido hialurónico y más. Son muchas las opciones: elegí la que más te convenga y aplicala con un algodón sobre todas las zonas tratadas.
7. Hidratación
Para prevenir el envejecimiento de la piel, es necesaria una buena hidratación. La elección de la crema va a depender de tu tipo de piel y del momento del día en que te realices el tratamiento. Este paso es muy importante porque favorece la elasticidad de la piel y el mantenimiento de un cutis con aspecto joven y sano.
Cada cuánto hay que hacerse una limpieza
La recomendación de los dermatólogos es realizar una limpieza casera una vez al mes. Sin embargo, si sos fumador, quizá sea mejor que aumentes esa frecuencia porque el humo tapa los poros y la nicotina hace que la piel se vea más amarillenta.
Además de los tratamientos que te realices en casa, podés hacerte limpiezas profundas en algún centro profesional 2 o 3 veces al año, lo que te ayudará a mejorar aún más es aspecto de tu rostro.
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Limpiarse diariamente la piel es clave
Todos los días, por la mañana y por la noche, deberíamos higienizarnos el rostro con agua micelar o alguna crema de limpieza suave. ¿Por qué? Las glándulas sebáceas de nuestra piel producen constantemente una sustancia grasosa llamada sebo. Este sebo es el que, al acumularse en los poros acumula bacterias y genera los puntos negros y los granitos.
A la mañana debemos limpiar el rostro para eliminar el exceso de grasa que se acumuló por la noche y, al acostarnos, para sacarnos el maquillaje y la suciedad que fuimos juntando durante todo el día.
Es importante saber que, aunque no te maquilles, tenés que limpiar la piel para sacar restos de crema, residuos, polvo y otras “huellas” de la contaminación ambiental. Todo tapa los poros y afecta la belleza y la salud de tu piel.
Con qué hacer la limpieza diaria
Para realizar la limpieza superficial y necesaria de todos los días hay muchos productos. La elección dependerá de cuál te parece más cómodo, práctico o efectivo. Algunas opciones son:
- Toallitas: hay húmedas o secas. Son prácticas y transportables a todos lados.
- Tónicos y leches limpiadoras: las leches se ponen primero en la mano y después en el rostro, con masajes suaves. Son muy buenas para sacar el maquillaje de pieles secas. Después, hay que quitar la espuma con una toalla o un papel. Finalmente, se aplica el tónico dando suaves toques con un algodón.
- Gel: son ideales para piel grasa y rostros jóvenes. Al tener vitaminas, ayudan a que la piel gane elasticidad. Se aplican en la cara con masajes circulares hasta formar una espuma. Luego se enjuaga con abundante agua.
- Lociones dos en uno: este producto combina la acción de limpieza y el tónico. Es muy cómodo para momentos en que estás apurada o cansada antes de irte a acostar. Igualmente, cuando tengas más tiempo, lo mejor es utilizar los productos por separado.
- Jabones: deben usarse evitando el contacto con los ojos. Los jabones específicos son muy buenos y cómodos, ya que pueden usarse fácilmente en la ducha. No tienen detergentes ni alteran el pH de la piel.
Con este paso a paso para hacer una limpieza de cutis profunda, vas a poder brindarle a tu piel una mejor apariencia desde la comodidad de tu hogar y sin gastar mucho dinero en centros de estética. Aprovechá estos consejos para darte un mimo que aportará juventud y belleza a la piel de tu rostro.
Cómo saber cuál es tu tipo de piel
Los tipos de pieles son:
- Piel seca: con este tipo de cutis, el problema es la aparición temprana de arrugas, marcas o líneas de expresión. Lo mejor es usar jabones suaves y lociones limpiadoras especiales para pieles secas. Para ayudar al rejuvenecimiento de la piel, hay que limpiarla diariamente, quitar el maquillaje siempre e hidratar de día y de noche.
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- Piel grasa: cuando tenés este tipo de piel, es probable que necesites realizarte limpiezas regularmente. La grasa propia del cutis es un gran receptor de todas las impurezas y contaminación ambiental. Por lo tanto, es muy importante higienizarla y liberar los poros para ayudarla a oxigenarse a la piel a tener una mejor respiración. Lo ideal es hacerse una limpieza con un jabón específico para este tipo de piel al menos una vez al día y evitar productos cosméticos aceitosos.
- Piel mixta: en este caso, lo mejor cuando tenemos este tipo de dermis es usar productos intermedios y neutros. Se recomienda Luego de hacer la limpieza en toda la cara con estos cosméticos no muy agresivos y, se puede aplicar una loción o gel para piel grasa de forma local en la zona que lo necesite. Por ejemplo, pasar un algodón en la frente, nariz y mentón.
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