El Círculo Horwitz lo dice de manera súper clara: “Hombres y mujeres enferman porque son pobres, se vuelven más pobres porque están enfermos y más enfermos porque son más pobres”. Una cadena triste, desesperanzadora, que urge entender y revertir. Hablamos de los condicionantes de la salud que amenazan a cualquier país que no ordene bien sus prioridades.
El Círculo Horwitz explica cómo el proceso entre la salud y la enfermedad está atravesado por el contexto en el que las personas vivimos. Está demostrado: las condiciones materiales, sociales y económicas influyen notablemente para que podamos vivir de manera saludable.
Para ser más claros: existe un alto grado de posibilidad de que las personas que tienen trabajo, se alimentan con los nutrientes necesarios y reciben o han recibido la educación necesaria para insertarse en la sociedad, gocen de buena salud. Y, por el contrariom, las chances de tener buena salud se reducen notablemente en condiciones inversas. Es decir, que existe un claro y preocupante circuito que permite relacionar a la pobreza con la enfermedad o con el deterioro de la salud.
Círculo Horwitz y salud pública
Pobreza y enfermedad están fuertemente relacionados. Y lo más alarmante es que el Círculo Horwitz se hizo más estrecho con la desaparición de la salud pública y la privatización de los servicios sanitarios.
Todos los factores determinantes de la salud se afectaron con medidas de ajuste que realizan los países y Argentina no es excepción. Esto ocurre porque el sistema de salud sólo atiende lo que los epidemiólogos llaman el “iceberg de la enfermedad”, haciendo caso omiso de la “morbilidad silenciosa”, la que aún no se ha expresado en forma de síntomas. Esto quiere decir que solo se encarga de tratar las enfermedades y hace caso omiso a la prevención, por ejemplo.
Podés leer: Salud y pobreza: las "enfermedades" que los médicos no pueden curar
Es clave entender que la distribución desigual de los problemas de salud no es, en ningún sentido, un fenómeno natural ni el producto de las “causas cercanas”, sino, sobre todo, el resultado de la combinación de las políticas sociales y económicas existentes de un país. Es, pues, una mezcla “tóxica” de esos determinantes sociales la que daña la salud y crea desigualdades. Si pensamos que Argentina arrastra desde hace al menos una década un 30% de la población en la pobreza, el futuro asoma sombrío.
El Dr. Horwitz estaba convencido de que no es suficiente la colaboración entre las ciencias económicas y las de la salud si esa estrategia conjunta no se refleja en una mayor justicia social, en una existencia más digna y con mayor felicidad del hombre para vivir y realizarse en plenitud.
Podés leer: ¿Por qué el hijo de pobre será pobre? Alerta médico sobre la infancia vulnerable
En un artículo de 1961, “Reflexiones sobre economía y salud”, destacaba la vinculación existente entre el desarrollo económico y el estado de salud de la población, desde una perspectiva claramente humanista. “La preocupación máxima del hombre debe ser el hombre mismo, para estudiarlo y comprenderlo, con todo lo que eso implica de interés por su vida y de respeto por su esfuerzo creador. Al especialista de hoy hay que enseñar que lo importante no es saber, sino comprender, comprender al hombre, comprender el mundo, comprender su posición en la vida”.
Es fundamental entender a la salud, no como un fin exclusivo, sino como parte de un complejo proceso social que dé sentido y misión a la vida
En 1961, Horwitz ya destacaba la imperiosa necesidad de integrar la medicina individual y colectiva en el desarrollo, especialmente por el momento histórico que viven las naciones de las Américas. Reaccionemos: la desigualdad en Salud es la peor de las desigualdades. Los pobres se enferman mas y mueren antes que los de mayor ingreso. Por eso solo puedo pensar en Salud como equidad en el acceso a ello independientemente del status económico.
- Alejandro Risso Vazquez. Maestrando en Economía y Gestión de la Salud. Médico Especialista en Medicina Interna y Terapia Intensiva. Coordinador Médico Terapia Intensiva. Sanatorio Otamendi.
Podés leer: Inequidad en salud: el desafío de terminar con la pobreza como factor de enfermedad
Te puede interesar:
- Sífilis en Argentina: más de 11 mil casos y se diagnostica uno de cada diez
- La Salud, en crisis: 4 de cada 10 personas no tienen cobertura de salud en Argentina
- El acceso a la salud, en el fondo de la tabla: postales de un triste ranking argentino
- Billetera (pobre) mata salud: los bajos ingresos se asocian con menos consultas médicas
- La desigualdad en salud, una cara de la pobreza que la mayoría desconoce
- Conversar: una necesidad urgente y prioritaria de la sociedad argentina