Resiliencia significa ser capaz de adaptarse a las desgracias y a las dificultades de la vida.
Por eso un grupo de médicos especialistas en la materia pertenecientes a Mayo Clinic, una organización sin fines de lucro y dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación elaboraron un informe en el que comienzan preguntándonos: "Cuando algo sale mal en tu vida: ¿ cuál es tu primer reacción? ¿tenés la tendencia de recuperarte y seguir adelante o te derrumbás y ves todo negro?"
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"Cuando tenés resiliencia - nos explican - sin saberlo descubrís que tenés una fortaleza interior que te ayuda a recuperarte de un contratiempo o de una dificultad más grande, como la pérdida de un trabajo, una enfermedad, una catástrofe o la muerte de un ser querido".
"Pero cuando no tenés resiliencia, es probable que te concentres en el problema, que te sientas víctima de todo, que te abrumes, que te deprimas o que utilices métodos poco saludables para aliviar "superficialmente" los síntomas de la depresión, frustración, tristeza, etc" agregan.
El documento explica que estos placebos suelen ser peligrosos porque generalmente se recurre a psicofármacos sin seguimiento de un control médico, drogas, alcohol, o adquirimos hábitos perjudiciales para la salud como no levantarse de la cama o comer hasta el cansancio o dejar de alimentarse directamente.
Ninguno de éstos recursos va a solucionar el problema que tengas.
Tampoco la resiliencia lo hará, tus problemas no van a desaparecer, pero sí vas a tener la capacidad de ver más allá de ellos, luchar para seguir adelante, disfrutar de la vida y manejar mejor el estrés.
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Adaptarse a la adversidad
Resiliencia es la capacidad de adaptarse a las dificultades. Cuando el estrés, la adversidad o los traumas golpean, se puede continuar funcionando a nivel físico y psicológico, pese a todavía experimentar ira, sufrimiento y dolor. Sin embargo, "resiliencia no significa soportar, ni ser estoico, ni atravesar la situación solo, sino ser capaz de buscar el apoyo de otras personas, para transitar los cambios o duelos, ya que estar acompañado en el proceso es un componente fundamental de la resiliencia" indican los autores del informe.
Resiliencia y salud mental
La resiliencia puede protegerte contra varias enfermedades mentales, como depresión y ansiedad, además de ayudarte a compensar los factores que aumentan el riesgo de padecerlas, como hostigamiento (bullying) o traumas del pasado. Si padecés una enfermedad mental, la resiliencia puede ayudarte a sobrellevarla mejor.
Consejos para aumentar la resiliencia
Si consideras que tu resiliencia no está en el nivel que te gustaría, el grupo de especialistas de Mayo Clinic nos acercá una serie de consejos para aprendamos a ser más resiliente. Aquí los compartimos:
- Conectate: Crear vínculos positivos y fuertes con tus seres queridos, familiares y amigos puede brindarte el apoyo y la aceptación que necesitás, tanto en los buenos tiempos como en los malos. Generá otras relaciones importantes, ofreciéndote como voluntario o participando de una comunidad religiosa, espiritual, una ONG, o lo que sea que brinde un servicio al prójimo, va a hacer que te sientas muy orgulloso de vos y además es gratificante dar sin esperar recibir nada a cambio.
- Hacé que todos tus días sean significativos: Hacer algo que te dé una sensación de logro y propósito todos los días. Establecé objetivos que te ayuden a ver que el futuro tiene sentido. No es necesario que sean grandes acontecimientos, con pequeñas rutinas autoimpuestas al principio para comenzar a salir de tu encierro está bien, luego se va a dar naturalmente.
- Aprendé de la experiencia: Pensá en cómo afrontaste situaciones difíciles en el pasado y pensá en las tácticas que te ayudaron a superar tiempos difíciles. A lo mejor te puede ayudar que escribas en un diario o cuaderno tus experiencias pasadas como ayuda para identificar patrones de conducta positivos y negativos que te sirvan de guía respecto a cómo comportarte en el futuro.
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- No pierdas la esperanza: No podés cambiar el pasado, pero siempre podés mirar hacia el futuro. Aceptar e incluso anticiparte al cambio hace que sea más fácil adaptarte a las dificultades y verlas con menos ansiedad.
- Cuidate, mirate y querete a vos mismo. Prestá atención a tus propias necesidades y sentimientos. Participá en actividades y pasatiempos que te gusten. Incorporá la actividad física a tu rutina diaria. Dormí las horas recomendadas para que descanses y encares el nuevo día mejor. Comé sano. Practicá técnicas para controlar el estrés y de relajación, como yoga, meditación, visualización dirigida, respiración profunda u oración. Visualizate, mirá tu cuerpo y aceptalo. Ejercitá cada músculo y articulación.
- Sé proactivo: No ignores tus problemas, sino procurá determinar qué debés hacer para solucionarlos, elaborá un plan y ponete en acción.
Aunque te lleve tiempo recuperarte de un contratiempo grande, de un acontecimiento traumático o de una pérdida, tené presente que las cosas pueden mejorar si lo intentas.
Cuándo buscar asesoramiento profesional
Aumentar la resiliencia lleva tiempo y práctica. Si creés que no avanzás, o no sabés por dónde empezar, pensá en hablar con un profesional de atención mental, psicologo y/o psiquiatra.
Con asesoramiento, acompañamiento y mucho de tu voluntad, vas a poder mejorar tu resiliencia y tu bienestar mental.
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La vida es una sola, es corta y vale la pena ser vivida a pleno. Sólo tenés que proponértelo, motorizar el cambio, tomar las riendas de tu vida y accionar para lograrlo.
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