La noticia suele de sólo oírla, y alumbra la marginalidad más desesperante que podemos ver. Bebés de apenas días o meses con cocaína en sangre. Bebés que llegan a la Casa Cuna de Mendoza, derivados por el Estado por una situación de vulnerabilidad extrema: madre adicta, “falta de vinculación materna”, abondono y otros horrores.
“Los niños llegan con síndrome de abstinencia, que se manifiesta con convulsiones y llantos prolongados, entre otros signos. También coincide con que la madre no ha recibido ningún control, además de que el 90% de ellas pertenecen a una situación de vulnerabilidad”, precisó la diputada Marcela Fernández, que fue subsecretaria de Desarrollo Social de la Provincia.
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“En estos casos, interviene la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF), llamando a los familiares del niño, y si no los encuentra se lo deriva a la Casa Cuna, teniendo en cuenta también el diagnóstico del hospital”, aclaró.
Según datos que aportó la legisladora, en dos años se triplicó la cantidad de certificados de discapacidad de niños de 0 a 5 años. “Las drogas que se encuentran en los bebés dejan secuelas, muchas veces discapacidades físicas relacionadas con lo neuronal, y esto hace que se vean estos números”, comentó.
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En total, en la Casa Cuna de Mendoza hay 100 niños de 0 a 5 años en diferentes hogares (4 hogares individuales y 2 con hermanos). En la provincia ingresan alrededor de 20 niños por día a alguno de los 33 hogares, debido a una situación de vulnerabilidad, como abandono o violencia, entre otras causas, según publica el diario local UNO. En total hay 506 chicos que viven en algunos de esos espacios de contención.
Belén Canafoglia, directora de Cuidados Alternativos del Ministerio de Desarrollo Social, indicó que los casos de recién nacidos con contenido de droga en sangre van en aumento con respecto al año anterior
“Lo que se hace en esos casos es mantenerlos más tiempo en neonatología, unos 15 días, hasta que los síntomas de abstinencia van desapareciendo, ya que el cuerpo se va desintoxicando de a poco”, precisó la funcionaria.
Además de atender al niño, se le indica un tratamiento de desintoxicación a la madre, se le realiza un seguimiento, se la evalúa, y luego se determina qué se hace con el niño. “En estos casos muchas veces aparece la red familiar, es decir, un hermano, un tío o abuela interesado que reclama al recién nacido”, explicó. “Por lo general, y en todos los casos, se tiende a que los niños que recién nacen o están en los hogares vuelvan a su entorno familiar, siempre y cuando todo esté en condiciones saludables para el chico”.
De los 17 recién nacidos detectados con cocaína, actualmente sólo quedan 6 en la Casa Cuna, ya que el resto se reintegró a su red familiar. ¿Es lo ideal para ese chico?
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