En el año 2012, Santiago Gutiérrez, un nadador cordobés tuvo un tremendo accidente de tránsito en el que perdió la movilidad de sus piernas. Su vida de deportista tuvo un giro dramático pero sin embargo, a pesar de lo que se podría creer, él no se detuvo y siguió buscando desafíos físicos.
Por eso, al conocer a otro nadador que le contó que había cruzado nadando el canal de Beagle él tuvo la idea de repetir la hazaña. Claro que su condición física iba a ser un obstáculo más para completar la hazaña.
Pero eso la expectativa era muy grande cuando se sumergió en las aguas heladas del Beagle y comenzó a nadar los 1,8 kilómetros entre Cabo Peñas (Chile) y Puerto Almanza (Argentina). “Estuve entrenando siete meses en Carlos Paz" explicó Gutierrez quien además aclaró que no tenía ninguna experiencia en aguas frías.
Un médico y su equipo de trabajo, incluida su novia Silvana, lo seguía de cerca en un bote y un guardacosta de la Prefectura Naval Argentina (PNA) estaba alerta para una eventual evacuación. Todo venía desarrolladose con normalidad. Sin embrago, la correntada lo desvió de su rumbo y tuvo que nadar el equivalente a un cruce y medio del canal.
Gutierrez completó la hazaña en 45 minutos. "Por suerte nos tocó un día espectacular, con sol y poco viento”, comentó.
"Con fe en Dios y convicciones todos los objetivos se pueden lograr” aseguró al salir y aconsejó a las personas con discapacidad que “tengan confianza y no se rindan”.
Para nadar, Gutiérrez utiliza un dispositivo simple, que fija sus piernas y le otorga flotabilidad, de manera que pueda desplazarse sin inconvenientes.
“El agua tenía una temperatura de entre 7 y 8 grados, pero no me molestó. No tuve ningún problema físico. Al contrario, lo disfruté mucho. Era impresionante parar y ver las montañas, y hasta los pingüinos y unas ballenas que estaban cerca”, contó Gutiérrez.
