Cuando la pereza nos resulta dolorosa, sentimos que el mundo nos pesa demasiado, nos falta el entusiasmo y también la motivación, y además te sentís incapaz de decidir sin poder hacer nada....eso tiene una explicación científica.
Esto no es cansancio que sentimos después de un largo día de trabajo o de estudio, o por alguna actividad física fuerte. Este es otro tipo de cansancio. Se trata de la abulia y surge sin necesidad de realizar esfuerzo. Es un estado en el que cuesta hasta ponerse a pensar.
Qué es la abulia
Cuando alguien atraviesa un estado de estas características, lo más común es que su entorno intente animarlo dando consejos y sugerencias del estilo:
- Tomate unos días de descanso o vacaciones.
- Salí de tu casa e intentá desconectarte.
- Animate un poco, que no tenés nada grave.
Sin embargo, nada de esto sirve, son parches inútiles ante una realidad psicológica que no entendemos y que no alivia el estado de cansancio ni aunque logremos dormir 10 horas seguidas.
La abulia va más allá de la apatía y la falta de motivación. En gran parte de los casos, puede haber una depresión latente. En otros, alguna alteración cerebral que media en esa falta de energía y embotamiento emocional
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Abulia, falta de motivación patológica
La abulia por sí misma no constituye un trastorno mental, se trata de un síntoma y significa literalmente "sin voluntad". Desde un punto de vista médico, se concibe como una alteración de la motivación, la cual tiene su origen en muchos casos en una alteración neurológica.
Es cierto que todos podemos pasar por esas épocas en las que nada nos motiva y se pierden las ganas, la energía y la voluntad. Sin embargo, son casi siempre situaciones puntuales y temporales que no llegan a agravarse.
Pero hay casos que van mucho más allá. Hay personas que llegan incluso a dejar de comunicarse, a mostrar un mutismo sumado a una necesidad evidente por aislarse de todos y todo. Son casos extremos. Porque la abulia entra también dentro de un espectro, donde hay quien muestra una sintomatología más leve y otros en cambio derivan en estados muy patológicos y dolorosos, tanto para el propio paciente como para el entorno.
La abulia puede confundirse a veces con otras terminologías parecidas, como la anhedonia o la astenia. Las tres son síntomas que orbitan muy cerca de los trastornos depresivos y, en ocasiones, pueden aparecer juntas. Aunque cada una de ellas tienen particularidades propias si aparecen juntas puede ser muy desgastante para el paciente.
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Abulia: cuáles son los síntomas
La abulia no solo se trata de un estado de apatía y las pocas ganas de cumplir con nuestras obligaciones. Es algo más profundo, persistente y puede causar lo siguiente:
- Falta de energía para llevar a cabo las tareas cotidianas.
- Sentir mucho cansancio.
- Estar totalmente falto de motivación y de iniciativa.
- Se presentan movimientos motores lentos.
- Aparece una falta de capacidad para reaccionar ante los estímulos.
- Incapacidad para tomar decisiones, para responder a las demandas del entorno.
- Mucha indecisión.
- Puede tener el habla enlentecida y hasta llegar a perder el habla.
- En ocasiones a la persona le cuesta escuchar lo que le dicen.
- Embotamiento emocional: se sienten muchas emociones, pero todas a la vez y eso causa mucho agotamiento.
Dentro de todos estos síntomas es necesario tener especial cuidado con los niños y adultos mayores. A menudo, podemos pensar que esa apatía y desmotivación se producen por la edad en el caso de los jóvenes por la adolescencia o en el otro extremo por ser muy mayores y sin embargo la abulia también está presente en estos sectores poblacionales y es importante saber qué la origina.
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Falta de voluntad: causas
Hace unas décadas se pensaba que la abulia era una forma de retraso mental. Se daba por sentado que alguien, de pronto, podía presentar ese retroceso intelectual, emocional y motor en el que se evidenciaba una especie de involución psíquica. Afortunadamente, hoy, comprendemos un poco más esta característica.
La abulia suele ser, en general un síntoma de una depresión mayor, pero también puede ser un síntoma de un trastorno neurológico. Sufrir un accidente, un ictus o cualquier otra condición que afecte al cerebro, puede derivar en la aparición de la abulia.
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Abulia: tratamiento
El tratamiento para la abulia partirá siempre del origen, el trastorno o la condición médica que origina ese estado. No es lo mismo tener un paciente que ha sufrido una lesión cerebral a raíz de un accidente, que tener a alguien con una depresión mayor.
En gran parte de los casos se parte dando una respuesta farmacológica. Estudios realizados por los doctores Daniel A. Drubach, M.D., Gabriel Zeilig, sobre diversos medicamentos resultaron efectivos porque mejoran la producción de dopamina y benefician al sistema nervioso central.
Por otro lado, también es muy adecuada la terapia psicológica. En este caso, el objetivo estaría en brindarle a los pacientes recursos y herramientas para mejorar la motivación, cuidar de sus pensamientos, regular sus emociones e iniciar nuevas conductas para recuperar el control de su realidad.
También se han visto interesantes beneficios en las terapias físicas y deportivas, así como en la fisioterapia. Ayudar a las personas para que vuelvan a moverse, que pongan en marcha su cuerpo mediante actividades sencillas, pero motivadoras, incrementa la producción de endorfinas y les permite tomar contacto de nuevo el plano físico.
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Para concluir, la abulia es un síntoma que no conviene dejar pasar. En caso de que el desánimo y la falta de voluntad sean persistentes y muy limitantes en alguien cercano, es necesario consultar con un profesional de la salud de forma inmediata.
- Fuente psicóloga Valeria Sabater
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