Máxima Zorreguieta estuvo de incógnito en Buenos Aires el pasado fin de semana, en una visita fuera de protocolo por el estado crítico de salud de su padre, Jorge Zorreguieta. Su situación empeoró y falleció hoy. Tenía cáncer desde hacía 20 años y llevaba su enfermedad con altibajos.
El padre de la reina de los Países Bajos padecía un linfoma no-Hodgkin, la forma más frecuente de la enfermedad (también existe el Hodgkin), que afecta a cuatro de cada cinco pacientes. El linfoma es la quinta causa de muerte por cáncer en el mundo: cerca de 200 mil personas fallecen cada año.
El último parte médico de Fundaleu, redactado por el doctor Miguel Pavlovsky, director médico científico de la entidad, informó su fallecimiento "como consecuencia de un linfoma complicado con una infección respiratoria".
De acuerdo a la Asociación Americana del Cáncer, "el linfoma no Hodgkin es un cáncer que se origina en los glóbulos blancos llamados linfocitos que forman parte del sistema inmunitario del cuerpo".
Es el tipo de cáncer con más incidencia en jóvenes y la tercera causa de fallecimiento por cáncer en niños. Cada 90 segundos una persona recibe el diagnóstico
El tejido linfático se encuentra en muchas partes del cuerpo. Por tanto, los linfomas pueden originarse en casi cualquier órgano. De su detección temprana depende, en gran parte, su favorable evolución.
Las investigaciones marcan que los pacientes que lo detectan pronto tienen 70% de probabilidad de supervivencia a 5 años, en comparación con 58% de los pacientes que lo localizan tarde.
Los síntomas
Se sospecha que pueda existir este tipo de enfermedad frente al agrandamiento no doloroso de uno o varios grupos ganglionares, sin una causa que lo justifique. Puede afectar a ganglios fácilmente palpables y/o a ganglios profundos, especialmente en el tórax, o el abdomen, a veces con agrandamiento del bazo y del hígado.
En algunos casos se presentan síntomas generales inespecíficos como pérdida de peso, sudoración especialmente en la noche, fiebre vespertina sin infección y/o picazón sin lesiones aparentes de la piel. Ocasionalmente, puede presentarse con alteraciones en los análisis de sangre con anemia y/o aumento de los linfocitos.
- Aumento de tamaño de un ganglio o grupo ganglionar que no corresponde a una infección: los lugares más comunes donde pueden detectarse estos ganglios son la axila, la ingle y el cuello.
- Sudoración nocturna.
- Tos o disnea.
- Mucho cansancio.
- Pérdida de peso.
- En algunos casos, prurito o picazón en todo el cuerpo.