Todos sabemos, en general, que la historia de nuestra familia afecta nuestra personalidad, las relaciones que forjamos y nuestro comportamiento. Nos constituye. Desde la infancia, vamos adquiriendo valores, actitudes y creencias sobre nosotros mismos y sobre los demás a partir de esas experiencias primarias o hasta previas a nuestro nacimiento. Para descubrir estas huellas, se puede recurrir a las constelaciones familiares. Te contamos qué es constelar, cómo hacerlo y para qué sirve.
Qué vas a encontrar en esta nota:
Qué es constelar
Al preguntarnos qué son constelaciones familiares, muchas ideas vienen a la mente.
Hacer sesiones de Constelaciones Familiares supone un proceso que nos permite percibir y comprender los eventos y misterios de nuestra familia.
Su mirada hace foco en algunas de las cosas que muchos sentimos: el hecho de estar repitiendo patrones de conducta o tipos de vínculos que habías observado, o incluso criticado padecido, en tus padres o abuelos.
El proceso se llama biodescodificación emocional.
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Quizá el concepto de constelar te resulte complejo, pero, al rastrear esas relaciones muchas veces inconscientes, puedes entender de dónde vienen algunas cosas.
El por qué de algunas rupturas, patrones o hasta problemas de salud que se repiten; los lazos entre algo del presente y algo ocurrido varias generaciones atrás, etc.
Las constelaciones familiares son un método desarrollado por el filósofo, teólogo y pedagogo Bert Hellinger. Su objetivo es liberar a las personas de sus tensiones o conflictos originados en las generaciones pasadas. Es decir, buscar en esas raíces los problemas de hoy.
Constelaciones familiares: qué son
Las constelaciones familiares permiten repasar ese hilo generacional, esa red que une la historia familiar.
Son un camino para el descubrimiento de esas cadenas o fuerzas invisibles que han ido pasando inconscientemente de generación a generación.
Hace más de veinte años, Bert Hellinger comenzó a definir una terapia sistémica denominada Constelaciones Familiares.
La idea de la misma era encontrar la solución a los problemas de las personas a través de sanar las relaciones dentro de la familia y en el entorno de cada uno de los miembros.
El punto de partida de este "método terapéutica" es que los acontecimientos emocionalmente intensos (conflictos no resueltos) de nuestros antepasados familiares son transmitidos generación tras generación.
Cuando se hacen constelaciones familiares, queda a la vista cómo las dificultades y momentos complicados que vivieron nuestros antecesores, pueden tener efectos en nosotros y nuestras vidas.
Cómo es una sesión de constelación familiar
En una constelación familiar participan dos personas, el constelador y el constelado.
Los demás miembros de la familia del constelado son representados por muñecos si la sesión es individual o por otras personas, si es grupal.
No es necesario un contacto previo entre estas personas y pueden participar también observadores que no participan activamente.
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Durante una sesión, el constelador actúa primero como observador externo y después como participante directo.
Formas de constelar
- Constelar en una constelación familiar grupal: es una acción muy corta, muy puntual y muy fuerte. Esto hace que rápidamente obtengamos información y entendamos un tema que nos preocupa. Algunas veces el problema se destraba directamente en la constelación y otras, puede tardar más tiempo. Lo ideal es que luego de constelar podamos tener un profesional con quien podamos volver a hablar sobre lo que pasó durante la constelación.
- Constelar en una constelación individual: es menos impactante y más privado. Se logran los mismos resultados que en una constelación grupal, pero en una atmósfera más íntima en la que el constelador tiene tiempo para interiorizarse bien en el problema. Luego de la constelación hablará en profundidad sobre el resultado de la constelación con el constelado.
Para qué sirve constelar
Constelar nos sirve para entender problemas y sanarlos, pero también sirve para tomar decisiones.
Además, en muchas oportunidades la constelación nos cambia el estado emocional porque se logra sobrescribir recuerdos dolorosos e imprimir algo diferente.
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Veamos para qué sirve constelar y cuáles son los beneficios de esta terapia.
1. Historia manifiesta: claridad y responsabilidad
Quienes realizan constelaciones familiares aseguran con seriedad que, de manera sorprendente, se manifiesta la verdadera historia de la familia y muestra aspectos de los vínculos que no habían advertido. El facilitador va guiando a las personas hasta una constelación final donde las cosas se ponen más claras y cada cual toma la responsabilidad que le corresponde.
La constelación familiar es una oportunidad para modificar la mirada sobre un tema que arrastramos de años o un conflicto personal. Su objetivo es rastrear el origen del desorden y lograr que salga a la luz.
2. Identificar patrones y generar consciencia
Sucede muchas veces que la tradición familiar y esa especie de lealtad al destino de nuestros antepasados genera en la persona una tendencia a sacrificarse donde otros sufrieron, buscar enfermedades para pagar culpas de otros o asumir trastornos para continuar protegiendo un mito familiar. Trabajar con constelaciones ayuda a identificar estos patrones y tener más consciencia de los talentos (y no los males) que heredamos de nuestros parientes.
3. Motor de cambio
Por otro lado, la idea de la constelación es transformar a la persona en el motor de un cambio dentro de su grupo. Quizás sus nuevas actitudes y forma de ver la vida pueda ayudar a otros.
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¿Las constelaciones familiares son peligrosas?
Es importante destacar algunas cuestiones: las constelaciones familiares no son una terapia con evidencia científica.
No existe ningún tipo de estudio medianamente riguroso que avale su eficacia. Nada ha demostrado hasta ahora su seriedad y su eficacia.
Y, en malas manos, pueden aumentar el malestar emocional o psicológico.
De hecho, quienes han hecho estas prácticas cuentan que los síntomas físicos después de constelar pueden ser fuertes.
Una constelación supone una movilización interna y mental muy intensa, que puede ser peligrosa si no se hace de manera cuidada y en un entorno seguro.
Por eso muchos hablan de que es un método pseudocientífico, sobre todo porque no es necesaria una formación especializada para practicarla. Cualquiera pueda convertirse en un “facilitador” y eso puede ser riesgoso.
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