“Me pelié con mi jefe”, “Estoy teniendo un día horrible”, “Mi mamá está insoportable”, “Mi ex me mandó un mensaje”. Si no son estos, seguramente sean otros similares. Todos mandamos mensajes a través de las redes sociales acerca de lo que estamos viviendo. Es parte del cambio cultural que se ha ido dando en los últimos años.
Hablar de lo que nos pasa por mensaje
Cuando elegimos compartir lo que nos pasa estamos intentando aliviar la incertidumbre que la situación nos genera. Sin embargo, está demostrado que la intolerancia a la incertidumbre puede crear dificultades a nivel mental y psicológico. La ciencia ve esta dependencia a los móviles como un mecanismo de reducción de incertidumbre que puede no ser exactamente bueno.
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Algunos especialistas coinciden en que a la larga este comportamiento puede generar el efecto contrario y producir mayores niveles de ansiedad. Recibir alivio instantáneo puede provocar que las personas no acepten que sus temores son infundados o que simplemente se trata de un problema que pueden solucionar por sí mismos. Aprender a enfrentar la incertidumbre es fundamental si queremos cuidar nuestra salud mental.
Viva la incertidumbre
Saber afrontar la inseguridad sobre el futuro puede ayudarnos en situaciones positivas, por ejemplo, cuando comenzamos una nueva relación, cuando leemos un libro o cuando planeamos un gran evento.
La incertidumbre es una constante en nuestra vida con la que debemos aprender a lidiar. La mayoría de las veces no podemos hacerlo de inmediato y es por eso que nuestra adicción al teléfono puede perjudicar nuestra vinculación con la inseguridad sobre el futuro.
La incertidumbre es una constante en nuestra vida con la que debemos aprender a lidiar
Chequeamos constantemente el teléfono para ver si tenemos nuevas notificaciones que leemos en el exacto momento en que las descubrimos. Sentimos falsamente que ese mecanismo reduce nuestra ansiedad porque podemos resolver los conflictos de inmediato.
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Sin embargo, hay procesos que nos desestabilizan que no pueden resolverse abriendo una pantalla. Algunos problemas personales como miedo a perder el trabajo, la posibilidad de que alguien que nos guste nos rechace o si pensamos que desaprobamos un examen tardan más en encontrar un desenlace.
Intentamos reducir la incertidumbre usando nuestro smartphone, enviando mensajes sobre estos temas que esperamos que nos respondan al momento
Intentamos reducir la incertidumbre usando nuestro smartphone, enviando mensajes sobre estos temas que esperamos que nos respondan al momento. Retroalimentamos el proceso de ansiedad con incertidumbres más breves que “eliminamos” al instante.
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Una vez que el problema se resuelve, este proceso puede hacernos sentir que fue gracias al apoyo recibido en lugar de desarrollar autosuficiencia para hacerlo. Incluso, tenemos la falsa sensación de que necesitamos el teléfono para hacer frente a los inconvenientes.
Cómo manejar la incertidumbre
Los especialistas alientan a los pacientes que sufren de ansiedad a afrontar el desconocimiento de una situación particular para ver si sus temores se cumplen o no.
Los psicólogos de que eviten depender de sus amigos o familiares. Al afrontar la inseguridad la persona puede distraerse con otras actividades y dejar de preocuparse por controlar las situaciones hasta que se da cuenta que puede vivir sin saber lo que va a pasar.
Usar el teléfono para transferir nuestras preocupaciones a otras personas hace que evitemos afrontar el problema nosotros mismos
Usar el teléfono para transferir nuestras preocupaciones a otras personas hace que evitemos afrontar el problema nosotros mismos. Además, cuanto menos hablemos de un tema, más fácil será olvidarnos y resistir la tentación de mandar mensajes como reacción.
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Claro que cuando tenemos un problema grave es saludable recurrir a nuestras amistades para que nos ayuden a reflexionar. Sin embargo, hacerlo cada vez que nos surje una duda, nos pasaremos el tiempo focalizandonos en problemas que no son tan importantes. Además, muchas veces hablar de lo que nos preocupa no cambiará el resultado.
Esperar e intentar no controlar cada situación es un factor fundamental para superar la ansiedad.
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