La marihuana es la droga más usada en todo el mundo y el consumo está aumentando, especialmente entre los adolescentes y jóvenes y en los sectores de mejor nivel socioeconómico. El grave impacto a nivel neurológico y psicológico de este aumento de la prevalencia viene siendo advertido con énfasis en muchos países, y ahora un nuevo estudio, publicado en Uruguay, subraya los efectos cardiovasculares de fumar porro: aumenta el riesgo de infarto y afecta también la circulación del cerebro. Está asociado a cefaleas intensas y mayores probabilidades de sufrir un ACV.
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El estudio, realizado por las doctoras María del Pilar Aguilar y Florencia Cristar, fue publicado por la Revista Uruguaya de Cardiología. Bajo el título "Efectos de la marihuana sobre el aparato cardiovascular", explica cómo impacta la inhalación de marihuana al corazón en particular y al sistema cardiovascular en general.
La marihuana no es inocua
Muchos aseguran que la marihuana es una droga inocua, que no genera ningún tipo de adicción. Pero diversos estudios han demostrado que las consecuencias de su consumo son muchas y, algunas, muy graves (11 resultados del estudio más exhaustivo sobre los efectos de la marihuana). Además, según el estudio publicado en la Revista Uruguaya de Cardiología, llegan a ser adictos el 9% de los consumidores, cifra que se incrementa a 17% si comenzaron con esta práctica en la juventud. "Se consideran adictos quienes usan compulsivamente la sustancia y han perdido la capacidad de controlar su consumo a pesar de conocer y experimentar sus consecuencias negativas", aclara.
La marihuana contiene más de 400 compuestos químicos diferentes, de los cuales 60 aproximadamente pertenecen al grupo de los cannabinoides. El principal cannabinoide es el tetrahidrocannabinol (THC), que alcanza su concentración máxima muy rápidamente: 7 a 10 minutos luego de una inhalación. Es estimulante de los receptores y posee gran potencia psicoactiva.
La inhalación del humo es la vía más frecuente de administración con fines denominados “recreativos”
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Efectos de la marihuana sobre el aparato cardiovascular
Se han comprobado múltiples acciones de los cannabinoides tanto asociadas con el consumo agudo como con el uso crónico. "En agudo predominan los efectos sobre la esfera cognitiva y psíquica con importante sensación de sedación y relajación luego de pocos minutos de la inhalación. También aparecen efectos cardiovasculares inmediatos como el incremento de la frecuencia cardíaca, leve aumento de la presión arterial sistólica en posición supina y moderado descenso de pie", explican las autoras en el estudio.
A su vez, "el consumo de altas dosis provoca una exacerbación de la hipotensión ortostática y se asocia a reacciones vasovagales". Estos efectos pueden causar mareos, síncope, caídas e incluso lesiones. "Existe estimulación simpática y también bloqueo parasimpático. En sujetos sanos y durante el consumo agudo, el electrocardiograma no se altera".
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Cardiopatía isquémica
En un estudio de 3.882 personas que fumaron marihuana se comprobó que el riesgo de desarrollar infarto agudo de miocardio (IAM) es 4,8 veces mayor en la primera hora luego de la inhalación y desciende a medida que transcurre el tiempo. El
mecanismo no está totalmente aclarado, pero se ha postulado la complicación de placas de ateroma vulnerables por el estrés hemodinámico que provoca la inhalación.
Otra hipótesis plantea la existencia de un desbalance entre la oferta y la demanda miocárdica de oxígeno: el aumento de la frecuencia cardíaca y la vasodilatación periférica provocan un incremento del gasto cardíaco, lo que sumado a la disminución de la capacidad de transporte de oxígeno por aumento de la carboxihemoglobina genera un desequilibrio que podría precipitar un evento coronario agudo, especialmente si existe coronariopatía. En jóvenes con coronarias normales y la marihuana no ha demostrado acelerar o favorecer la aterosclerosis.
Tampoco se ha comprobado que los cannabinoides posean capacidad trombogénica y existen estudios que hasta evidenciarían actividad antiagregante plaquetaria. Luego de un IAM (accidente isquémico transitorio), la mortalidad es significativamente mayor en aquellos que fuman marihuana al menos una vez a la semana que en no fumadores, y cuanto más frecuente es el consumo semanal mayor es la mortalidad. Los portadores de cardiopatía isquémica tienen mayor riesgo de muerte si son consumidores.
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Arritmias
Las palpitaciones constituyen un síntoma frecuente y son atribuidas a taquicardia sinusal, a extrasístoles ventriculares, o ambas. La prevalencia de fibrilación auricular (FA) en este grupo de pacientes es aún incierta. Según Korantzopoulos, el incremento en el reporte de casos de FA indica una asociación entre el consumo de marihuana y esta arritmia.
Un mecanismo propuesto es que la estimulación adrenérgica y las alteraciones del flujo coronario auricular o microvascular asociadas con fumar marihuana facilitarían el desarrollo de FA y su perpetuación. Es probable también que exista aumento
de ectopía en las venas pulmonares, remodelado auricular eléctrico e incremento de la dispersión de la refractariedad.
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Marihuana y ACV: mayor riesgo cerebrovascular
Fumar cannabis constituye un factor de riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) y accidente isquémico transitorio (AIT), esto ocurre tanto en consumidores episódicos como en permanentes.
"Existe evidencia de aumento de riesgo de IAM aun en sujetos aparentemente sanos. Destacamos asimismo su repercusión en la circulación cerebral, por lo que debemos considerar su asociación con cefaleas intensas y ataques cerebrales"
Existen reportes de fumadores que presentaron síndrome motor deficitario, descartándose isquemia por embolia o estado protrombótico, que al fumar nuevamente agravaron su déficit. Asimismo, en consumidores de marihuana, tanto leves como intensos, el Doppler arterial reveló aumento significativo de las resistencias vasculares en los fumadores crónicos con respecto a los no fumadores. Esto podría explicar en parte el déficit cognitivo observado en los fumadores permanentes.
El mecanismo propuesto es el vasoespasmo, que provocaría isquemia por disminución del flujo sanguíneo cerebral. La hipotensión ortostática sumada a una alteración de la regulación del flujo sanguíneo cerebral podría también tener participación.
En un reporte de 17 casos de ACV predominaban los hombres jóvenes y en la mayoría los síntomas comenzaron después de varias horas de consumo mientras aún continuaban fumando (13 casos)
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Arteriopatía periférica
Existe evidencia de la aparición más temprana de enfermedad arterial en la tromboangeítis obliterante entre los fumadores de cannabis. Por otra parte, los dermatólogos describen una verdadera arteritis de miembros inferiores por cannabis que puede llegar a ser severa, requiriendo la amputación si no se diagnostica adecuadamente.
La arteritis por cannabis puede presentarse también como claudicación intermitente, necrosis digital, úlceras isquémicas o fenómeno de Raynaud. En algunos pacientes se observa mejoría al cesar el consumo.
Marihuana y muerte súbita
Si bien no se ha demostrado relación directa con la muerte súbita, ya que la mayoría de los casos reportados presentaban además consumo de tabaco y otras drogas, existe un estudio de seis casos en que se encontró solo marihuana en sangre y orina, por lo que será necesario profundizar en este aspecto. El aumento de las catecolaminas circulantes y los cambios en la microcirculación podrían estar en la base de este fenómeno.
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