Llegó el frío y comienza nuevamente una temporada donde el protagonismo de la gripe, la bronquiolitis y otros males que afectan las vías respiratorias se vuelve una preocupación para el sistema sanitario. Aunque circula todo el año, el virus de la influenza suele estar muy activo en los meses del otoño e invierno y tuvo este año un impacto muy fuerte en el hemisferio norte. Hubo un nivel de internaciones y complicaciones muy alto y una tasa de letalidad alarmante. Por eso llaman a vacunarse y a prevenir, para evitar repetir la experiencia de la pandemia de la Gripe A en 2009.
La gripe suele ser una enfermedad autocontrolada: el organismo se encarga de eliminar el virus mediante una pelea a través del desarrollo de anticuerpos. Y se caracteriza por presentar los siguientes síntomas: fiebre generalmente alta y persistente a lo largo de los días, dolor de cabeza, dolores musculares, decaimiento, tos seca, dolor de garganta y estornudos.
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La transmisión del virus se produce por vía aérea a través de estornudos, tos, contacto con las manos o materiales contaminados con el virus como teléfonos, computadoras, utensilios de cocina. Por ese motivo, uno puede contagiarse en cualquier espacio cerrado, dentro o fuera de los hogares, en oficinas, escuela y medios de transporte públicos.
Cómo prevenir la gripe
Existen muchas medidas para la prevención de esta enfermedad como el lavado frecuente de manos con agua y jabón o con soluciones alcohólicas, cubrirse la boca con el codo al toser o al estornudar, ventilar bien los ambientes y mantener las superficies limpias.
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No obstante, la principal herramienta para la prevención de formas graves de la gripe es la vacuna antigripal. Todos los años es necesaria su aplicación, ya que el virus puede sufrir modificaciones o mutaciones frecuentes.
Es necesario señalar que la vacunación no provoca la gripe, ni empeora el cuadro gripal en caso de adquirirlo. Por el contrario, está destinada a prevenir las formas graves de gripe, y/o atenuar el cuadro en caso de que se presentara
¿Quiénes deben vacunarse?
- Todos los adultos a partir de los 65 años.
- Los niños entre 6 y 24 meses. Es importante destacar que se espera una epidemia de bronquiolitis.
- Las embarazadas en cualquier trimestre del embarazo y las mujeres en los primeros diez días del puerperio (si no se vacunaron durante el embarazo).
- Todos los trabajadores de la salud, por el mayor riesgo de exposición y la posibilidad de transmitir la enfermedad a poblaciones vulnerables.
- Además, la vacuna es especialmente importante para todas las personas entre los 2 y los 64 años con factores de riesgo y/o que padezcan alguna enfermedad crónica y persistente.
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