A un año inicio de la pandemia por Covid-19, siguen abiertas muchas preguntas pero también sabemos muchas cosas. El Sars-Cov 2 es un virus del que nada conocíamos y que, a lo largo de los meses, fue presentándonos una gran variabilidad clínica. Vimos que su comportamiento era diferente según el continente y la edad de la población, algo asociado a las mutaciones del mismo virus, la carga viral, las características del huésped, etc. Hay mucha información y, también, muchas dudas. Por eso, como pediatra y neonatóloga, creo que, en tiempos en que millones de niños vuelven a la escuela, es importante repasar lo que aprendimos, desterrar mitos y reforzar algunas recomendaciones.
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Vuelta al cole en pandemia: la visión del pediatra
A más de un año de declarada la pandemia por Sars-Cov 2, los médicos pediatras hemos aprendido muchas cosas que es clave compartir con nuestros pacientes y sus familias para cuidarnos mejor y prevenir complicaciones basándonos en información científica, validada por las estadísticas, aclarando la información que fue cambiando con los meses.
Niños y coronavirus, a un año de la pandemia
Aquí, algunos datos y recomendaciones:
- En la población infantil, la mayoría de los niños que se contagiaron coronavirus no tuvo síntomas o fueron muy leves. En general, se contagian del adulto conviviente, pero igualmente son transmisores de la enfermedad: es decir, contagian.
- El Covid-19 en pediatría puede manifestarse frecuentemente como gastroenteritis con diarrea y vómitos.
- El manejo epidemilógico fue cambiando a medida que se conocía la información: se acortaron los períodos de aislamiento y alta médica, pero es importante tener claro que el niño menor de un año (y en especial el neonato) con síntomas requiere internación, lo mismo que aquellos pacientes que cursen la enfermedad teniendo una patología crónica que pueda agravarla, como una cardiopatía, enfermedad asociada a inmunosupresión, patología neurológica, etc.
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- En los primeros meses de la pandemia los pediatras recibíamos algunos reportes internacionales que describían una forma más grave de presentación en niños conocida como Enfermedad inflamatoria multisistémica, homologada a una entidad ya conocida por nosotros Enfermedad de Kawasaki, cuya característica es la inflamación de los vasos, en especial de las arterias coronarias en niños pequeños. Esta nueva forma de presentación se diferencia en que compromete a niños más grandes con más de tres días de fiebre alta sostenida, decaimiento, dolor abdominal intenso y puede evolucionar comprometiendo otros órganos como parte de la cascada inflamatoria, tales como el miocardio. Pero, al detectarse y tratarse (requieren tratamientos específicos como gamaglobulina e internación en cuidados intensivos), evolucionan favorablemente.
Qué sucede y qué hacer con la vuelta al cole
Los pediatras, en su mayoría, fuimos uno de los tantos profesionales que vimos necesario retomar las clases presenciales con adecuados protocolos. Tal como destacaron importantes sociedades científicas -como la Sociedad Argentina de Pediatría-, muchos niños manifestaron trastornos emocionales y conductuales durante el asilamiento, y el regreso a las aulas se volvió una prioridad.
La enorme mayoría de los niños cursan la enfermedad con pocos síntomas o sin ellos y haber estado un año sin asistir a las aulas es muy perjudicial para su salud
Desde fines de febrero, muchos chicos volvieron al colegio con distintos esquemas según las posibilidades de cada escuela y las definiciones de cada jurisdicción, y los pediatras empezamos a notarlo en los consultorios y en el crecimiento de llamadas y consultas ante situaciones que empiezan a repetirse: estamos notando en estas últimas semanas un aumento de consultas por fiebre, mocos, tos o dolor de garganta, lo cual genera una cascada de llamados, opiniones y manejos contradictorios.
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Si bien cada institución tiene protocolos recomendados por CABA y el Ministerio de Salud de cada jurisdicción, lo que está pasando ante síntomas positivos o sospecha en un docente o alumno es que se activa la suspensión de clases presenciales en dicha burbuja a la espera de un diagnóstico.
Cuando un alumno o docente presente síntomas se debe notificar a la escuela y aislarse 72 horas hasta ver evolución y activar el protocolo correspondiente
Lo que estamos viendo es que empiezan a circular otros gérmenes y aumentan los casos de chicos con anginas o resfríos, entre otros cuadros típicos del otoño.
Con los cambios estacionales, las alergias y la circulación de chicos en edad escolar, esperamos que coexistan otros virus o patógenos tales como rinovirus, responsables de los resfríos comunes, las anginas -que a veces requieren antibiótico- y las bronquiolitis, en los más chiquitos.
Todas estas enfermedades propias de los meses de frío, el año pasado no estuvieron presentes porque los niños se mantuvieron aislados, pero con la circulación estos gérmenes estarán y generarán cuadros de fiebre, mocos y síntomas a veces similares a los del coronavirus.
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Dentro de las consultas más frecuentes que recibimos asociadas a la pandemia es que "el padre o madre están con síntomas y qué se debe hacer con los chicos". En principio, aislarse el grupo familiar que es el contacto estrecho, observar dentro de las 72 hs si el niño presenta síntomas, evaluar el estado general, manejo de la temperatura, no hisopar inmediatamente porque probablemente el resultado sea negativo y no cambia la conducta epidemiológica.
En todos los casos, es importante guiarse por el médico de cabecera y reforzar las medidas ya conocidas del uso de barbijo correcto a partir de los niños de 3 años, lavado de manos o uso de alcohol en gel, evitar compartir espacios comunes sin los recaudos en horarios de recreo como puede ser merienda o almuerzo y, en lo posible, mantener ventilación natural en el ambiente y distanciamiento. Es clave no hacinar grupos numerosos de alumnos en aulas pequeñas.
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Para finalizar, no quiero dejar de mencionar que, si bien por el momento los menores de 18 años no están dentro del grupo de vacunación para Covid, es muy importante recordar estos consejos médicos:
- Tener el calendario de vacunación al día de acuerdo a la edad.
- Estar atentos al inicio de la campaña de vacunación antigripal en los grupos de riesgo.
- Favorecer y continuar la lactancia para fortalecer el sistema inmune en los más pequeños.
- Concurrir al control de salud programado con su pediatra para la realización del apto físico, que no es meramente una firma sino el tiempo respetuoso del médico dedicado al exámen completo del paciente, un momento muy importante que sirve para detección de patologías y prevención en salud.
- Fuente: Cecilia Baston, médica pediatra. Médica de Planta del servicio de
Neonatologia del Sanatorio Otamendi. Podés encontrar más consejos en Instagram.
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