Me duele la cabeza. Tengo acidez de estómago. Me duele la espalda. Claro, todos sabemos que son síntomas. Un síntoma es una manifestación física o incluso emocional que nos hace tomar conciencia que algo anormal está pasando. Lo que sucede es que el cuerpo es tan noble y resistente que simplemente nos hemos acostumbrado a tener síntomas a lo largo de la vida. Es algo común.
Con el tiempo las personas terminan conceptualizando al síntoma como algo, en virtud de su frecuencia, simplemente normal, y resulta que no lo es
Es más, cuando el cuerpo se cansa de enviarnos mensajes a nuestra conciencia a través de los síntomas estos aumentan de intensidad y/o frecuencia y finalmente consultamos al médico.
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Vale decir que para lo que al paciente es un síntoma para el medico se denomina "información". Así los médicos pensamos en los síntomas, planteamos diagnósticos posibles, formulamos un plan de estudios y finalmente establecemos una estrategia terapéutica.
El problema es que ese paciente, muchas veces, debió haber llegado antes a la consulta y en consecuencia lamentamos realizar un diagnóstico tardío, que no pocas veces disminuye las posibilidades terapéuticas y modifica negativamente el pronóstico.
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Evitar los diagnósticos tardíos
Los diagnósticos llegan tarde muchas veces porque el paciente considera a los síntomas como se había acostumbrado a hacerlo, como si fueran normales. Los síntomas son el lenguaje que el cuerpo tiene para avisarnos que algo malo sucede y en tanto ellos es una "información". En consecuencia si no toma conciencia sobre esa información no podemos actuar a tiempo.
Si nos acostumbramos a considerar a los síntomas como "información" y no simplemente como síntomas estaremos "escuchando" los mensajes del cuerpo
Así nos convertiremos en el médico que tenemos más cercano que es justamente lo que quiere nuestro cuerpo.
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El cansancio como señal
Todos creemos que el cansancio es simplemente cansancio. Es más, ni siquiera lo consideramos como síntoma, y resulta que es uno de los síntomas más frecuentes e importantes. Y según hemos visto, no solo es un síntoma sino que es "información" que nos indica que estamos sobrecargados, que la carga supera nuestra resistencia y nos pide que actuemos para revertir ese proceso de desbalance permitiendo la recuperación psicofísica para volver a la normalidad. Pero claro, como el cuerpo es tan noble y resistente abusamos de él y seguimos adelante. Pero debemos tener presente que esto no es gratis, tiene un costo hipotecario y un día llega la factura.
Al comienzo comentamos tres síntomas frecuentes: el dolor de cabeza, la acidez de estómago y el dolor de espalda. Es probable que para el dolor de cabeza tomemos un analgésico, para la acidez un antiácido y, para el dolor de espalda, un relajante muscular. Pero debemos pensar que se trata de algo más que simples síntomas, debemos percibirlos como "información" o mensajes que el cuerpo nos envía para avisarnos que algo malo o incorrecto sucede, y que simplemente tomemos conciencia además de un medicamento de venta libre, que solo debiera usarse ocasionalmente y por corto tiempo.
El cuerpo siempre nos habla y nos envía información. Al principio lo hace en voz baja, pero si no lo escuchamos va aumentando el tono y volumen del mensaje hasta que nos termina gritando para que lo escuchemos
En definitiva, lo que quiero transmitir como consejo médico es que si tenemos un síntoma es porque algo lo provoca y, en tanto el síntoma se repita, debiera motivar la consulta médica precoz.
Un síntoma es información y si sabemos escuchar los mensajes del cuerpo la consulta médica precoz nos brindará la mejor oportunidad terapéutica. Espero que este consejo resulte útil.
- Por: Dr. Daniel López Rosetti
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