El inicio del camino de la infertilidad suele presentar en los pacientes un sufrimiento emocional, que será más o menos intenso en función de múltiples factores personales y situacionales. Entre el 25% y el 65% de los pacientes sometidos a tratamientos de Reproducción Asistida presentan en algún momento síntomas de ansiedad, depresión, desesperanza, culpabilidad, baja autoestima, etc.
Cuando los pacientes reciben el diagnóstico de infertilidad entran en un estado de crisis emocional. Se ven frente a un problema que nunca pensaron iban a tener y no se sienten preparados para enfrentarlo y buscarle una solución. Esta crisis emocional que comienzan a vivir cuestionará sus creencias, actitudes, sentimientos y expectativas hacia la posibilidad de ser madres/padres. Es por ello que es común la aparición de sentimientos como ansiedad, desesperación, sentimiento de falta de control sobre la propia vida, miedo y pérdida.
Son tantas las emociones que se cruzan durante todo el proceso de búsqueda que se puede observar cómo afecta a los pacientes de distintas formas:
• Muchas veces cuesta la toma decisión y como consecuencia la resolución de problemas. Muchas decisiones se dilatan por miedos e inseguridades
• Al estado inicial de shock emocional se siguen sentimientos de negación, confusión, temor, tristeza, culpa, excitabilidad e inquietud.
• Físicamente, el cuerpo también se ve afectado por las típicas reacciones de estrés.
Luego del diagnóstico, comenzamos el tratamiento.
Cada paso del tratamiento de reproducción asistida tiene una carga emocional grande y los pacientes sienten que dejan su sueño en manos de otro, que dejan de tener control sobre sus vidas
A raíz de esto, muchos experimentan sentimientos de fracaso personal por el no poder darle un hijo a su pareja, y hasta culpa que muchas veces suele afectar al miembro de la pareja que presenta el problema.
Cuando comienzan el tratamiento los pacientes ingresan en un mundo nuevo, desconocido con palabras distintas, análisis que nunca se habían realizado y una realidad biológica que nunca habían enfrentado. Frente a ese nuevo escenario, expresar sus dudas y esperanzas sobre las opciones presentadas por los especialistas es fundamental para la toma de decisiones y para entender y poder ser parte de todo el proceso.
El miedo al fracaso, la soledad y el ocultamiento social del problema entran a formar parte del bagaje emocional de los pacientes y suele dificultar la forma de afrontar la situación. No compartir cada paso de este nuevo camino con los allegados puede aislar a la pareja y dificultar el proceso emocional que viven.
Cada nuevo intento incrementa la angustia sufrida por los pacientes, y destaca un miedo latente: “nunca seremos padres”. Suele ser en estos momentos en que aparecen sentimientos de envidia hacia las mujeres embarazadas y se evitan reuniones con amigos o familiares donde haya niños pequeños, lo que a su vez provoca un incremento de aislamiento social.
Atravesando la infertilidad
El modo en que cada sujeto va a verse afectado emocionalmente por el diagnóstico y el tratamiento de su problema de infertilidad/esterilidad es diferente en cada caso y depende de su personalidad, recursos emocionales, apoyo de su entorno familiar, estado de sus relaciones de pareja, disponibilidad económica, etc.
Las personas usualmente utilizamos dos formas para manejar situaciones que nos son adversas.
1. Ir directo al problema: obtenemos información sobre lo que podemos hacer y hacemos lo posible para remediarlo.
2. Centrarnos en la emoción: tiene como finalidad regular las emociones producidas por la situación, por ejemplo, evitando pensar en el problema mediante la realización de algún tipo de actividad que nos distraiga.
Debemos saber que elegir estrategias de afrontamiento inadecuadas, como evitar un problema o la negación del mismo, han revelado sus efectos negativos sobre las manifestaciones de estrés asociadas al tratamiento.
Aceptar toda situación nueva, buena o mala, conlleva un proceso. Es la forma en que atravesamos ese proceso la que facilitará o no su experiencia. Conocer nuestros miedos y poder expresarlos no solo con la pareja sino con el resto de los familiares y amigos ayuda a formar un grupo de contención que nos apoyará durante todo el proceso. Ser claros con aquellos que nos acompañan sobre cómo quieren vivir esta experiencia es fundamental para no sentirse invadidos a la hora de toma decisiones.
La infertilidad es un camino difícil de atravesar, pero tener un espacio para expresar y un grupo de contención facilitará la aceptación del problema y su resolución.
Fuente: Agustín Moreno (Clínica Tambre Madrid), Diana Guerra Díaz (IVI Barcelona), Procesos emocionales en pacientes sometidos a técnicas de reproducción asistida, Revista Iberoamericana de Fertilidad.