La enfermedad cardiovascular (CV), incluyendo el infarto de miocardio, la insuficiencia cardíaca y el accidente cerebro vascular, constituye la primera causa de muerte y discapacidad entre las mujeres. Sin embargo, la mujer se preocupa habitualmente por realizar la consulta al ginecólogo, por su temor al cáncer. Por qué es importante tomar conciencia sobre este tema y cómo prevenir la enfermedad cardiovascular en la mujer.
Tanto las campañas públicas como las rutinas personales están enfocadas en otros problemas de salud: mamografías, ecografías, etc. Pero es importante saber que las estadísticas muestran que existen más muertes por causas cardiovasculares que las ocurridas por cánceres totales, accidentes, o por enfermedades ginecológicas.
Mueren muchas más mujeres por problemas cardíacos que por todos los cánceres juntos
Enfermedad cardiovascular después de la menopausia
Muchas evidencias indican que las hormonas sexuales tienen influencia en la fisiopatología de las enfermedades cardiovasculares, pero no son exclusivas. Existen condiciones vasculares únicas en la mujer para el riesgo cardiovascular (edad temprana de menopausia, diabetes gestacional, hipertensión durante el embarazo, síndrome de ovario poliquístico e hipoestrogenismo hipotalámico) y factores de disfunción vascular que son más frecuentes en la mujer que en hombre (migrañas, espasmo coronario, vasculitis o Fenómeno Raynaud).
Tras la menopausia, el aumento del colesterol o triglicéridos favorece la formación de “depósitos de grasa” que pueden generar enfermedad vascular.
La expectativa de vida de la mujer se ha prolongado y la edad promedio de la menopausia es alrededor de los 53 años, con lo cual el riesgo de enfermedad cardiovascular es mayor. Asimismo, luego de la menopausia, la presencia de factores de riesgo como, el aumento del colesterol o triglicéridos favorece la formación de “depósitos de grasa” formando ateromas en las paredes de las arterias, conduciendo a la enfermedad vascular.
Los principales factores de riesgo afectan tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, el impacto que tienen puede ser diferente según el género. La diabetes, por ejemplo, cuadriplica el riesgo de infarto en las mujeres y lo duplica en los hombres.
La diabetes cuadriplica el riesgo de infarto en las mujeres y lo duplica en los hombres.
Otro dato a destacar al momento del diagnóstico de la enfermedad cardiovascular, es que sólo una de cada tres mujeres tiene los síntomas típicos de dolor de pecho que tiene el hombre. Con lo cual un tercio de las mujeres presentan síntomas “atípicos” como: gran cansancio, falta de aire, palpitaciones o dolor de abdomen. Si bien estos síntomas no son exclusivos de la enfermedad coronaria, ante su presencia, se aconseja consultar al cardiólogo sin demorar.
Cómo prevenir la enfermedad cardiovascular en la mujer
Las enfermedades cardiovasculares son el principal problema de salud que afecta a las mujeres tanto por su frecuencia como por su gravedad. Por ello es importante generar conciencia de ello para poder tomar medidas preventivas.
Un tercio de las mujeres presentan síntomas atípicos: gran cansancio, falta de aire, palpitaciones o dolor de abdomen
Se aconseja que la mujer joven realice controles cardiológicos a partir de los 40 años, para identificar aquellos factores de riesgo de enfermedad cardiovascular que se puedan controlar o modificar. Algunos no pueden modificarse como la edad, el sexo y los antecedentes familiares de enfermedad vascular. Pero la mayoría de los factores de riesgo sí pueden controlarse, como la hipertensión arterial, el colesterol aumentado, la diabetes, el sedentarismo, el tabaquismo, la obesidad y el estrés.
El conocimiento de los mismos permite un control y disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La mayoría de los factores de riesgo pueden controlarse.
Qué controles debe realizar la mujer
Es relevante realizar la consulta médica con un apropiado examen físico y un electrocardiograma. En algunos casos se requieren otros estudios como una prueba de esfuerzo, un Eco Doppler Cardíaco o de las arterias carótidas.
Las principales recomendaciones para una mujer son llevar una vida saludable que incluya una dieta con bajo contenido de sal (sodio), baja en grasas y poco alcohol.
Realizar una actividad aeróbica durante 30 minutos diarios (lo ideal), no fumar y consultar al médico, quien determinará el riesgo cardiovascular.
Luego, de acuerdo a esta evaluación, se definirán las conductas a seguir, si es necesario iniciará algún tratamiento con fármacos y se determinará la periodicidad del seguimiento.
- Asesoró: Dra. Judith M. Zilberman. Sección Hipertensión Arterial - Servicio de Prevención Cardiovascular. Instituto Cardiovascular de Buenos Aires.
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